Escrito por: Rafael Peralta Romero, periodista y escritor. Reside en Santo Domingo.
Foto del autor del presente artículo de opinión
REPUBLICA DOMINICANA.- Sucesos recientes me han reafirmado el convencimiento de que las entidades sociales también pueden sufrir ataques de fenómenos destructivos, similares a los que padecen los individuos. La democracia, los partidos políticos las instituciones de servicio público están sujetos a ser aguijoneados por plagas transmisoras de veneno.
El Partido Revolucionario Dominicano, por ejemplo, seguirá con altas temperaturas, torpeza en sus movimientos y una alteración en las articulaciones que lo dejan al borde de la inmovilidad. Para más parecerse al pueblo dominicano, que padece los estragos del terrible virus de la chicungunya.
El una vez poderoso gigante blanco ha sido picado por el peligroso “delirium michaelis”. Ese insecto le inoculó el virus “chicunvargas”, causante de un padecimiento del que no podrá reponerse por mucho tiempo. Mientras tanto, la contraparte, el PLD, seguirá gobernando y desgobernando como chivo sin ley.
El anuncio de un padrón de 534 mil militantes es la confirmación de que los planes de Miguel Vargas se están cumpliendo. El PRD pasa a ser el tipo de organización que él quiere dirigir. Para los fines perseguidos por Vargas, un partido pequeño ofrece el mismo resultado, o tal vez mejores resultados, pues las utilidades se reparten en condiciones más favorables.
Janet Camilo llegó a la casa nacional, secuestrada por un grupo, y –qué bueno- esta vez la seguridad del señor Vargas no precisó irritarse y la dirigente perredeísta no sufrió ninguna lesión. Y cumplió su rol, que es consecuencia de la confusión que vive la inmensa masa perredeísta, sin excluir a los dirigentes.
Ella fue allí a derramar un frasco de alabastro sobre su líder. “Estoy aquí y estoy para trabajar por la unidad del PRD, con quienes quieran construirla, apartando odios y siguiendo a José Francisco Peña Gómez”, dijo la hasta hace poco combatiente de la intolerancia y la sinrazón del grupo que ha usurpado el nombre y los bienes del PRD.
Cuando una mujer en Betania, cerca de Jerusalén, derramó sobre Jesús un pote de perfume, éste dijo que quien lo hizo lo ungió para su sepultura. Jesús sabía de la inminencia de su muerte física. Vargas está ante la inminencia de la muerte política. Vargas no busca el poder político, sino estar cerca de quienes reparten el pastel.
Será imposible llegar a algún lugar con un partido al que le han quebrado los huesos, se le hinchan los pies y el cuerpo le tremola de arriba abajo. La destrucción de ese poderoso instrumento de la democracia será la obra más perdurable de Miguel Vargas. Los efectos de la chicunvargas serán implacables, brutales y duraderos.
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REPUBLICA DOMINICANA.- Sucesos recientes me han reafirmado el convencimiento de que las entidades sociales también pueden sufrir ataques de fenómenos destructivos, similares a los que padecen los individuos. La democracia, los partidos políticos las instituciones de servicio público están sujetos a ser aguijoneados por plagas transmisoras de veneno.
El Partido Revolucionario Dominicano, por ejemplo, seguirá con altas temperaturas, torpeza en sus movimientos y una alteración en las articulaciones que lo dejan al borde de la inmovilidad. Para más parecerse al pueblo dominicano, que padece los estragos del terrible virus de la chicungunya.
El una vez poderoso gigante blanco ha sido picado por el peligroso “delirium michaelis”. Ese insecto le inoculó el virus “chicunvargas”, causante de un padecimiento del que no podrá reponerse por mucho tiempo. Mientras tanto, la contraparte, el PLD, seguirá gobernando y desgobernando como chivo sin ley.
El anuncio de un padrón de 534 mil militantes es la confirmación de que los planes de Miguel Vargas se están cumpliendo. El PRD pasa a ser el tipo de organización que él quiere dirigir. Para los fines perseguidos por Vargas, un partido pequeño ofrece el mismo resultado, o tal vez mejores resultados, pues las utilidades se reparten en condiciones más favorables.
Janet Camilo llegó a la casa nacional, secuestrada por un grupo, y –qué bueno- esta vez la seguridad del señor Vargas no precisó irritarse y la dirigente perredeísta no sufrió ninguna lesión. Y cumplió su rol, que es consecuencia de la confusión que vive la inmensa masa perredeísta, sin excluir a los dirigentes.
Ella fue allí a derramar un frasco de alabastro sobre su líder. “Estoy aquí y estoy para trabajar por la unidad del PRD, con quienes quieran construirla, apartando odios y siguiendo a José Francisco Peña Gómez”, dijo la hasta hace poco combatiente de la intolerancia y la sinrazón del grupo que ha usurpado el nombre y los bienes del PRD.
Cuando una mujer en Betania, cerca de Jerusalén, derramó sobre Jesús un pote de perfume, éste dijo que quien lo hizo lo ungió para su sepultura. Jesús sabía de la inminencia de su muerte física. Vargas está ante la inminencia de la muerte política. Vargas no busca el poder político, sino estar cerca de quienes reparten el pastel.
Será imposible llegar a algún lugar con un partido al que le han quebrado los huesos, se le hinchan los pies y el cuerpo le tremola de arriba abajo. La destrucción de ese poderoso instrumento de la democracia será la obra más perdurable de Miguel Vargas. Los efectos de la chicunvargas serán implacables, brutales y duraderos.