Vistas de página en total

lunes, 2 de febrero de 2009

La ciencia, un reto al periodista. Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez, periodista científico

La ciencia, un reto al periodista

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez, periodista científico


(A propósito de mi participación en el 1V Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico celebrado en Valencia, España, en noviembre de 1990, donde participé en mi condición de periodista científico como delegado internacional junto al periodista Lipe Collado, representando República Dominicana, y en mi condición de miembro y dirigente  de la Asociación Dominicana de Periodistas Científicos. En  la clausura de ese magno evento que contó con la presencia de destacados hombres de ciencias de varios paises de Europa, Israel, Sur America, Centro America, Africa y otros, fui escogido, a solicitud del periodista científico don Manuel Calvo Hernandez, Presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Cientificos,  para pronunciar el discurso de gratitud, en nombre de todos los participantes  de esa trascedental actividad internacional, en la Universidad Complutense, en Madrid, España).


 Nota: este  ensayo analítico  se publicó en el periódico semanario Macorix, en su edición correspondiente al  primero (1ro) de Febrero del año de 1993, en su página 11.

 La ciencia, un reto al periodista

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez, priodista científico

Apoyándonos en el significativocriterio conceptual donde se establece que: “La ciencia es un importantísimo elemento de la cultura espiritual, la forma superior de los conocimientos humanos". Destacando, además,  "Que es un sistema de conocimiento en desarrollo, los cuales se obtienen mediante los correspondientes métodos cognoscitivos y se refleja en conceptos exacto, cuya veracidad se comprueba y demuestra a través de la práctica social”, (A. Spirkin M. B. Kedrov), agregando que, la ciencia, “constituye un sistema históricamente formado de conocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y se puntualiza constantemente en el curso de la práctica social”, (Diccionario Filosófico de M.M. Rosental y OP. F. Ludin); asumimos, desde un optimo sentido de apreciación, el atrevimiento de adentramos en la búsqueda afanosa de las posibles respuestas científicas que podrian situarnos  cualitativamente en la cúspide del conocimiento más aproximado posible en la obtención de soluciones nítidas a los múltiples problemas planteados que se manifiestan en el ente del exigente proceso social de la sociedad, que ordena y reglamenta la investigación constante y sistemática en aras de ampliar los conocimientos y lograr respuestas claras. Entendiendo,  por lo tanto; que la ciencia requiere de una disciplinada disposición y voluntad de trabajo permanente que  compromete su valorización y condiciona su divulgación.



 (Foto del destacado periodista científico español Manuel Calvo Hernando).

La Ciencia en tanto como producción cualitativa del genero humano necesita más que de la diafanidad y la sensatez, de una contundente y profunda actitud de asimilación objetiva de cara a enriquecerse en la continuidad de su proceso de desarrollo; entendiendose como permanentes desafíos, de cotidiano reto ante logros obtenidos; venciendo las apremiantes dudas que  puedan surgir al ponerse a prueba frente a la realidad implacable que encierra la necesaria e imprescindible práctica social.

 (Foto del laureado científico y Premio Nobel, Albert Einstein, físico alemán de origen judío, nacionalizado después suizo y estadounidense. Es considerado como el científico más conocido y popular del siglo XX.  Fecha de nacimiento: 14 de marzo de 1879, Ulm, Alemania Fecha de la muerte: 18 de abril de 1955, Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos).


La ciencia está atenazada dialécticamente al “conocimiento verificable”. Se pueden dar en ella factores exógenos resultante del azar, verbigracia, el descubrimiento de los Rayos X realizado por Roentgen, o la Ley de la Gravitación Universal formulada por el físico inglés Isaac Newton, pero en sentido general, y obviando las excepciones, la ciencia como tal no puede depender de circunstancias ni del azar de coyunturas sociales.

 (Foto del destacado físico alemán Wilhelm C. Roentgen fue galardonado con el primer Premio Nóbel de Física, en 1901, por su descubrimiento de una radiación invisible más penetrante que la radiación ultravioleta, a la que denominó rayos X.)

Su accionar y desarrollo está circunscrito a un riguroso método que la concatena y entrelaza con formas, actitudes, criterios, evaluación, análisis, comparaciones, investigaciones, ideas, explicaciones, producción científica, proceso crítico, estudios de laboratorio, aplicación, comprobación, y, sobre todo, con la práctica del conocimiento, lo que eleva a la ciencia al privilegiado sitial de un objetivo concepto creativo diseñado, procesado y acabado.

(Foto de Isaac Newton, físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés. Fecha de nacimiento: 4 de enero de 1643, Woolsthorpe-by-Colsterworth, Reino Unido. Fecha de la muerte: 31 de marzo de 1727, Kensington, Londres, Reino Unido.).

La conclusión del producto científico ya elaborado, trabajado, procesado, situado en la categoría que sobrepasa la mera apreciación de “verdad teórica”, superada con la exposición tangible del conocimiento práctico, al rebasar el intrincado proceso que espontáneamente se le ha yuxtapuesto; no es más que la culminación gradual dada en el estudio y absoluto dominio que se debe tener de las leyes, fórmulas e hipótesis recorrido que presupone el parto científico.

La ciencia al entrar al complejo y complicado proceso del conocimiento público camina sobre el movedizo terreno del debate, del cuestionamiento, de la prueba práctica, de evidenciarse científica y tecnológicas, concomitantemente con el curso de esta situación inherente pasa a ser atracción informativa y noticiosa; consumo publicitario y propagandístico, punto de partida, y, de sostenimiento, para robustecer y /o "afirmar verdades”.

Por lo tanto, la ciencia surge con un solemne compromiso; con el deber y la responsabilidad de explayar sus interioridades, de expresarse sin tapujos, libre de tabúes y prejuicios dogmáticos, exponiéndose con su práctica comprobación al juicio público. Al inapelable juicio critico valorativo de la exigente opinión pública y creencia popular. Al llegar a esta fase de su desarrollo; a esta etapa de su recorrido, la ciencia en cuanto como producción científica del genero humano se convierte en lamentable o alegre propiedad social pública de toda la humanidad que pasa a poseerla celosamente.

La ciencia es un engendro de la humanidad que la ha concebido conjuntamente con su intrínseco desarrollo dialéctico, y al ser un producto generalizado de la humanidad, la ciencia entra al inescrupuloso avatar de la confrontación pública. “La ciencia no es ya el patrimonio de un grupo, lo que se llamaba la aristocracia de la inteligencia, sino de una comunidad de masas, de la totalidad del género humano”. (Ciencia y Periodismo. Manuel Calvo Hernando, Madrid, España)

Cuando la ciencia ocupa esta condición sine qua non en su supervivencia y proyección, la ciencia, o mejor dicho, el producto científico, es asaltado por el “siempre insatisfecho” periodista o comunicador social, quien necesariamente  se ve compelido a actuar apegado comercialmente a informales normas y reglamentaciones sumamente vulnerables, comprometido con una ética pública, y sometido a la marrullería de la caprichosa e indecente impersonalizada competencia de intereses encontrados.

La ciencia como un ente público necesita del concurso periodístico y comunicacional para su amplia y vasta divulgación. Cada acontecimiento científico acompaña una serie de reportajes y producción periodística.

Es el periodista la vía expedita para llevar la producción científica al público consumidor, este es, el principal responsable noticioso de difundir; de dar a conocer, de informar noticiosamente a través de los diferentes medios de comunicación, radial, televisivo, cine, escrito, etc., sobre el logro científico.

Al pasar por el cedazo periodístico el producto científico adquiere la connotación necesaria para entrar al libre juego de ser una “mercancía” noticiosa. Sobre esta realidad se manifiesta la estrecha ligazón, la interrelación que debe existir entre el hombre de ciencia y el periodista, como un todo armónico y estructurado.

Al sistematizarse como realidad procesada la creatividad científica asume una especial cualidad que la expande racionalmente en función de sus necesidades públicas. Al entrar aquí, es manejada, ordenada y hasta cierto punto regularizada por el agente responsable de su divulgación noticiosa a través de los medios de comunicación.

El periodista es el primero que se ha adueñado del producto científico y lo hace con ahínco, vehemencia y definida voluntad competitiva. La razón: que se siente ser el vehículo más apropiado para dar a conocer a través de los medios de comunicación de masas el ya elaborado y “terminado” producto científico, porque como bien dice AAAT. Gisolf, “El producto es un mensaje científico”, y Manuel Calvo Hernando nos dice que: “Uno de los deberes de los científicos-no necesariamente de todos-, es poner a disposición del público profano los hechos y las teorías de su ciencia”.

Como se ve, existe una conexa intersección que encadena y asocia la responsabilidad del científico con el comunicador social: divulgar la acción científica.

“Estamos en la Era de la Ciencia y, por tanto, el reflejo de la actualidad científica y tecnológica en los medios informativos es, o debería ser, la Gran Noticia, la explicación diaria del Universo, el instrumento de participación de la gente en esta singular aventura de la especie humana que es el conocimiento científico y su aplicación técnica”. “En los decenios finales del siglo XX y en los umbrales del tercer milenio, la actualidad periodística no es ya sólo la información, sino su vertiente explicativa, educativa y también, el pensamiento, el mundo, el hombre y sus contradicciones, los problemas que nos ocupan y a veces nos aterran, los hechos naturales que nos conmueven”. (C.P.M.C.H)

Esta acertada aseveración coincide con el criterio expuesto sustancialmente por Aspirkin M. B.Kedrov, cuando señala al respecto que: “La ciencia es un sistema de conceptos acerca de los fenómenos y leyes del mundo externo o de la actividad espiritual de los fenómenos y leyes del mundo externo o de la actividad espiritual de los individuos, que permite prever y transformar la realidad en beneficio de la sociedad". "Una forma de actividad humana históricamente establecida, una “producción espiritual” , cuyo contenido y resultado es la reunión de hechos orientados en un determinado sentido, de hipótesis y teorías elaboradas y de las leyes que constituyen su fundamento, así como de procedimientos y métodos de investigación”.

El recorrido de ese espacio catalizador de hipótesis, teorías, tesis, opiniones, etc., proceso exterior que posibilita un encuentro preconcebido entre la ciencia ya como producto de consumo noticioso, informativo, educativo, concienciar, orientador y la sociedad; aplicándose la máxima de que: “La ciencia científica tiene por objeto hacer partícipe al público de la gran aventura de la ciencia y en la alta dignidad del conocimiento y quienes tienen a su cargo esta especialidad informativa desarrollan su trabajo en las fronteras del conocimiento, con las servidumbres que tal situación impone”. (C.P.M.C.H).

En efecto, apremia el embate competitivo dado en el ente de la necesidad innovadora y creativa que demanda el avance tecnológico e industrial, social, económico, cultural y hasta político de los tiempos actuales.

He aquí la simbiosis que atenaza la ciencia con su divulgador: el periodista o comunicados social, que al ahondar en los recodos de esta rama del saber y del conocimiento humano, se especializa, adquiriendo el cientificismo cultural al respecto, una singular condición basada en el manejo constante de datos informativos, actuando como un agente protagónico de la divulgación científica, catapultando la objetiva comprensión de que:
“El objeto fundamental de la comunicación científica acorde con el enfoque internalista es informar sobre los descubrimientos científicos las nuevas teorías, los nuevos conocimientos y la nueva imagen de la naturaleza que la ciencia nos ofrece a cada momento”. (Miguel Ángel Quintanilla, Ciencia e Información en una Sociedad Democrática). En otras palabras, participar a la gente del neonato episodio encontrado.

Este “enfoque internalista” , constituye para el periodista que se asocia con la ciencia, un comprometido reto adornado por el tenaz esfuerzo y la inquebrantable voluntad de actuar profesionalmente, concomitantemente con una acuciosa actitud en procura de obtener la documentación, los datos, la precisa información y el cabal conocimiento que entraña semejante reto.

La ciencia es exigente y muy comprometedora, pero el público consumidor de la información, así como la sociedad como un todo son mucho más exigentes. Siempre presiona la indagación y nunca se muestra satisfecho.

La ciencia está obligada a ceñirse a esquemáticos procesos de disciplina, orden, programación y rigurosa dedicación, ello es una constante del conocimiento, del saber; capacidad, tecnología, y muy encarecidamente la imperiosa necesidad de tener una base cultural que contribuya a tener las herramientas teoricas apropiadas  de las leyes que rigen el conocimiento científico, obligado tramo a abordar para poder explicar la interpretación y conocimiento del hecho científico.

Poder apreciar en toda su dimensión científica la realidad del Universo, los fenómenos del mundo; entender partiendo de  la verdad científica, cómo se desarrolla y manifiesta cualquier hecho o acontecimiento; el “por qué se realiza”, el salto cualitativo en los razonamientos,  fenómenologicos que conduzcan a la convicción del análisis del delicado campo de la ciencia.


Nota: este  ensayo analítico  se publicó en el periódico semanario Macorix, en su edición correspondiente al  primero (1ro) de Febrero del año de 1993, en su página 11.

viernes, 2 de enero de 2009

A través de las lágrimas del arzobispo de Ayacucho lloró la humanidad ahíta de sangre y violencia

A través de las lágrimas del arzobispo de Ayacucho lloró la humanidad ahíta de sangre y violencia

 Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

SAN PEDRO DE MACORIS.- El sentido de humanidad obliga a reflexionar sobre un hecho inhumano y bestial. Como olvidar aquella fiesta de sangre y exterminio; aquel trágico final de aquellos jóvenes lleno de beatitud utópica que de manera osada y temeraria tomaron violentamente una sede diplomática en el Perú de Fujimori.

Si aquel día memorable apresuradamente y de manera competitiva los cables internacionales de prensa dieron cuenta al mundo la tarde del 23 de abril de 1997 del alarmante hecho: tropas elite del gobierno peruano del ingeniero Alberto Fujimori habían iniciado el “asalto” a la residencia del embajador de Japón, ocupada sorpresivamente desde hace 126 días por un comando subversivo del Movimiento Revolucionario Tupac-Amaru-MRTA-, en las que se encontraban 172 rehenes, tomados por la fuerza hasta ese momento.

 
Tan pronto el mundo fue enterado de los acontecimientos una avalancha de telegramas con congratulaciones y felicitaciones se sucedieron, también competitivamente, de parte de los gobiernos “democráticos” que rápidamente se solidarizaron con la acción emprendida por su homólogo peruano.

La llamada “gran prensa” se sumó al concierto de estribillos lisonjeros regocijados por la retoma de la sede diplomática. Un escandaloso ejército de estentóreas voces universales manifestó sus alegres parabienes para el “héroe” Alberto Fujimori. El cinismo y la hipocresía se imponían contra el amplio sentimiento que abogaba por una salida negociada y pacifica a la llamada crisis de los rehenes del Perú.
 
En medio de este festín de congratulaciones y felicitaciones paganas vinieron a la luz publicas las lagrimas vertidas por un hombre abatido por la sin razón y el odio de una claque humana perversa y sedienta de sangre que no cesa de rendirle culto a la violencia y al crimen.

El arzobispo de Ayacucho, Juan Luís Cipriani, dejó escapar a través de sus lágrimas su impotencia y su dolor profundo. Dejó correr públicamente sus lágrimas sinceras frente al desolador y escalofriante cuadro de vileza y villanía, de exterminio total ordenado por el presidente peruano Alberto Fujimori.

Los 14 guerrilleros del MRTA murieron. 14 jóvenes cargados de utopía libertarias y sueños irredentos fueron, según las versiones a posteriori de la acción de rescate, sumariamente fusilados. Despiadadamente exterminados.

Alegremente corrió a raudales sangre joven; sangre de un grupo de muchachos que acorralados por un sistema de injusticia y oprobio se ven en la “necesidad” de asumir la violencia como “partera de la historia”. Con premeditada crueldad y bestialidad todos los insurgentes del MRTA sucumbieron en la “heroica” acción comandada directamente por el déspota Fujimori.

Es verdad que los guerrilleros del MRTA jamás debieron tomar por asalto la residencia diplomática. Que jamás debieron poner en peligro la vida de los rehenes ni asumir una práctica cimentada en la violencia.
La acción del MRTA es propia de un grupo desesperados que recurre estúpidamente a lo que los expertos denominan “terrorismo individual”.

Por más cruel y despiadado que sea el régimen de fuerza de Fujimori. Por más explotación, opresión, marginad social, hambre y miseria que protagonice el régimen peruano, jamás la violencia debe ser el elemento a seguir para enfrentar ese conmovedor y lastimero cuadro social y político.

La acción del MRTA es condenable y repudiable desde toda óptica y visión ideológica. El mundo. La humanidad, esta saturada de tanta violencia y destrucción. Por eso lloró valientemente el arzobispo de Ayacucho. Lloro por los jóvenes del MRTA cruelmente asesinados.

Lloró por el régimen del Perú inicuo, perverso, asesino y despótico. Lloró por toda esa iniquidad cebada por las felicitaciones insensibles y cobardes. Sus lágrimas son una protesta responsable contra el terrorismo individual del MRTA y el terrorismo de Estado del régimen de Fujimori.

La matanza que ejecutó Fujimori. Esa estúpida e inhumana sentencia de muerte que le impuso al comando del MRTA trae a colación aquella reflexión compungida, poética y filosófica, de unos de los grandes hombres de pensamiento fresco y sensible de nuestro planeta: León Tolstoy.

Este en su “No puedo callarme” denunció las sumarias ejecuciones del régimen de la Rusia de entonces, lanzó su anatema contra la pena de muerte. Contra la masacre que flagelaba a su pueblo.

“Todo esto ha sido cuidadosamente dispuesto y planeado por unos hombres cultos e inteligentes, pertenecientes a las clases superiores”. No hay duda de la similitud de aquella época en Rusia y el escenario del Perú de hoy en día.

Para esta innoble tarea (la de asesinar a los adversarios) “Se las arreglan para encontrar a los hombres más depravados y desdichados y, al mismo tiempo que les obligan a realizar la obra por ello planeada, todavía logran aparentar que desprecian y sienten horror por ellos...”.

“...Y la ignorancia es llevada a cabo por hombres desventurados, corrompidos, engañosos y despreciados...”.

¡Monstruos! “no hay otra palabra”, dice Tolstoy. “Y no es solamente esta iniquidad la llevada a cabo. Toda suerte de torturas y violencias son a diario perpetradas en prisiones, fortalezas y colonias penitenciarias, con el mismo pretexto y con la idéntica crueldad, a sangre fría”. ¡Cuánta similitud con el Perú de Fujimori!

Unas de las razones que esgrimió el comando del MRTA fue que en las cárceles del Perú se tortura y ejerce todo tipo de violencia contra sus compañeros detenidos. Y como dice Tolstoy “Esto es monstruoso”.

lo más monstruoso de todo, según Tolstoy, es que no se hace impulsivamente, bajo el influjo de sentimientos que se imponen a la razón, como ocurre en las peleas, en la guerra, incluso en los asaltos a mano armada, sino que, por el contrario, se hace en nombre de la razón y con arreglo a cálculo que se imponen a los sentimientos. Esto es lo que hace estos hechos tan particularmente pavorosos.

Pavorosos, porque estos actos cometidos por hombres que, desde el juez hasta el verdugo, no lo desean, prueban más vivamente que nada hasta que punto es pernicioso al alma el despotismo, el dominio del hombre sobre el hombre”.

Eso fue lo que pasó en el Perú de Fujimori. Los hombres de Fujimori vencieron a los hombres del MRTA. Con asechanza y alevosía; con premeditación científicamente calculada, con sofisticadas y técnicas formas de combate se emprendió la indigna y monstruosa tarea de disponer de la vida de los 14 jóvenes guerrilleros asediados en la sede diplomática. Nunca habrá argumento para justificar semejante tropelías.

Siempre habrá espacio para el diálogo y la concertación por la paz. Lo del Perú fue un episodio que afrenta a la humanidad y pone en evidencia la catadura inmoral, sádica, cruel, paranoica de aquel gobierno que solo supo apoyarse en la violencia y la sangre.

Nota informativa: publicado en el periódico semanario EL COLOSO DE MACORIX, semana del 2 al 9 de mayo de 1997, pagina 5.  

martes, 16 de diciembre de 2008

El asesinato de Maximiliano Gómez, El Moreno

El asesinato de Maximiliano Gómez, El Moreno

“Los montes culminan en picos y los pueblos en hombres”-José Martí-

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo)

Nota: publicado en la página 5 del periódico semanario MACORIX, edición No. 49, del 30 de mayo de 1985.


SAN PEDRO DE MACORIS.- Cada año nos vemos precisados a evocar en el recuerdo histórico de la patria  el incógnito asesinato de ese inmenso monumento humano llamado Maximiliano Gómez, El Moreno; uno de los más grandes lídere revolucionarios comunistas producido en la historia contemporánea de República Dominicana.

Oriundo del laborioso y orgulloso pueblo de San Pedro de Macorís, El Moreno, popular apodo con que lo bautizan sus camaradas de faenas en la lucha política revolucionaria y como comúnmente también le llamaban sus compañeros, las masas y la historia.

Autodidacta y depurado erudito, con un talento extraordinario asimiló la cultura política adquirida en el movimiento obrero revolucionario al grado tal que alcanzó la cima por encima de una pequeña burguesía urbana protagónica, individualista y egoísta, arropada de una manifiesta presencia de intelectualismo retórico parlanchín, caracterizado por un teoricismo locuaz apabullante.

El Moreno, cuya recia contextura física (con más de seis pies de estatura y con más de doscientas libras), con una cautivante y amplia sonrisa perenne, alcanzó el pináculo de un amplio y ancestral liderazgo anti-balaguerista.

Su enorme capacidad de análisis expresada en sus tesis políticas: “Golpe de Estado Revolucionario”, emanada de la Conferencia Nacional de Cuadros Hilda Gautreaux, (1969) , como una forma concreta de desplazar violentamente del poder al balaguerato autocrático y despótico.


Su tesis del “Desarrollo Híbrido y Económico” de la sociedad dominicana; sus dotes naturales de gran táctico y genio político-militar forjado en los combates frente a las tropas interventoras durante la Guerra Patria de abril de 1965, así como la creación de los Comandos Clandestinos Revolucionarios Anti-Reeleccionistas en 1968-71; mas su roce y vinculación permanente con el pueblo, apegado siempre a su condición de obrero.

De proletario curtido en la vinculación directa con la producción en el central azucarero Ingenio Porvenir, convirtieron al Moreno en el enemigo principal de la oligarquía balaguerista y neo-trujillistas de entonces considerándolo un peligro para sus intereses.

Por ello el balaguerismo y el imperialismo norteamericano decretaron su prematura muerte.
Es verdad que sus sobresalientes condiciones revolucionarias le granjeó el odio de las fuerzas reaccionarias de República Dominicana. Más por encima de ese enfermizo odio de clase y  racial de las fuerzas del oscurantismo creció vertiginosamente su ascendencia en el pueblo, su influencia entre las masas populares.

La contundencia de su prestigio era de tal magnitud que por momentos en el ambiente publico se sentía que entre El Moreno y el entonces joven y fogoso líder político democrático anti imperialista José Francisco Peña Gómez, a la sazón Secretario General del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), había cierto pugilato, pues aparentaba que se diputaban la simpatía popular como figuras estelares de la oposición política al gobierno del presidente Balaguer.

Ambos dirigentes populares vanguardizaban con creces sus respectivos proyectos políticos, polarizando la efervescencia del anti-balaguerismo revolucionario y anti-imperialista del pueblo dominicano.

Por demás los dos se tenías gran afecto y se prohijaban una fuerte amistad. El doctor José Francisco Peña Gómez siempre elogió y respeto los valores y condiciones que encarnaba el Secretario General del Movimiento Popular Dominicano (MPD) Maximiliano Gómez, El Moreno, hijo de una humilde mujer, lavandera y de oficios domésticos, doña Mariana Nazario y del obrero portuario, Papito Gómez, apenas llegó al octavo curso de la educación intermedia.

No obstante logró superar las limitaciones académicas y las lagunas culturales de su medio social concomitantemente con su entrega a la causa de la clase obrera y del pueblo sufrido, transformándolo en uno de los hombres más importante parido por nuestro pueblo.

Su práctica revolucionaria, su lucha, su sacrificio y su muerte a mano del imperialismo en contubernio con sertores del movimiento revolucionario dominicano están grabados eternamente en la conciencia del pueblo, y su figura crece y se agiganta cada día más en nuestros corazones.
“Cuando se muere en brazos de la patria agradecida termina la muerte, la prisión se rompe y empieza al fin, con el morir, la vida”. José Martí.

El Moreno era al momento de su cobarde, premeditado y vil asesinato en Brusela, Bélgica en mayo del año 1971 el cíclope del movimiento revolucionario dominicano. Con su muerte todas las estructuras del movimiento de lucha anti-balaguerista para desplazar violentamente al gobierno surgido de la nefasta intervención extranjera  de 1965 quedaron atónitas.

Fue un golpe contundente, demoledor y aterrador, el pánico asomó entre las fuerzas populares que impotentes, taladradas de dolor, iniciaron un forzado repliegue táctico que se prolongaría hasta mermar las emociones y los sentimientos de lucha. La Revolución dominicana retrocedió. La voluntad de combate fue mermada.

“Los revolucionarios seguimos haciendo la revolución aún después de muerto, cuando ya no tenemos voz para propagar nuestros ideales, quedan nuestros huesos que servirán de banderas”. Amin Abel Hasbùn.

Un comando revolucionario anti-reeleccionista secuestró al agregado militar de la embajada de los Estados Unidos, coronel Donald J. Crowley, logrando la excarcelación negociada de El Moreno y otros 18 presos políticos. Tras salir al exilio fue tenazmente perseguido por los organismos de inteligencias que lograron darle caza y asesinarlo en la citada capital europea.

Los que cumplieron la orden cobarde  de asesinar al Moreno se descalificaron como hombres. Como seres humanos. En cambio el nombre y la figura de El Moreno crece cada segundo en el sentimiento histórico del pueblo dominicano. Su nombre es más que historia es un símbolo redentor de las masas oprimidas que luchan por un futuro luminoso.

“! Sólo las flores del paterno prado tienen olor ¡/ ¡Sólo las ceibas patrias del sol amparan¡ Como en vaga nubes por suelo extraño se anda; las miradas injurias no parecen ¡ Y el sol mismo mas que en grato olor, enciende en ira no de voces queridas puebla el eco los aires de otras tierras, y no vuelven Del árbol espesos entre las ramas Los pálidos espíritus amados¡. “José Martí.

Maximiliano Gómez, El Moreno, gran titán de la lucha patriótica, hijo de estas tierras de poeta y caña de azúcar, tu nombre jamás será borrado de la conciencia de tu agradecido pueblo.

Y, a pesar de que muchos de los que ayer te admiraban, te endiosaban y te acrisolaron para congraciarse con la coyuntura del momento, de la efervescencia política, aparentando con su pose que eran parte del ejercito de patriota que tu encabezaba.

La historia dice lo que son, apóstata de tu ejemplo revolucionario comunista, y en consecuencia desarrollan una práctica traidora, pusilánime y reaccionaria, blasfemando tu nombre y en algunos casos esporádicos levantan tu memoria para cosechar pingues beneficios sociales, materiales, económicos y políticos, viviendo de fábulas, exhibiendo poses ridículas y vergonzantes, levantando el glorioso e histórico pasado que tu majestuosamente conduciste con sello de tu preciada sangre de héroe y mártir contra nuestros explotadores y opresores..

Esos cuaimas que ofenden tu memoria no pasarán ya el pueblo lo tiene ubicado, ellos ya no tienen futuro, su falta de consistencia ideológica y entereza revolucionaria lo ha lanzado al fango del desprecio.

Más pudieron las prebendas materiales de la clase opresora y los placeres del poder  que la lealtad que debieron profesarte.

El proceso revolucionario con su alta y su baja, con sus yerros y deserciones continúa su ritmo histórico, su curso dialéctico, hacia la concretización de los ideales por los cuales tú caíste.
Gloria eterna para Maximiliano Gómez, El Moreno, el más grande dirigente proletario, hijo de San Pedro de Macorís.

Nota: publicado en la página 5 del periódico semanario MACORIX, edición No. 49, del 30 de mayo de 1985.
 

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Maurice Bishop: ayer Libertador; hoy Mártir

http://elcolosodemacoris.com/



Por: Enrique Cabrera Vásquez

Maurice Bishop, el líder granadino que fuera depuesto como jefe de la revolución que él iniciara con el Movimiento Nueva Joya, el 13 de marzo de 1979, fue un consagrado defensor de su pueblo para quien siempre soñó lo mejor.

Dotado de una gran capacidad política, excelente orador, político sagaz y atrevido, inició los profundos cambios que necesitaba su Granada del alma, asumiendo siempre una actitud de cara al pueblo y a la historia.

Jamás asumió desde antes y durante la revolución una posición desesperada ni se dejó atrapar por la anarquía. Fue un líder político con mucho tacto y respeto.

El proceso revolucionario de Granada tuvo su punto de partida en enero de 1974 cuando estalló una huelga nacional independentista para impedir que Eric Mattewa Gairy usurpara el poder.

Gairy era un aventurero mafioso y sin el menor escrúpulo; aprovechó la crisis de 1951 a raíz de una huelga realizada por el primer sindicato creado en la isla. A mediado del siglo veinte este sindicato irrumpió violentamente en la vida pública de la isla, y en 1951 organiza una gran huelga, Eric Grairy, un desalmado joven lleno de codicias que había residido casi toda la vida fuera de la isla asume la conducción de la isla instalando una de las tiranías más bestiales del mundo, al grado tal que la prensa lo bautizó como el Idí Amín del Caribe.

El Movimiento Nueva Joya, que había nacido en marzo de 1973 como resultado de la fusión del Movimiento para Asambleas del Pueblo, MAPI, fundado en 1972 por Maurice Bishop y Kendrik Radik y Jewel, movimiento creado por Selwyn Strachan en 1972, tomaron el poder el 13 de marzo del 1979, iniciando un profundo proceso de corte nacionalista y de marcada orientación socialista en la reestructuración de la economía y los servicios sociales de la nación caribeña.

A partir del gobierno ligereado por Bishop Granada inició un proceso de organización sin precedente en la historia de esa pequeña isla del Caribe. Un amplio programa de planificación y desarrollo de la economía se puso allí en marcha, demostrándose un significado incremento de su Producto Interno Bruto y una mejor distribución de los ingresos, así como la ampliación de la cobertura de los servicios de salud, educación, la recreación para la mayoría de la población y grandes reivindicaciones sociales, lo que posibilitó que Bishop calara hondamente en la conciencia de su pueblo, el cual tenía fe en él, y en consecuencia era receptivo con su inmenso liderazgo.

Bishop fue un hombre sensato y ecuánime que desarrolló el proceso revolucionario granadino con gran flexibilidad democrática. Sus detractores y golpistas o mal interpretaron esta actitud de Bishop o trataron de ignorarla concientemente en interés de sus apetencias personales.

No hay ninguna razón valedera para justificar su vil asesinato de parte de una pandilla de anarquistas dogmatizados. Bishop era el verdadero representante de las voluntades e intereses de los granadinos. Su liderazgo era tan sólido que las masas lo rescataron, momentáneamente, horas antes de su muerte de su cautiverio para llevarlo en brazos a tratar de retomar el poder arrebatado por la insensatez y la ignominia.

Los Estados Unidos, que siempre fraguaron planes para derrocarlo, no pudieron hacerlo, no sólo por la coherencia que en vida de Bishop tenía el Estado Revolucionario granadino, sino por la carismática influencia que éste ejercía hacia el pueblo .

Si los norteamericanos hubiesen invadido Granada en vida de Bishop la situación interna fuera otra y la externa más enérgica y militante en contra de la intervención militar estadounidense que allí se produjo tras su derrocamiento y cobarde asesinato.

La invasión de los Estados Unidos en Granada fue la consecuencia de un descabellado y torpe acto político de quienes cegado por su ambición y miopía política, se sobrestimaron por encima de la realidad histórica del momento.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Nueva York, entre lo portentoso y el miedo

Nueva York, entre lo portentoso y el miedo

http://www.viejoblues.com/Bitacora/coloso-de-macoris

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

Nueva York.- Esta gigantesca urbe metropolitana cuyos encantos peculiares deja anonadado al visitante primario, trémula, portentosa, se muestra hacia el universo mostrando con orgullo su variado contraste y perfección arquitectónica.


“La Gran Manzana” o “La Capital del mundo” se explayó al firmamento internacional con signo histórico al erigirse como capital de los Estados Unidos de América desde 1785 hasta 1790.


Desde entonces se convirtió en la gran ciudad apetecible por la generalidad de los inmigrantes universales que la visitan en procura de un mejor horizonte económico y social.


Esta mega ciudad de multicolores contrastes, extensa e inmensa, muestra orgullosa sus más de 129 mil kilómetros cuadrados que conforma su condición de uno de los más importantes estado de la Unión.


Con sus montañas, ríos; unos 8 mil lagos, 205 kilómetros de playa sobre el Océano Atlántico. 603 kilómetros de costa entre los lagos Ontario y Erie y las famosas cataratas del Niágara del lado norteamericano.
Con su famoso Central Park, el Empire State Building, monumental edificio del arte deco con sus 102 pisos de alto, la catedral de San Juan El Divino, la construcción neogótica más grande del mundo.


El Chrysler Building construido en 1930 y que fuera en esa época el edificio más alto del mundo; el Citicorp Center, uno de los rascacielos más famosos de la ciudad, el bello edificio que aloja el Ayuntamiento; el City Hall, del período de la arquitectura Federal, su popular Estatua de la Libertad, un regalo del pueblo francés a los Estados Unidos en 1884.


El World Trade Center conocido como las mundialmente Torres Gemelas de 110 pisos de alto, ( destruidas por un acto terrorista el 11 de septiembre del 2001), el Rockefeller Center, todo un bien diseñado conjunto de majestuosos edificios de gigantescas alturas, sus impresionantes puentes que simbolizan su alto desarrollo material, las Torres con cúpulas de cobre, la isla Ellis y la línea del horizonte de Manhattan, todo una hipnótica belleza; en fin, es Nueva York una inmensa y agradable metrópolis atractiva llena de belleza material y florecimiento social.


Pero esta encantadora realidad entra en abierta contradicción con su situación humana. A la par que se exhibe ese Nueva York maravilloso, el que vemos en las películas y los documentales interesados, se oculta el Nueva York en el que abundan los hechos de violencia y bestialidad humana.


El índice de criminalidad y delincuencia resultante de la brega de consumo y tráfico de estupefacientes es sumamente alarmante. Miles de potenciales y presuntos delincuentes criminales han tomado sus calles.
Aquí nadie esta seguro; nadie se preocupa por la suerte del otro sino por la propia. El individualismo predomina en las relaciones humanas. La cultura del miedo, del pánico domina las interrelaciones humanas.


En Nueva York, nadie confía en nadie; una desconfianza creciente reina en su entorno social. Todos se miran con recelo y temor. Nadie saluda a nadie. Las miradas se cruzan en un ritual de silencio incógnito, siempre a la expectativa, en la espera de la potencial agresión o del asalto.


Una vida humana vale menos que un arete de 30 dólares, el precio que cargaba una joven mujer, de 23 años, cuando fue arrojada a las líneas férreas del tren en Brooklyn por un mozalbete de apenas 15 años de edad.
Bajos los efectos alucinantes de las drogas miles de adolescentes se lanzan implacablemente contra el género humano. Asesinan, secuestran, matan, asaltan, violan, atracan, roban, engañan, mienten, en fin; cometen las peores tropelías, atrocidades y canalladas imaginables.


Ni siquiera en los apartamentos de los Builldig se esta seguro. Cada vez que alguien toca una puerta anunciándose, desde su interior le responde una voz temerosa y desconfiada que cree le llegó su turno de ser asaltado.
De nada ha valido el esfuerzo de las autoridades para reducir a su mínima expresión el auge de la delincuencia criminal, resultante del auge del consumo y venta de estupefacientes. Cada segundo se reporta la ocurrencia de un nuevo hecho de sangre o de la explosiva conducta criminal de un maniático psicópata víctima del consumo excesivo de drogas.


La magnitud de esta preocupante situación ha desarrollado en el sentimiento personal una actitud insensible y hasta inhumana. Todas las fibras humanas han sido invadidas por la cultura del miedo y el espanto. A nadie le importa la suerte ajena. No hay espacio para la condición humana sino para la bestialidad.


Muchos analistas culpan de la situación a la emigración hispana, asiática y árabe, entre otras. Otros más osados y atrevidos asumen una posición racista y claman por el cierre de la frontera norteamericana como una solución para contrarrestar el mal.


El debate ha llegado al más alto escenario político, y los aspirantes a la Casa Blanca tocan el tema asiduamente con profundidad en cada campaña electoral.


No se puede culpar a la inmigración, la sociedad estadounidense históricamente por si misma es una sociedad de forastero, de inmigrantes. Nadie puede considerarse auténticamente norteamericano.
Ese país fue creado por llegados de otras tierras lejanas y cercanas. Es verdad que hay inmigrantes indeseables e indignos de permanecer guarecidos por el “sueño americano”. Pero la mayor verdad es que la mayoría de los que llegan a esa gran nación lo hacen esperanzados en encontrar un trabajo digno que le permita socorrer sus necesidades vitales. Allí llega gente buena y mala como también hay norteamericanos buenos y malos que van hacia otros países.


El problema no está en la inmigración sino en el propio desarrollo desenfrenado y sin control. Los lumpenes, los degenerados y anti sociales que siembran el terror y el llanto en las calles de Nueva York son una minoría. Un reducido conglomerado multiétnico carente de conciencia y responsabilidad moral. Esa claque parasitaria y nefasta se ha amparado en la hospitalidad para vivir del desasosiego y el temor.


Estados Unidos como un todo es una extraordinaria nación digna de respeto y admiración, y Nueva York es una magnifica ciudad, acogedora y placentera. Sus cinco distritos, Manhattan, Brooklyn, Bronx, Queens y Staten Island, conforman todo un mundo deseado y apreciado.


Es verdad que hay dos Nueva York, el de los rascacielos; el Centro Lincoln de Bellas Artes, el Museo Metropolitano del Arte, el Museo de Historia Natural, el Museo Gauggenheim, el Puerto Marítimo de la Calle Sur, el Puente Queensboro, el puente Verraza, el Muro del Recuerdo, Greenwich Village, el edificio que aloja la sede de las Naciones Unidas, el Centro de Convenciones Jacobo Javits, el Madison Squeare Garden, la belleza impresionante del centro y el bajo Manhattan, el Times Square, la larga calle Broadway “ donde se cruzan dos caminos del mundo”, la plaza World Wide y el Edificio Old Flat Iron, La Catedral de San Patricio, las avenidas Quinta y Sexta, la Plaza Rockffeller, la Original Torre Spirling, la Terminal Grand Central con su reloj Mercurio, Hércules y Atenas, el edificio Crown, la Mansión Marcy, el Holiday Inn Crown Plaza, el Hotel Essex House, el Gran Hotel Hayatt, el Hotel Carlyle.


El Nueva York de las películas pintoresco y sustanciado por las extravagancias absurdas y escandalosas; y el otro Nueva York; el de los negros de Harlen, el de los drogadictos que pululan por sus calles, el de las gangas de jovenzuelos asesinos y desalmados, el de los consumidores y vendedores de drogas, el de los hampones y más altos y refinados delincuentes, el del miedo y la inseguridad.


El Nueva York “de los bajos mundo de Manhattan”, ese que no se presenta en revistas ni documentales turísticos. Ese que cada día crece ante la impotencia de sus autoridades y que es visto con ambición por los cazadores de fortuna mal habida.


Este es el gran contraste de esta “manzana”, que se debate antagónicamente entre su portentoso desarrollo tecnológico, material, económico, industrial, descomunal y social, y su creciente individualismo cargado de insensibilidad humana. Entre el esfuerzo de sus dirigentes y la constante provocación y desafío de la sociedad delincuencial que trata por todo los medios de apoderarse de sus calles.


Entre la titánica entrega al trabajo productivo y un ejército de parásitos sociales, de vagos, prostitutas, vendedores de drogas, lumpenes y delincuentes de la peor ralea.


En sentido general Nueva York es una ciudad hospitalaria y acogedora. Portentosa y majestuosa. Monumental y atractiva. De llamativos encantos y singular belleza arquitectónica.


La de los dólares y más dólares, la que simboliza el progreso y el desarrollo. La que siempre se mantendrá imponiendo como “LA CAPITAL DEL MUNDO”.


Enrique Cabrera Vásquez


http://www.viejoblues.com/Bitacora/coloso-de-macoris


http://elcolosodemacoris.com/

viernes, 14 de noviembre de 2008

Conceptualización Científica del Arte. Emociones Humanas y Literarias


Conceptualización Científica del Arte. Emociones Humanas y Literarias.
 
file:///C:/Users/pc/Desktop/FOTO1_files/MELLO.jpgEscrito por: Enrique Cabrera Vásquez.
Foto del periodista Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo), autor del presente libro.

Nota informativa de interés: La primera parte de este ensayo crítico se  publicó en el periódico semanario Macorix, en su edición de julio del año 1993,  páginas  9  y 10. Y luego  publicado en la edición digital No. 7 del periódico digital Opinión, Madrid, España, incluido entre sus principales titulares de primera página del viernes 30 de noviembre del año 2001, portadilla No. 7, sección Cultura, Ciencia y Sociedad, así como en otras importantes  páginas Web de la red de Internet. Hoy (complaciendo peticiones) por recomendaciones insistentes de varios colegas periodistas, escritores e intelectuales y algunos amigos cercanos, tenemos a bien, recoger de manera actualizadas esos criterios conceptuales convertidos en  libro, haciéndole  algunas correcciones de errata con que fue publicado  originalmente  la primera vez que vio la luz. Gracias.

"¿Qué demonio os irrita y os hace maldecir? Si un libro os molesta: ¿quién os obliga leerlo?". Boileau. *

Dedicatoria del presente  libro

En primer lugar a mi inolvidable y siempre venerado padre Antonio Cabrera (Mi querido), 1904-1976) fallecido el 24 de diciembre de 1976, obrero portuario, ejemplar  ciudadano, honrado,  honesto, decente y muy respetuoso. A  mi abuela y madre de crianza Elisa Vásquez,  quien falleció el domingo 23 de marzo de 2008,  mujer entregada  en cuerpo y alma a sus adorados nietos Quiquito y Bertico, oriunda de Las Guáranas, Hato Mayor, trabajadora fabril en los talleres de confecciones y costuras de los hermanos Antún, hermanos  Rissi, y Zoraida, quien nunca desmayó en nuestro cuidado y atenciones.  A  Paula Elvira Vásquez (Niña), mi madre materna, mujer del pueblo firme solidaria con sus hijos Mellizos gemelos, y quien expiró  el 21 de septiembre de 2003.

Fotos de mi padre Antonio Cabrera (miquerido), de mi abuela madre de crianza, Elisa Vásquez y de mi  madre Paula Elvira Vásquez (Niña).





Fotos con mis hijos Elba Carolina Cabrera Moquete, Brenda Elizabeth y Enrique Antonio Cabrera Reyes. Las dos últimas la noche del 31-12-2013.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lady Di, Diana Spencer, princesa de Gales, La Princesa Diana, flor universal

http://elcolosodemacoris.com/
http://www.viejoblues.com/Bitacora/coloso-de-macoris

Por Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo)

La prensa mundial a todos los niveles. La universalidad de los medios de comunicación, reseñaron profusamente el trágico final de la bella, hermosa y gentil mujer, Lady Di, Diana Spencer, La Princesa de Gales.

Le dieron amplia cobertura noticiosa a su muerte ocurrida la madrugada del domingo 31 de agosto (1997), mientras huía o trataba de evadir desesperadamente, a un grupo de fotógrafos periodísticos conocidos peyorativamente como paparazis, quienes la asediaban constantemente, acosándola sin tregua, con una conducta carente de delicadeza profesional y respeto personal.

Producto de esta necia, terca y obstinada persecución, al automóvil Mercedes Benz, en que iba la princesa Diana junto a su novio, el multimillonario Dodi Fayed, su guardaespaldas Trevor Rees-Jones y el chofer Henri Paúl, se estrelló contra los muros laterales de la pista subterránea, por donde se desplazaba, y con excepción del guardaespaldas Trevor Ree-Jones, todos murieron en ese desdichado accidente.
Luego del mismo, las autoridades francesas dijeron que el conductor del coche siniestrado estaba ebrio y que conducía a una velocidad de más de 160 millas por horas.

No importan los razonamientos técnicos y jurídicos lo cierto es que la princesa Diana pereció involuntariamente fruto del acoso temerario y la persecución mercurial y mercenaria de los llamados paparazis.

La súbita muerte de La Princesa Diana de Gales posibilitó en su momento que sentimientos que creíamos sepultados por el avance arrollador del individualismo consumista, resurgieran de manera generalizada. La humanidad conciente reaccionó sumamente afectada ante esta tragedia que conmovió profundamente todas las razas, religiones y estados del mundo.

La tragedia enlutó todos los corazones sensibles y generosos del mundo. Todos sentimos en ese instante pena y dolor. Todos lloramos a La Princesa Diana. Verdadera manifestaciones de dolor, respeto, admiración, consternación, indignación y pesadumbre se dejaron sentir por todas las regiones del mundo. Todos quisieron expresar su angustia y desgarramiento espontáneo por ese infausto acontecimiento.

La muerte de La Princesa Diana catapultó una la más grandes manifestación de solidaridad jamás conocida hasta ese momento. Todos procuramos decirle a la Princesa vilipendiada, maltratada, injuriada, calumniada, acosada, perseguida y sometida a los caprichos monárquicos; victima de la intriga de Castillo, que siempre estuvimos con ella, apoyándola sin renunciar nunca a su credibilidad.

Ella que estoicamente blandió su frágil figura sin más arma que su cautivante belleza; su gran corazón bondadoso, realizando obras de caridad, abrazando sidosos y enfermos terminales desahuciado por la ciencia médica, luchando contra las minas terrestres en pobladas zonas de guerra, levantando la ideología del amor y la comprensión; preocupándose por la suerte del medio ambiente, por los valores humanos. Asumió una práctica social reivindicando las ansias de justicia humana.

Titánicamente se impuso a la sordidez monárquica, a la cultura morbosa propiciada por mezquinas instancias sociales, egoístas, derrotó hasta con su muerte a esos seres desquiciados y absurdos que la atropellaron sistemáticamente en un intento estúpido de enlodar su imagen, de desminuir su gratificante, oportuna y consecuente solidaridad para con la humanidad, el impacto, emocional de su presencia universal, sólo brindando amor, generosidad, perdonando a sus detractores interesados.
Nuestra amada Princesa de Gales conquistó los corazones del mundo. Aquilató su imagen con creces esparciendo ternura y esperanza.

Hoy la humanidad agradecida y generosa con su doliente alma testimonia de la manera más honda posible, su afecto e identificación para con ella, tan buena, dulce, generosa y espontánea. Madre desvelada siempre por la suerte de sus dos hijos, menores de edad (al momento de su muerte), los príncipes Guillermo y Enrique.

Lady Di rompió los moldes tradicionales del dogmatizado protocolo de la cerrada monarquía británica, estrechando la mano de los pobres y necesitados del mundo, abrazándose con sinceridad manifiesta con la inolvidable Madre Teresa de Calcuta, ese otro ser maravilloso y ejemplar, en la justa y humana causa en favor de los marginados de la fortuna. Por eso es que hoy impotentemente lloramos su violento e inmerecido final.

La Princesa Diana reunió en su conducta los alti-bajos que se dan en el desarrollo dialéctico de la conducta humana, expresando sin ambages en su rutinaria cotidianidad su independencia de criterios, sin cumplidos hipócritica ni formas politiqueras; asumió su rol de Princesa; princesa de los pobres, sin igual, abierta, franca, honesta y sincera consigo mismo y la sociedad mundial. Integra y resuelta en sus sentimientos.

Sectariamente categorismos que con su muerte Lady Di se agigantó. Se inmortalizó y se lanzó vertiginosamente hacia la gloria. Hoy es venerada y amada por millones de hombres, mujeres y niños. Se reconoce su valerosa presencia en la faz de la tierra, su aporte inmenso. Su justa y altruista causa la convirtió en una flor universal surgida del bello jardín de la solidaridad humana.

En la Princesa Diana; nuestra princesa eterna, la vida crece y se esparce con donaire poético. Y es que frente al desgarramiento de los valores humanos y la proyección de una cultura individualista, egoísta, morbosa, cimentada en la competencia mezquina que anula el estimulo moral, el espíritu de solidaridad y entrega a causas nobles y altruistas, ejemplarizada en la brega afanosa de nuestra amada Lady Di, La Princesa Diana; la vida adquiere otra dimensión, brota en nosotros con fuerza optimista un hálito de esperanza; ella, nos rescata y solivianta, recobrando la confianza en la creencia en los conceptos de la solidaridad humana.

De la caridad y la beneficencia social, socorriendo indiscriminadamente a todos los marginados. Liberándonos de la rutina degradante que nos anonada e impulsa como máquina hacia una práctica que recela del calor humano.

Con profunda pena aceptamos la muerte de La Princesa Diana, a la que no volveremos a ver liderando causas redentoras. Mirando su rostro siempre fresco, sonriente y bondadoso. Con sus dulces gestos, tan naturales. Con hondo pesar aceptamos esta infausta realidad del destino, la forzada ausencia física entre nosotros de su agradable compañía, dulce, solidaria y alegre, llena de entusiasmo, un estímulo contagioso de dignidad humana.

¡Cuánta tristeza! ¡Cuándo dolor! Por ti, Laddy Di; nuestra querida y amada Princesa Diana. Con fervor público expresamos nuestro amor por ti, buena mujer, con desbordado sentimiento de dolor te manifestamos todos los afectos posibles.

¡Paz y amor siempre para ti Lady Li del mundo!

Nota: publicado en el periódico semanario EL COLOSO DE MACORIX, edición 15 de septiembre de 1997, pagina 7 de la fecha.

Nota: Reseña de prensa al momento del hecho.

El mundo entero se conmovió con la trágica muerte de Diana, princesa de Gales, madre de un heredero del trono británico y, a sus 36 años, la mujer más fotografiada del mundo. Diana encontró la muerte, la madrugada del domingo 31 de agosto de 1997, en París, Francia, en un accidente automovilístico en el que murió también su amigo, el millonario egipcio Dodi Fayed, de 41 años.

Lady Di. Nunca fue plebeya, sino todo lo contrario: Diana Francés Spencer era pariente lejana de la familia real. Hija de Edward Spencer, vizconde de Althorp, y de Frances Ruth Roche (hija del cuarto barón de Fermoy), pasó a ser conocida con el nombre dinástico de Diana de Gales. Lady Di y su novio egipcio se mataron en un choque en pleno centro de París También murió el chofer del auto La pareja había cenado en el Ritz Los persiguieron fotógrafos en moto, al cruzar un túnel a gran velocidad se estrellaron contra un muro.

(París. AFP, Reuter, AP, Mordzinsky y Avignolo).- La princesa de Gales, Lady Diana Spencer, de 36 años, murió como consecuencia de graves heridas sufridas en un accidente automovilístico, según confirmó esta madrugada el ministro del Interior de Francia, Jean Pierre Chevenement.

Estaba internada en terapia intensiva desde la 1.38 cuando el auto, que iba a más de 100 kms. Por hora, chocó contra la pared de un túnel de tránsito rápido en el centro de esta ciudad. Con ella murió su novio, el millonario egipcio Dodi Al Fayed (41).También murió el conductor del auto, que era empleado de seguridad del Hotel Ritz y chofer personal del millonario.

El guardaespaldas de Lady Di sufrió heridas muy graves y estaba hospitalizado. En el lugar del accidente, la policía no pudo impedir que los fotógrafos tomaran imágenes del Mercedes Benz totalmente destrozado y arrugado como una lata.

El accidente ocurrió cuando el auto era perseguido por varios fotógrafos paparazzi, que iban en motos a toda velocidad por el túnel. El viaducto es una ruta de tres carriles por mano, sin guardarrail en el medio. Al parecer, el accidente lo provocó un fotógrafo que se cruzó con su moto.

Uno de los testigos, después, se habría peleado con el paparazzo. El príncipe Carlos de Inglaterra, ex marido de la princesa de Gales, fue informado sobre el accidente y el estado de la princesa en el castillo de Balmoral, donde pasa sus vacaciones. Las heridas de la princesa Diana eran principalmente en la cabeza y fue internada de urgencia en el hospital de La Pitié Salpetriere.

El choque le fracturó un brazo y provocó traumatismos mortales de cráneo, además de heridas en una pierna. El ministro francés del Interior, Jean Pierre Chevenement, el embajador inglés Sir Michael Jay y el prefecto de policía de París, Philippe Massoni, estaban anoche en el hospital.

El director de la policía judicial de París, Patrick Riou, encabezó personalmente la investigación. La policía detuvo e interrogó a cinco paparazzi en relación con el accidente, también fueron secuestradas dos motocicletas en las que se presume que iban los fotógrafos.

El auto golpeó contra un muro de cemento del túnel a más de 100 kilómetros por hora. El radiador del auto quedó encima de la rodilla del guardaespaldas de la princesa Diana. Hubo un gran embotellamiento de tránsito y el túnel -que está ubicado en el distrito VIII de París cerca de la Place Alma- fue cerrado durante dos horas, mientras la policía impedía la entrada del periodismo.

Dodi Al Fayed era hijo del dueño de Harrods y del Hotel Ritz de París, Mohamed Al Fayed. El joven millonario había llegado con Lady Dy desde Portofino el sábado a la tarde, en su jet privado Gulfstream. Luego de cenar juntos en el Hotel Ritz, frente a la Place Vendome, la pareja salió en auto hacia un petit hotel que Dodi Al Fayed tiene el aristocrático distrito XVI.

Tomaron un camino paralelo al Sena para evitar a los fotógrafos, que los siguieron adentro del túnel. La noticia conmocionó a los europeos, que en el mes de agosto están de vacaciones, porque el noviazgo entre el millonario egipcio y la princesa Diana fue la telenovela del verano.
La BBC de Londres interrumpió la programación habitual. Lo mismo hizo la CNN y Radio France. En Londres, el primer ministro Tony Blair dijo que era una noticia muy triste no bien se informó sobre el accidente.

También el presidente norteamericano Bill Clinton pidió estar informado. Fuentes del Palacio de Kensington confirmaron las noticias, y se informó que Mohamed Al Fayed estaba volando en helicóptero a París, desde Londres.

El regreso La princesa de Gales tenía que estar el 1 de septiembre en Londres, para que su ex marido Carlos le entregara a sus hijos, William Arthur y Henry Charles. Con ellos, Lady Di tomaría unas pequeñas vacaciones hasta el 15 de septiembre, cuando los chicos empiezan sus clases.

Estoy muy enamorada, por fin encontré a una persona que me respeta, me quiere y me protege, había dicho la princesa a su modisto argentino Roberto Devorick.

El joven millonario egipcio pasó por los colegios más caros de Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Era un fanático del polo y jugó en el equipo de la Academia Militar de Sandhurst.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La grandeza de Antonio Gala

La grandeza de Antonio Gala


La grandeza de Antonio Gala

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

Antonio Gala en diferente escenario, fotos de archivo.

SAN PEDRO DE MACORIS, 27 de febrero de 1995.- Nimbado por el aura mágica de sus palabras tiernas y sencillas, salidas de la profundidad de sus adentros; envuelto en el misterio cautivante de su figura carismática, templada por su vasta concepción filosófica de la vida y de la muerte, nos vino la presencia solemne y gallarda; extraordinaria y majestuosa; prodigiosa, infinita e inmensa del gran Antonio Gala.

Prolifero escritor y periodista, hombre de ideas y letras universales. Español y del mundo. Pluralizado y exclusivo; para arroparnos con sus aterciopeladas palabras, hirsutas y sinceras, sin de menos y sin demás. Justas y precisas. Expresada con magistral elegancia; con suma teatralidad dramatúrgica

Con sencillez hipnótica, con fluidez y soltura sugestiva. Adueñándose del escenario, del auditorio, que quedó anonadado ante el peso moral y espiritual de este solitario hombre que pulveriza conceptos falsos y estridentes. Trepidando sin inmutarse la reciedumbre de su figura enjuta.

En cada gesto y ademanes; en cada movimiento estilístico con que le imprime fuerza a la entonación melodiosa de su discurso — conferencia, fascinante, acentúa la veneración espontánea e instantánea de un público harto de escuchar charlas y conferencias cargadas de estereotipos rutinarios, flemáticos, gastados por su manoseo y contaminados por su impureza.

Frente a él, no hay escape posible, no hay desvaríos fantasiosos ni aburrimientos. El orden esmerado de su palabra, la elegancia de su discurso concluye en un éxtasis de recogimiento y respeto. ¡Hasta aplaudirlo perturba!

Él es la palabra encantada que al escuchar (desde la primera vez) no queremos que se nos escape; que cese ese (su) aluvión de prístinas ideas, puras y sinceras.

Tan fuera de lo ordinario, de lo común; libre de las ataduras ideológicas y de los apremios políticos.

Sólo él puede estar por encima de los Sistemas y de los Estados. De los gobiernos y de los gobernados.

Es la expresión gallarda, orgullosa, soberbia, presuntuosa, arrogante y hasta jactanciosa (a él le cabe y le luce), que se subleva contra los convencionalismos fastidiosos, esquizofrénicos, que nos atrofian y limitan.

Así es la recia personalidad y el hombre social, Antonio Gala. Ese que nos trajo el Seminario Internacional de Comunicación de CODETEL, celebrado del 20 al 24 de febrero de 1995, y que concluyó con su portentosa Conferencia de clausura, y que nos trajo todo un infinito mensaje real y claro conjugado en el peculiar título, “El mito de la libertad”, Por eso nos conceptualizó con honestidad, sin ambages ni miramiento, “el hombre no tiene libertad auténtica”.

En efecto, Antonio Gala dictó una impresionante Conferencia con el tema “El mito de la libertad”, en el referido Seminario dedicado a Don Rafael Herrera.

En ella afirmó la carencia de libertad en el hombre, su condición de sometido a valores y patrones falsos e irresponsables.

“No somos más que seres intercambiables galopando hacia la frustración y la locura”, dijo.

Este apasionado cultor de la soledad nos denuncia con crudeza filosófica los andamiajes intrínsecos que se dan en la multimillonaria publicidad y propaganda comercial y política, que nos aleja de la real libertad y nos convierte en seres idiotizados, engreídos, vanidosos, fastuosos, ridículos, rindiéndoles culto a la riqueza, el consumismo y al morbo. Seres atrapados por “frases, pensamientos y opiniones pre-fabricadas”.

Sólo un alto intelectual con la vasta erudición teórica y conceptual, con criterios firmes, como Antonio Gala, nos puede enriquecer y motivar al proporcionarnos estos criterios de un alcance revolucionario de tan vasta dimensión. Es el discurso de un filósofo y un humanista que vino a transmitirnos su energía de cambio; a enseñarnos la auténtica verdad, esa tan celosamente ocultada con argumentos tejidos interesadamente por quienes se han propuestos “descerebrarnos”.

Gala no es un improvisado. No es un visionario fanatizado catapultador de sacrificios y acciones heroica. Su vuelo ha sido dialéctico.

Es la resultante de un intrincado proceso cáustico y reflexivo. Raúl del Pozo nos dice de él que le enseñó a España a ponerse los pantalones.

“Es Antonio Gala, la moneda de un dios arrogante con dos caras, una oculta, pesimista, que dice “no”. No a la OTAN, no a la video-guerra, no a la corrupción.

Hay otro Gala, anarquista comprensivo, que dice “sí” al amor y a la libertad, con un estilo lírico, Juan-romoniano de sensibilidad latina y andaluza”.

“Es narrador poeta, dramaturgo, conferenciante, de conciencia moral muy despierta, cuando comenta la política es burlesco, gallardo, cáustico.

Cuando trata de los sentimientos y de los paisajes, la melancolía o la muerte, lo hace con precisión del hombre que ha vivido todas las pasiones.

Pero en los dos Galas, en el agitador y en el poeta, encontramos sobre todo esa belleza conmovedora, que ha sabido conectar con la sensibilidad contemporánea que lo ha erigido como ídolo…”. Dice.

Así, a grosso modo, nos describe Pozo a este formidable pensador español y universal nacido el 2 de octubre de 1936. Licenciado en Filosofía y Letras, Derecho y Ciencia Políticas y Económicas. Con gran vocación cultural y literaria, que ha cultivado todos los géneros literarios: ensayo, novela, poesía, teatro, periodismo, conferencia, guión televisado y cinematográfico.

Autor de Enemigo Íntimo (1963), Los Verdes Campos de Edén ( 1963), ganador del Premio Nacional de Teatro, Soneto de la Zubia, Testamento Solsticio de Invierno, Si los Padres Hablaran, Anillos para una Dama ( 1973); Las Citaras Colgadas de los Árboles ( 1974); por Qué Corre Ulises? ( 1975); Petra Ragalada (1980); Carmen, musical estrenado en 1968, etc.

Se le debe también el libreto de la ópera Cristóbal Colón y adaptaciones teatrales de Claudel, Albee y Ocasey.

Sus obras han sido traducidas a las lenguas más importantes. Con su primera novela, El manuscrito Carmesí, ha obtenido el Premio Planeta 1990.

El  Gala humanista y poeta más que comprender al género lo evalúa; trata de rescatarlo del vórtice de la tecnología nociva e inhumana.

Lo reconoce como un todo particular y general, con sus alti-bajos y proceso de etapa en la vida “la más solitaria”, “en que es pura esperanza o pura desesperación”.

En el alto vuelo de su palabra, de su mensaje gratificante que reconforta y reivindica las ansias libertarias del hombre, nos traza las pautas de la auténtica liberación. Esa que no es cupón ni trama.

Nos orienta hacia la vía de la salvación, de la “libertad auténtica”, la que debe apoyarse en la “personalidad verdadera e irrepetible en cada ser humano”.

Nos plantea que el hombre se reencontrará consigo mismo y con la Naturaleza en cuanto Naturaleza deba ser obedecida y no aniquilada. “De esta forma el trabajo se convertiría en un acto de creación, no en un castigo”, dice.

“De esta forma, el amor llegará a ser lo que es: una unión con el otro, una afirmación del otro en uno y viceversa, no en una eliminación de nuestros nombres personales, sino en una captación de ellos”.

Es esta la síntesis meridiana, sucinta y elocuente de su magno pensamiento poético, filosófico y humanista.

Gala viene a ser quizás un Krishnamurti, ese otro estupendo pensador espiritual y humanístico que nos diferencia claramente la verdad de la realidad, y nos enrumba por la delicada pendiente de la reflexión y la meditación, para que procuremos el auto liberación auténtica frente a una realidad social traumática y contaminada por la descomposición.

Y es que la privilegiada condición de poeta de Gala  le permite ese nivel único de superioridad humana, le permite ser dios para encontrarse con el auténtico Dios.

El desmitificado de los dogmas mitológicos y los ritos estúpidos como absurdos. El Dios libre de contaminación y de ataduras espuria.

El que nos brinda la auténtica libertad, surgida del rescate de nuestra voluntad. De la justipreciación de nuestra peculiar condición humana.

La que nos separa diametralmente de las ideologías fosilizadas; de los tabúes anquilosantes. En el encuentro del camino que nos matrimonia con fuerza de luz con la Naturaleza, la única Madre de todas las creaciones. He aquí la profundidad de la impronta de Gala. El vuelo indetenible de su infinito pensamiento.

Con Krishnamurdi aprendimos que además de los principios activos del hombre como el temor y el placer, existe el del sufrimiento. Y con Gala podemos objetivizar que la libertad que nos viene de afuera, no de nuestra intimidad reflexiva, es un mito. Una prisión.

“Y que cuando mayor sea la pérdida de identidad, más profunda y más honda será la exigencia de servidumbre. Porque el hombre actual se pregunta, si no soy lo que los otros piensan, que seré? Nadie, nada”

He aquí su anatema cautivante contra la inversión humana y social. El sello gomigrafo de su mensaje revolucionario y subversivo, que se enfrenta a la ideología de la mediocridad, del miedo y los dogmas. Al conservadurismo clerical y religioso y al radicalismo insensato y fascista.

Al socialismo caricaturesco y desalmado y al capitalismo inhumano e individualista. Al colectivismo forzado y a la violencia irreflexiva y emocional.

Gala, el inmenso Gala, apóstol de la legítima libertad, esa que ha sido malograda en los foros internacionales rindiéndoles culto a los egos torcidos de la bestialidad humana.

Con Gala negamos los insípidos criterios conceptuales carcomidos por la barbarie. Con claridad, valentía y seguridad nos orienta para que tremolemos nuestra voluntad adormecida, indecisa y vacilante. “Para que trabaje y se instale libremente en la vida y produzca sus beneficios”.

Cual cirujano introduce el bisturí en la profundidad del sentimiento personal para extirpar el cáncer expresado en la falsa libertad; la impuesta por las bayonetas y las bombas. La construida en hoteles de lujos y brindis publicitados.

Nos predica la auténtica libertad: la que debe surgir de la emancipación de nuestro interior; de nuestra propia liberación espiritual; la que debe surgir del amor por la humanidad y por la madre Naturaleza.

Con él iniciamos el camino para procurarnos un auténtico camino luminoso, negando la libertad surgida de los genocidios y los holocaustos. Esa que nos proporciona esta bárbara sociedad conducida por orangutanes.

La exposición clara de su palabra hecha conferencia electrizó a todo el gran auditorio que nos dimos cita en el confortable y amplio salón Anacaona del Hotel Jaragua, en Santo Domingo, convidados por el Seminario Periodístico Internacional de CODETEL.

Y no era para menos; vertió su palabra sin ningún desperdicio propia de un hombre de dimensiones cósmicas, como él.

Caló y penetró el hondón del alma humana. Soliviantó nuestra conciencia adormecida y endrogada por los invertidos mensajes pre-fabricados por los actuales regentes del mundo.

Su palabra nos estimula a luchar contra el odio y la deshumana competencia consumista.

Antonio Gala no es un nuevo Mesías pero si el portador de un rectilíneo mensaje crítico, hermoso y dulce que nos llena de satisfacción humana.

En él se manifiesta una propuesta clara y profunda de libertad y de amor.

Es la voz apasionada de un heraldo iluminado que carga con vehemencia contra el muro de la oscuridad para que resplandezca la luz; para que se abra paso la esperanza.

Y habrá libertad sin cadenas ni condiciones: sin convencionalismos ni cumplidos hipócritas. Sin precios en oro ni especies materiales. Sólo conquistada con la práctica de la moral y de la decencia. Con el respeto por la condición humana.

Esa libertad de la que nos habla Gala surgirá para quedarse siempre. Así será. Así lo desea la humanidad.

Nota al pie: este ensayo de crítica literaria se publicó primeramente en el periódico provincial-regional Macorix, página (7) siete, edición segunda quincena de febrero de 1995. Y publicado en la página Web, LOS INVITADOS DEL JARDIN, de Antonio Gala y en Poemas y Relatos, en la Web Derivas Charles Baudelaire y en viejoblues, entre otras muchas  páginas Web





 

viernes, 7 de noviembre de 2008

El pensamiento Cousteau, orientando la conciencia por la vida


El pensamiento Cousteau, orientando la conciencia por la vida

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

SAN PEDRO DE MACORIS.- Solo el respeto público universal de su acerada conducta y pureza de sentimiento, puesto a prueba, posibilitó que se erigiera en cristalina figura de vanguardia para conducir la exigente lucha por la preservación de la vida de todas las especies posibles.
En medio de la contaminación e inmundicia que flagela el rumbo humano. En medio de la absurda cultura del consumismo alegre y el individualismo impertinente, sórdido e inhumano levantado como estandarte a seguir por un conglomerado humano hostigado y atrapado por el bombardeo publicitario que incita a la inmoralidad y a la destrucción de los valores éticos.


En medio del predominio de egoístas y morbosas pasiones protagonizada a despecho de la solidaridad humana, con un discurso fresco, sencillo, claro, responsable y directo; nos viene el recuerdo, como eje inspirador y guía orientador, de la portentosa, gallarda y esbelta figura del Comandante Jacques Cousteau, ciudadano de Francia y del mundo; oceanógrafo, medio ambientalista y conservacionista, quien por décadas desarrolló una ardua labor en aras de la preservación de la vida de los océanos, mares y ríos del mundo: luchando infatigablemente por que se le respete su vida interior y sus entornos, para hacer de la vida algo más sustancioso, dulce y bello.


Para el Comandante Jacques Cousteau el medio ambiente marino, acuífero y atmosférico tenía un significado e importancia trascendental en la vida de la Tierra, fuente de las demás razones de vida. Para Cousteau la vida del hombre debería ir acompañada con el respeto hacia las demás especies; especies que nacieron millones de años antes que el hombre.

Con ahínco apasionado denunció contundentemente a las multinacionales y transnacionales, a las naciones industrializadas y todopoderosas que irreflexiva y despiadadamente lanzan olímpicamente sus desechos radiactivos y tóxicos en los océanos, mares y ríos del mundo. Cousteau sin caer en la cursilería burguesa ni en el teoricismo dogmático y tautológico, tan en boga en estos tiempos, nos hace sentir su voz clamando y reclamando incesantemente respeto por todas las formas de vida posible.

Con amplio sentido realista pronunció discursos y conferencias conservacionistas en diferentes latitudes del mundo orientando a la sociedad mundial para que haga conciencia de la gravedad del curso destructor por el que se ha encausado la civilización actual. Luchó por la biodiversidad de la vida del planeta Tierra en todos los sentidos con desvelo y alta vocación de servicio y dedicación.

Sin aspaviento vocinglero nos previno contra la catástrofe para que salvemos nuestro amado Planeta Tierra del desastre ecológico. De la hecatombe total. Nos orientó e indicó por donde deberíamos transitar sin lacerar traumaticamente a las demás especies que nos acompañan en la vida, contribuyendo para que no nos convirtamos en simple cenizas o amasijos de escombros.

Era nuestro Jacques Cousteau todo un extraordinario hombre con un pensamiento certero y lúcido. Un acucioso y profundo investigador de los océanos, entregado sin pausa a una práctica tendente a que salvemos todos los géneros de vida posible. Con su altruista conducta nos marcó el sendero para que nos reencontremos con la dignidad de la vida.

El grande hombre que fue Cousteau, a posterior a su deceso, prosigue su avance sosteniendo la antorcha de la razón para que salgamos del túnel pesaroso en que nos ha sumergido el modernismo implacable y la competencia industrializada. Con él; con Cousteau, caminamos por la ruta del rescate de la flora, la fauna, el ecosistema, la biodiversidad de la vida, el medio ambiente, garantías indispensables para disfrutar de una vida plena en salud en todas sus manifestaciones.

“La humanidad ha causado, probablemente, más daño a la Tierra en este siglo que en toda la historia previa del género humano”, expresaba nuestro querido Cousteau, en entrevista que concedió a Natahan Gardels, y que fue recogida en nuestro país por el matutino Listín Diario. En la misma explayó su preocupación por el crecimiento anárquico de la población, que marcha descontroladamente sin metas ni objetivos claros.

Conciente del alcance funesto de esta situación, advirtió que “Hoy día viven en la Tierra 5,600 millones de personas. En menos de 55 años, para el 2050 habrá 10,000 millones.

El radical aumento del consumo que generará la necesidad de atender este desorbitado crecimiento producirá una presión casi fatal en los recursos de la Tierra”. Estas afirmaciones muestran el desvelo del pensamiento Cousteau por la capacidad de vida de la Tierra, evidenciando con ello la magnitud de su preocupación y la necesidad de que tomáramos en cuenta sus ideas en pro de la vida.

Ya no es sòlo la rápida eliminación de la capa de ozono lo que nos conduce hacia tiempos horribles y traumáticos sino la falta de conciencia cultural para conducirnos adecuadamente en procura de las formas naturales de alimentación y subsistencia.

El afán desmedido por malograr la vida ha estado yuxtapuesto a determinados estadios de conceptos políticos y filosóficos. El mismo Cousteau lo visualizó cuando señaló que ni siquiera la planificación comunista, utilizada como la mejor forma de existencia y preservación pudo encontrar el camino del rescate por la vida. Al respecto nos dice, “un sistema centralmente planificado no podía competir con las demandas del mercado”.

En efecto, es en la demanda de un mercado cada día más exigente en que se encuentran las bases que nos conduce al desastre total. La demanda impulsada por la cultura del consumo alegre y anárquico es lo que lleva a la humanidad al deterioro de la vida. La cultura del consumismo descontrolado, caótico, prevalece como símbolo de poder social.

Cousteau considera “que es un trabajo de la sociedad y no del individuo el controlar el consumismo destructivo”. Denunció que el “sistema de mercado está llegando a preocuparse cada vez más por cosas que no existen que por las que existen realmente. Los derivados financieros que son, esencialmente, especulación sobre especulación epitomizan la distancia que existe entre el mercado y la realidad. La corteza de hielo polar, para poner un ejemplo, se está derritiendo ahora como consecuencia del calentamiento general de la Tierra...”.

El consumo por el consumo se ha convertido en la razón de existir de las sociedades de hoy. La acelerada y protagónica competencia individual del género humano gastando desenfrenadamente, cual impulso psicológico.

No importa su precio en vida humana, animal o cualquier tipo de especies. No importa que se allane el camino al desastre. El pensamiento Cousteau cree que por medio de la educación hacia los jóvenes valores humanos podríamos hacer conciencia y detener la tragedia. “Nuestras esperanzas descansan en la juventud y en la educación”.

No todo está perdido. Es verdad que vivimos el predominio de la inversión de valores y que la prisa por llegar nos limita la capacidad de razonar con frialdad y detenimiento. “Los estudiantes de hoy están presionados hacia la rampa social de pensar a corto plazo”, nos indica el comandante Cousteau.

Creyó con alto sentido de conciencia humana que las sociedades y el hombre podrán despertar de este letargo olímpico del inmediatismo. ¿Es posible?... Quienes dirigen el mundo de hoy se muestran indolentes e insensibles; para ellos sólo hay espacio para saciar sus egos torcidos y satisfacer sus caprichos inicuos.

Sí, hoy se atenta alegremente contra la vida humana sin ningún reparo ni miramiento, con mucho más facilidad se puede eliminar la vida ecológica, animal o del medio ambiente. No hay nadie que detenga este gangrenado progreso involutivo, expresión elocuente de nuestra mediocridad y atraso.

Estamos en tránsito hacia la destrucción de todas las formas de vida. Al parecer ello constituye la única motivación de existencia de los que hoy, por designios de las circunstancias históricas, conducen los destinos del mundo.

No obstante este cuadro desgarrador y dantesco, esta disposición por destruir, el mensaje de Cousteau solivianta los criterios calenturientos y nos brinda la posibilidad de volver sobre nuestros pasos y detener esta carrera galopante por protagonizar el exterminio y la barbarie.

¡Hay que salvar a la Tierra porque con ello nos salvamos todos! Tremolemos con entusiasmo las ideas salvadora de Cousteau y hagamos una humanidad más humana y conciente de su presencia en el Cosmos planetario.

Por la vida, por todas las formas de vidas posibles, abracemos el pensamiento Cousteau y con ello le demos valor eterno a la vida. A toda la vida del planeta Tierra.

Nota. Este trabajo ensayo fue publicado en el periódico semanario El Coloso de Macorix, en su edición correspondiente al 11 de Febrero del año de 1997, en su página cinco (5.) En el internet varias páginas web de Europa y Sur América lo han reproducido

.