NUEVA YORK._ La policía migratoria de Estados Unidos drogaba inmigrantes para deportarlos y en algunos de los casos, la medida fue tomada a la fuerza y la situación obligó en una corte federal a que la Agencia de Inmigración y Servicios de Ciudadanía (USCIS, siglas en inglés), fuera condenada a pagar las sumas de $50 mil y $5 mil dólares a dos de las víctimas que se querellaron, además de que permanecerán en el país con estatus legal temporario.
Funcionarios de la USCIS reconocieron que agentes de la Policía de Inmigración y Protección de Fronteras (ICE, siglas en inglés), drogaron forzosamente a los inmigrantes Amadou Diouf de Senegal y Raymond Seocoth de Indonesia, quienes recibirán los pagos y se podrán quedar por dos años en los Estados Unidos, según publica hoy el diario Los Angeles Daily Journal.
El acuerdo entre la USCIS y los abogados de los inmigrantes se hizo el lunes de esta semana y la demanda fue entablada por la Unión de Libertades Civiles y la oficina de abogados Munger, Tolles y Olson.
Los funcionarios de inmigración admitieron que además de estos dos, otros 54 inmigrantes, fueron también drogados para ser deportados entre el 2006 y el 2007 a pesar de que la mayoría de ellos no tenía un historial de salud con problemas mentales.
La ICE aprobó un cambio de procedimiento ordenando a sus agentes que consigan una orden de un juez para que puedan drogar a inmigrantes que en ocasiones se resisten a ser deportados, especialmente aquellos con problemas sicólogicos o récords de conductas violentas.
El senegalés Diouf dijo que los agentes de la ICE le inyectaron por la fuerza drogas sicotrópicas en el 2006 en un avión que lo transportaría a Senegal. Luego de una pelea en uno de los pasillos de la nave, el piloto ordenó que el inmigrante y los agentes que lo custodiaban, bajaran del aparato.
En el 2004, el otro demandante fue víctima de una inyección de drogas anti sicópticas en un centro detención migratorio en California. Ninguno de los dos inmigrantes tiene récord de problemas mentales o violentos.
Soeoth y su esposa, perdieron una apelación en inmigración ante la negativa de darles la residencia y enfrentaban otra deportación antes del acuerdo extra judicial. Diouf dijo que no estaba satisfecho con el acuerdo y que aceptó el trato porque Socoh, su esposa, estaba en peligro de deportación.
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