Vistas de página en total

viernes, 26 de junio de 2020

El programa Los Mellizos Cabrera Vásquez por TV se convierte en un toque de queda en los hogares de SPM

El programa Los Mellizos Cabrera Vásquez por TV se convierte en un toque de queda en los hogares de SPM


  Escrito por: Dulce María Reyes

SAN PEDRO DE MACORIS, viernes, 26, junio, 2020.

El programa por televisión Los Mellizos Cabrera Vásquez por TV de los hermanos gemelos Alberto y Enrique Cabrera Vásquez (Mellizos) se ha convertido en un toque de queda en los hogares de San Pedro de Macorís.

El espacio televisivo se difunde  en horario de 8 a 9 de la noche los días martes y jueves por Extremo Chanel de San Pedro de Macorís propiedad del periodista Carlos Prez Guante. 

Los Mellizos Cabrera Vásquez son dos reconocidos periodistas con un ejercicio profesional desde finales de 1981. Ambos estudiaron comunicación social en la Universidad Central del Este (UCE) entre los años 1983 al 87.

Son dos figuras públicas ampliamente conocidos más allá de  San Pedro de Macorís. Dirigen y editan por separado  dos periódicos impresos y digital en esta provincia, uno es Macorix, fundado por ambos en noviembre de 1981 y en la actualidad dirigido y editado  por Alberto, mientras que  El Coloso de Macorís  fue fundado por Enrique  en enero de 1994.

Los Mellizos Cabrera Vásquez  se destacaron como luchadores revolucionarios por cuyo activismo político  fueron objeto de encarcelamiento y persecuciones en los 12 años del régimen del Presidente Joaquín Balaguer. Despues de varios años en prisión fueron favorecidos con la Ley de Amnistía en septiembre de 1978, durante el gobierno perremeista de Antonio Guzmán.

Ambos son dirigentes de primera filas del Partido Revolucionario Moderno.

Como comunicadores tienen una alta credibilidad por su seriedad, virtudes éticas y principios morales, que exhiben con orgullo como credenciales de su honestidad y seriedad pública. Son respetados hasta por sus adversarios quienes siempre destacan su integridad, honradez y cualidades humanas.

A continuación presentamos  a los lectores algunos videos del programa





















Surge el movimiento Jacobianos Auténticos con Luis Abinader

Surge el movimiento Jacobianos Auténticos con Luis Abinader

Para los integrantes y firmantes del documento las propuestas de Luis Abinader coinciden con el pensamiento de Jacobo Majluta

Santo Domingo, viernes, 26, junio, 2020.- Otroras connotados dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD y que formaron junto al extinto Presidente Jacobo Majluta el  Partido Revolucionario Independiente (PRI), a raíz de la crisis surgida en el PRD en 1990, se constituyeron en el movimiento político Jacobianos Auténticos con Luis Abinader.

Mediante un documento público y un encuentro con la cúpula de la campaña presidencial del candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que dirige Roberto Furcal, los Jacobianos Auténticos asumieron el compromiso histórico de luchar hasta sus últimas consecuencias por el cambio que representa Luis Abinader.

Indican que las propuestas de Luis Abinader coinciden con el pensamiento político y económico de Jacobo Majluta quien proyectó la ideología de la eficiencia. Los  Jacobianos Auténticos se comprometieron a  sumar todas su energías para lograr un cambio de gobierno que encarne los anhelos reivindicativos del pueblo dominicano.

El grupo de Jacobianos está integrado por Iván Rondón,  Ricardo Winter, Abrahán Bautista Alcántara, Mario Villanueva, Gustavo Sánchez Días, Rafael Correa Roger (Rafuche), Apolinar de la Cruz (Polín), los hermanos gemelos Alberto y Enrique Cabrera Vásquez (Los Mellizos), Francisco Vegazo, Eduardo Cabrera Rodríguez, Ramona Ortiz, Ramon Camacho Jiménez, Julio Cesar Mota, Mario Tomas, Virgilio Gil, Grady Jiménez del Rosario, Castor Feliu, Teté Caraballo, Severino Urbaez,  Vladimir Acta y Miguel Figueroa.

También  Sandra Rosa, José Espaillat, Nelson  Lancier, Giana Ortiz, Maria Amelia Acta, Antonio Almonte, Zenaida Encarnación, Samuel Peralta, Guaz Pérez, Antonio de León, Vitalino Peña y  Antonio Delgado,  Aris Palmero, Gracias Sepulveda, Jacinto Mojica (Bolón), entre más de mil  Jacobianos de todo el país que sustentan la proclama. 

 A continuación reproducimos de manera íntegra el documento público de los Jacobianos Auténticos con Luis Abinader: 

Resulta una realidad inconstatable  que la pandemia del COVID-19 ha trastocado el orden mundial, incidiendo de manera alarmante en la República Dominicana, haciendo que la solución  de nuestros problemas económicos y sociales se tornen aún más difíciles y complejos. La imposición de modelos económicos  y políticos llevada a cabo por el gobierno peledeísta, que no se han orientado a su solución, sino que han contribuido en mayor medida a la corrupción, impunidad y la desigualdad económica; constituyéndose en un obstáculos para el desarrollo de la nación.

"Un país rico, pobremente administrado." cómo dijo en su momento el Presidente Jacobo Majluta.

En consecuencia, la necesidad inmediata de un líder  preparado y honesto para tomar las riendas del país e iniciar un cambio.

Por esto, y por los innumerables abusos contra  la ciudadanía, los JACOBIANOS AUTENTICOS, se suman a la lucha por la libertad y el porvenir se la Nación Dominicana, al  apoyar al candidato presidencial Luis Abinader,  la primera señal de cambio de este Siglo XX1. Colocándolo como eje fundamental para  alcanzar el bienestar de todos, representando  fielmente todos los estamentos de la sociedad. Esperamos con ansias que mediante las  acertadas ejecutorias  del próximo Presidente  de la Republica, Luis Abinader, el pueblo vea cumplidos sus sueños de justicia, libertad y democracia.

Las propuestas de Luis Abinader coinciden con su pensamiento.
Así pensaba Jacobo:

 A pesar  de la oscuridad del panorama y lo sombrío de la situación, no podemos permitirnos un salto a la aventura. Ni tampoco un salto hacia atrás. Tenemos esa responsabilidad histórica. Tenemos que  evitar perder nuestro país. Tenemos que trabajar para sentirnos orgullosos no solo de ser un pueblo libre  e independiente,  como no lo ensañaron Duarte, Sánchez y Mella, sino también un pueblo capaz de lograr su bienestar  por sí mismo, con sus propios recursos   y su propio trabajo."

Las propuestas de Luis Abinader coinciden con su pensamiento.   


lunes, 22 de junio de 2020

Im memoriam, Jacobo, Siempre Jacobo

Im memoriam, Jacobo,  Siempre Jacobo

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez  (Mellizo)

Nota: busqué en mí archivo  este trabajo panegírico que  escribí a propósito del fallecimiento de  mi amigo Jacobo Majluta Azar  el 2 de marzo de 1996,  publicado  en el semanario El Coloso de Macorís, en su edición de fecha 30 de marzo del 1996. Por considerarlo de gran valor histórico frente a la realidad política que vive el país y con la  decisión  otroras reconocidos y destacados  dirigentes del  PRD  que siguieron a su líder en la formación del PRI y que hoy son dirigentes del PRM y que  han decididos levantar la figura de Jacobo Majluta en apoyo del Cambio que representa Luis Abinader y el PRM, tengo a bien volver a publicarlo.

 “Las noches es quien serena las almas devoradas por indecibles penas” (Baudelaire)

 San Pedro de Macorís,  27, marzo,  1996.-  La infausta noticia ha conmovido los cimientos de la conciencia nacional: ha muerto Jacobo Majluta; extraordinario patriota y buen amigo.  Una dolencia estúpida e imprudente acabó con su existencia. El jovial, sincero, responsable, sereno, corajudo y valiente líder del Partido Revolucionario Independiente (PRI), expiró en un calificado centro asistencial de Tampa, Florida en los Estados Unidos. 

El trágico acontecimiento ha llenado de dolor y de hondo pesar todo  el espectro público y social dominicano con signo catastrófico.  Todo el país ha sentido y llorado su irreparable muerte. Y es que Jacobo es un muerto glorioso. Una destacada figura nacional que ocupó con su acrisolada presencia política los más altos cargos de la nación.

 Un magnifico hombre de definidos sentimientos nacionales cuya conducta a favor de los mejores valores sobresalió con sello de credibilidad, convirtiéndolo  en un dirigente político de vastas proporciones  que supo con su carisma y su estilo peculiar  granjearse la simpatía popular y el respeto de toda la sociedad civil.  Su cálida presencia humana nos contagiaba de amor y sencillez.  De humildad y humanismo. Paso a paso, peldaño a peldaño,  se adentró en el hondón del alma humana con característica inconmensurable.

Sin resentimiento ni mezquindad asumió con claridad su posición política siempre pensando  en el interés nacional.  Su discurso honraba a la patria revindicando el legado de los forjadores de nuestra dominicanidad.  Sin sumarse al oportunista ejército de los anti nada y los pro algo sino solamente blandiendo su condición de dominicano primero y después lo otro de manera firme, Jacobo asumió la magna tarea de luchar primero desde el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y luego desde el  Partido Revolucionario Independiente ( PRI), por un país más digno y próspero. Por una República Dominicana libre de las ataduras foráneas sin miserias ni atrasos.

Esa fue siempre su protagónica política, la preocupación militante por sacar el país del atolladero y la corrupción.  Nunca bajó la guardia en ese sentido ni retrocedió en su sistemática brega para que los dominicanos y dominicanas logremos alcanzar el sendero de la decencia y de la dignidad.  Sin estribillos vocingleros, con un discurso coherente y pausado, con serenidad pedagógica, Jacobo se ganó un espacio preferencial en el debate nacional.  Sus propuestas y denuncias estuvieron apegadas a normas claras de respeto y ética. Traicionado y burlado por algunos de sus otrora cercanos colaboradores nunca acudió a las diatribas y epítetos degradantes y ofensivos.  Enemigo de los agravios, se comportó siempre con altura y gallardía.


Extemporáneamente nuestro querido Jacobo acaba de traspasar el campo de la cotidianidad terrenal para elevarse sobre el crepúsculo del tiempo, cual gaviota,  procura desde el pináculo, mezclarse con las estrellas.  Su sentida muerte deja el país huérfano de su liderazgo esperanzador. Huérfano de su concurso viviente y aleccionador.  Y es que, su óptima cosmovisión era tomada en cuenta por todos los sectores representativos que veían en él a un celoso guardián de las libertades públicas y  el orden democrático.  Su transparente figura se erguía cual símbolo enhiesto de virtudes sanas, expresando el deseo de los valores más casto  y limpio del sentir dominicano.

Hoy envuelto en nuestra enseña tricolor y colmado del cariño celoso de sus seguidores que agitando incansablemente la bandera verde y blanca del PRI, se adentra en los corrillos del túnel incógnito y mágico  del sueño eterno de la muerte. Su recia figura se tremola  sobre los tiempos gravitando verbigracia como inspiración de sueños gratificantes que revindica  los mejores ideales de la patria.


Jacobo tan querido y respetado cumplió a cabalidad el cometido que le impuso la historia, y por ello, su figura quedará eternamente como una llama votiva, inextinguible, indicándonos el camino para continuar luchando por una patria mejor, como la soñara nuestro inmortal  Juan Pablo Duarte.

Ya lo dijo el apóstol de Cuba José Martí  “Cuando se muere en brazo de luna patria agradecida con el morir comienza una nueva vida”, es por ello que el nombre de Jacobo Majluta se pronunciará al uníseno  en los labios de todos los dominicanos  de buena voluntad.  Su lugar en el caudal de aprecio y lealtad de todos sus  seguidores y admiradores políticamente es infinito. Ilimitado. El vacío de su humana presencia lo llenará el legado de sus discursos amenos, reconfortantes, juiciosos, directos, con que estigmatizaba el degradante medio de podredumbre y mediocridad que a rato amenaza con tragarse los últimos alientos de libertad y democracia logrados con el plomo justiciero de los bravos hombres y mujeres del 30 de mayo de 1961.

Jacobo querido que tu proverbial presencia nunca se aparte de nuestro pensamiento y que con la rica herencia de tus ideales podamos  aportar lo mejor de nosotros mismos para que logremos el país de nuestro sueño.  Por tí, Jacobo, por Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Enrique Jiménez Moya, las hermanas Mirabal, el coronel Caamaño, y todos los grandes prohombres que se han ofrendado su vida  por la patria, seguiremos trillando el camino  de la lucha por una mejor democracia y la justicia social.

Gracias eternas Jacobo por brindarme tú cálida y privilegiada amistad y permitirme seguirte hasta el final.

Ha muerto Jacobo Majluta ejemplar ciudadano dominicano. ¡Que viva la República Dominicana!

 Desde el sueño eterno de la muerte comenzaste tu vuelo gaviota dorada elevándote; siempre elevándote, más allá de las alturas.
    
(Foto, el entonces presidente constitucional Jacobo Majluta en el sepelio del presidente Antonio Guzman Fernández, quien se suicidó de un disparo la noche del 4 de julio de 1882.

Sigue elevándote gaviota indivisible, persiguiendo las estrellas. Prosigue tu conquista del cielo más allá de inmenso espacio sideral para encontrarte con aquellos que fueron referencia de tus ideales patrios, dale tu abrazo con la sonrisa de la vida porque aquí, a partir de ahora, tu nombre se glorificará en la conciencia de la patria.

Adiós amigo del alma. Líder sincero y querido. Ahora desde lo más recóndito de lo indescriptible, aliéntanos y estimúlanos para continuar con tu obra patriótica.  Escalpea nuestros sentimientos para que nos hagamos cada día más digno de ser dominicano.
     
Continúa tu parsimonioso vuelo figura de luz resplandeciente, traspasa el túnel de la muerte, avanza sobre el océano. No te canses de volar, hazlo sin piruetas ni rodeos. ¡Y traspasa las estrellas! Mantente en las alturas con vuelo seguro y envuélvete en  el espacio del cosmos.

Prosigue firme en tu ruta  “sin freno ni reversa”, para que siga iluminando nuestra conciencia.
     
¡Qué grandioso es volar alto y más alto y ser gaviota dorada ¡

Nota: este trabajo se publicó en el semanario El Coloso de Macorís,  edición de fecha, 30 de marzo del 1996.

Luis Abinader -vs- La ingratitud como recompensa política

Luis Abinader -vs- La ingratitud como recompensa política



Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).

(Teléfonos, 1-829-756-9227, correo electrónico o email, coloso23@gmail.com)

«Aunque hemos alcanzado logros extraordinariamente importantes, no hay razón alguna para ser arrogantes. La modestia hace avanzar; la arrogancia, retroceder. Debería recordar siempre esta verdad», cita de Mao Tse-Tung.

«No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo», cita de Émil Michel Cioran

La ingratitud es un crimen más despreciable que la venganza, que solo devuelve mal por mal, mientras que la ingratitud devuelve mal por bien», cita de William George Jordan.

«Odio la ingratitud en un hombre más que la mentira, la vanidad, el balbuceo, la embriaguez, o cualquier mancha de vida cuya fuerte corrupción habita nuestra frágil sangre», cita de William Shakespeare.

«La acción de gracias es una virtud especial. Pero la ingratitud se opone a la acción de gracias. Por lo tanto, la ingratitud es un pecado especial», cita de Tomás de Aquino.

“Un hombre orgulloso rara vez es agradecido, porque piensa que todo se lo merece», cita de Henry Ward Beecher

“No sabemos interrogar el futuro porque no entendemos el presente y no entendemos el presente porque no pensamos el presente, porque estamos careciendo de algo fundamental para leer el presente que es la memoria, la tradición, la seguridad que da la experiencia», cita de Hugo Zemelman Merino, académico, maestro, pensador, sociólogo y epistemólogo latinoamericano.

«Es importante conocer el pasado para comprender el presente e imaginar el futuro», Luis Sepúlveda, chileno, ganador de la XIII edición del Premio Primavera de Novela con la obra La sombra de lo que fuimo.

 
San Pedro de Macorís, domingo, 17, mayo, 2020.- Mi amigo y candidato a la presidencia Luis Abinader Corona se perfila como el ganador de las elecciones pautadas para el 5 de julio, según las firmas encuestadoras de mayor credibilidad. Su personalidad política encarna y representa el Cambio que anhela una nación victimizada por el flagelo del robo, el nepotismo, la corrupción, la delincuencia callejera, la inseguridad ciudadana, la criminalidad del micro y narcotráfico; el saqueo del patrimonio público; atropellos, violaciones a los Derechos Humanos y un despotismo arrogante y canallesco, entre otros miles de hechos y casos execrables cometido o propiciado por el gabinete gubernamental y estatal del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y cuyo último crimen resonante efectuado por esa Asociación de Asesinos Sociales, ha sido alterar de manera mafiosa y gansteril, como es su costumbre, el costo de precio en las licitaciones de compras de insumos médicos en estos angustiantes momentos de la pandemia del coronavirus (COVID-19), como lo ocurrido en el Instituto Nacional de Atención a la Primera Infancia (INAIPI). Todas las compras la sobrevaluan en procura del dividendo beneficioso de la corrupción. No hay reparos ni escrúpulos al momento de cometer sus acciones delincuenciales. El volumen y magnitud de su latrocinio y felonía ha sobrepasado las sumas de los actos de depredación conocido por todos los gobiernos desde 1844 hasta la fecha. Son los gigantes en cuanto a falta de ética y moralidad.

La posibilidad real del Proyecto Presidencial Luis Abinader es resultante del esfuerzo, dedicación, sacrificio y entrega personal de hombres y mujeres que se han mantenido leales, firmes, indoblegables y persistentes al lado del líder; asumiendo una actitud consecuente y positiva en medio de las turbulencias desfavorables de situaciones y coyunturas, que en algún momento circunstancial, pudo poner en peligro y riesgo el camino dialectico que hoy lo sitúa en la preferencia del sentimiento electoral.

En política hay que trabajar para sumar y sumar, es lo recomendable, sin menoscabo de perjudicar los espacios ganados por aquellos que cuando muchos no le veían posibilidades a Luis Abinader, nos hemos mantenidos inquebrantables propulsando y trabajando en favor de su candidatura.

La búsqueda del Poder Político obliga enhebrar disímiles intereses sumatorios para conformar la mayoría necesaria que exige la democracia para obtener el triunfo en cualquier contienda competitiva. La unidad interna y las alianzas hacia afuera constituyen los pilares en que debe sustentarse el éxito final. La política se rige asimilando que la confrontación antecede al dialogo; y que éste, propicia los acuerdos y pactos de gobernabilidad institucional. Quien no entienda esta premisa está condenado al fracaso.

Todo el que trabaja en política para la causa y el proyecto de un líder político, independientemente lo haga por vocación patriótica y buscando un mejor futuro para su país, espera al final ser recompensado; tomado en cuenta según su capacidad curricular, trabajo y aporte político y trayectoria pública. Ser valorado cualitativamente. Nunca se imagina que será lesionado con ingratitud, humillación o traición. Máxime si ese dirigente, como es mi caso, se caracteriza por desarrollar una conducta apegada a valores y principios de vergüenza personal, dignidad humana y decoro.

En mi caso particular apoyo mi presencia política en una trayectoria histórica de vida pública y social transparente; de luchas y batallas heroicas; padeciendo la severidad inhumana de más de seis años de prisión en las ergástulas durante el mandato de los funesto 12 años del Balaguerato criminal (1966-1978, sometido a torturas, palizas y persecuciones, hasta ser favorecido por la Ley de Amnistía del gobierno perredista presidido por Silvestre Antonio Guzmán Fernández, la tarde del 11 de septiembre de 1978. Esa noche pronuncié un discurso vibrante y emotivo ante miles de estudiantes de la UASD que recibieron en la explana de su Alma Mater con algarabía y solidaridad patriótica, al primer grupo de once excarcelados por razones políticas.  Soporte, al igual que mi hermano gemelo Alberto Enrique, la arbitrariedad y el ensañamiento de la dictadura con estoicismo e integridad ideológica indoblegable. Esta conducta ejemplar por sí sólo debería merecer alguna significación de respeto.
En mi larga carrera política, desde los 14 años, me granjeé dos amistades políticas leales, valiosas y profunda: Jacobo Majluta y Hatuey de Camps Jiménez; con Jacobo desarrollé un vínculo de fraterna reciprocidad. Me tenía plena confianza, me llamaba a altas horas de la noche y de madrugada para consultarme o pedirme alguna opinión. Nos tratábamos de tu. Fui quien le puso en la cabeza la idea de aspirar a senador por la capital en 1982, una mañana cuando acudí a su residencia junto a nuestro mutuo amigo el periodista Raschid Zaiter, entonces él residía en la Av. Independencia, luego se mudó para Arroyo Hondo, aquella mañana próximo al mediodía lo encontramos en compañía de Vicente Sánchez Baret; Jacobo había perdido la convención como pre candidato de la «Unidad de Acero», en noviembre de 1981, formula que llevaba a Vicente a la vice. Salvador Jorge Blanco se impuso y luego ganó la presidencia para el cuatrienio 1982-1986. En aquella mañana memorable le sugerí que tomara la candidatura a senador, Vicente vio mi sugerencia como ridícula, según él, descendería de vice presidente a senador. Mis razonamientos politicos que fueron robustecidos por Raschid Zaiter lo pusieron a reflexionar. Nos mandó a los dos a representarlo en un almuerzo empresarial en Haina donde estaría el entonces Secretario de Industria y Comercio, que era Emilio Ludovino Fernández Rojas; al regresar a eso de las tres de la tarde, Jacobo nos dijo que había llamado a Peña Gómez para decirle que aspiraría a senador.

 Con Hatuey forjé unas relaciones políticas y personal de respeto, estima y reconocimiento reciproco propia de los acontecimientos históricos en que estuvimos envueltos desde 1968, yo me inicié en la militancia partidaria a finales de 1965 al ser aceptado en una célula de simpatizante organizado del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4). Del 1J4 pasé en 1968 al Partico Comunista Dominicano (PCD). Hatuey me valoraba, me llamaba para intercambiar ideas y opiniones. 

 



Esta foto histórica, enero 1982, tomada por el periodista Raschid Zaiter, de izquierda a derecha, Vicente Sánchez Baret, Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo) y el entonces vicepresidente de la república Jacobo Majluta, cuando éste residía en la Av. Independencia, luego se mudó para Arroyo Hondo. Tomada la mañana que le sugerí a mi amigo Jacobo Majluta que aspirara a senador por la capital, tal y como reseño en el presente trabajo. Verdad Histórica.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Luis Abinader huelen a gobierno y esta perspectiva creciente magnetiza hacia su entorno oportunistas profesionales, tránsfugas, trepadores, taimados, arribistas, vividores del Poder, advenedizos, adulones, farsantes y consuetudinarios chantajistas y extorsionadores, algo típico en el ambiente del sistema político dominicano. A nadie se le puede cerrar las puertas porque lo fundamental es sumar y crecer en aras del triunfo. Ya le escuche decir en algunos de sus discursos al inolvidable líder José Francisco Peña Gómez, «que los adversarios de ayer son los aliados del mañana».

En la clase política tradicional dominicana y los partidos en que se sustentan sobresale en gran medida una cultura de ingratitud, mezquindad y traición. Predomina una actitud utilitaria con quienes les hacen la campaña. Después que llegan al poder se convierten en figuras inaccesibles, ñoñas, soberbias, malcriados; no les toman las llamadas a los compañeros o compatriotas, asumen una actitud arrogante, grosera, prepotente y por la mínima cosa se ofenden y enojan. Se sienten importantes al estar rodeados de guardaespaldas, guardias, policías, lambones y hasta sicarios a sueldos. No recuerdan que llegaron a esa posición mayormente por el trabajo denodado de esos hombres y mujeres al que luego pagan con el desprecio y la sumisión. Es verdad que algunos trabajan a cambio de un sueldo como profesionales politicos y que esa condición de asalariado, en muchos casos, lo lleva al transfuguismo, pero la mayoría lo hace solo por la promesa de que serán reconocidos y recompensados por su labor luego de alcanzar la victoria.

Estas enunciaciones reflexivas quizás con ribetes de denuncia vienen a propósitos de decires y comentarios provenientes de un sectarismo y un dogmatismo irracional e insensato enquistado en el partido y el Proyecto Abinader que con una marcada inclinación excluyente y egoísta vocifera en San en San Pedro de Macorís que todos los empleos y posiciones importantes en el posible gobierno presidido por Luis Abinader serán solo para su gente. Todavía más, que irá para un Súper Ministerio y que desde el pináculo del Poder será implacable con sus contestarios internos. No hemos alcanzado el gobierno y ya aparece un sujeto que se atreve amenazar, aterrorizar, intimidar e infundir miedo. ¡Vaya extremismo irracional!

La posibilidad de que se concretice esa insensatez temeraria como absurda tienen asideros al observar con preocupación critica que el personero que así se expresa transita sobre una habilidad ladina y ha sabido situarse en una cómoda y privilegiada posición muy cercano a Luis Abinader, desplazando mediante manipulación, desinformación, intriga y chismes, a los dirigentes originales del Proyecto en San Pedro de Macorís.

Si Luis Abinader Presidente de la república se deja sorprender y le da aquiescencia, credibilidad y aceptación a infundios, mentiras y calumnias pre fabricadas por un allegado de ocasión por conveniencia táctica y estratégica política cometería una injusticia, un abuso y un irrespeto, contra los que les hemos servido durante años, desde que se inició su proyecto, con lealtad, firmeza, honestidad, verticalidad y seriedad comprobada, sin nunca haberle pasado factura ni ser parte de una nómina en viáticos, combustible, dieta o emolumento alguno por el trabajo político prestado.

Creemos en la inteligencia y atributos de decencia y honestidad que caracterizan a mi amigo Luis Abinader, y por lo tanto, esperamos que éste actúe en consecuencia, con equidad y justicia, demostrando su capacidad para manejar contradicciones internas.

Luis Abinader exhibe una ética pública que inspira confianza, no es un político del montón que utiliza la simulación, el cinismo y la demagogia para ganar adeptos en el terreno político. Lo considero un hombre de bien, solidario, leal a los amigos y que jamás se dejará sorprender, confundir, ni manipular, por personas cegadas por el odio, el revanchismo, indisponiendo a sus contrarios internos para sobresalir y tener vigencia protagonizando una malquerencia ponzoñosa.

¡¡¡Viva la candidatura presidencial de Luis Abinader! ¡Viva el Partido Revolucionario Moderno! ¡Abajo la intriga,  la calumnia y el chisme alevoso!
Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo). Teléfonos, 1-829-756-9227, correo electrónico o email, coloso23@gmail.com

domingo, 24 de mayo de 2020

Borges, los libros y los clásicos

Borges, los libros y los clásicos

Escrito por: Basilio Belliar
 
Domingo, 24, mayo, 2020.- De las más tiernas y sabias definiciones del libro, ninguna como esta de Borges: “De los diversos instrumentos, el más asombroso es, sin dudas, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de la vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”.

El libro, amén de ser el continente verbal de la memoria de la humanidad, posee la mágica función de hacernos recordar el pasado, que es, en cierto modo, el tiempo del sueño. De modo que nuestro pasado- o nuestros pasados- es una suerte de gran libro del sueño. La nostalgia del libro está asociada a la nostalgia del pasado, y de ahí el culto que los hombres modernos tienen de este objeto, y que es, como todos sabemos, depositario del conocimiento. El hombre moderno no profesa el culto a la oralidad, sino a lo escrito, contrario al hombre antiguo, que era más dado al valor de la conversación, y de ahí que los grandes sabios y maestros, y precursores de la teología, y aun del cristianismo primitivo, fueron orales (Cristo, Buda, Sócrates, Pitágoras…). Acaso estos sabios egregios no tenían la fe en la letra escrita que tuvieron sus continuadores, quizás porque rechazaban quedar en la escritura, pues la creían profana. ¿Por qué? Tal vez porque tenían la creencia de que la letra muere, ya que es material, y en cambio, la conversación, como es espíritu, voz, aire, es inmortal e infinita. Quienes rescatan las parábolas de Cristo son los profetas y sus apóstoles, que las tomaron de sus prédicas; igual haría Platón en la clasicidad helenística con Sócrates, que lo pone a hablar en sus Diálogos; y Aristóteles que pone a Pitágoras a filosofar a través de los pitagóricos, y Homero a los homéridas, en la Ilíada y la Odisea. Y así lo mismo hizo Buda, y también Mahoma con sus iniciados. Estos sabios e iluminados no escribieron, pues querían que sus ideas y enseñanzas trascendieran su vida terrenal, su cuerpo mortal, y quedaran en la mente de sus discípulos, como un soplo verbal. Por eso, cuando los discípulos citan a sus maestros dicen: “Magister dixit”. En cambio, los cristianos, al citar la Biblia de los profetas, no hablan así, sino que dicen, “Esto es palabra de Dios”, y los feligreses responden, “Te alabamos, Señor”.

Borges refiere que Platón inventó los Diálogos como un género filosófico, y que escribió su filosofía en forma de diálogo, para hacer que los libros dejaran su mudez y hablaran; este filósofo griego comparaba los libros con las efigies y las estatuas, que no están vivas, y por eso no responden cuando les preguntamos. De ahí que Platón creara personajes imaginarios o literarios como Sócrates, Crátilo, Hipias, Ion, Menon, Protágoras, Teeteto, Fedón, Fedro, Gorgias, Timeo, etc. Borges sostiene la tesis de que Platón creó a Sócrates como personaje para consolarse de su muerte, para seguir conversando con él y creerse que estaba vivo, y que por eso solía decir, que Platón se preguntaba ante un problema: “Qué hubiera dicho Sócrates de esto?”

Jesucristo, a quien veneramos los occidentales, por su prédica del amor y el perdón, tampoco escribió, más que una sola vez, y lo hizo en la arena. Y, escribir en la arena como en el agua o el aire, está condenado a borrarse.

Lo curioso y paradójico es que la misma mano que escribe o inventa el libro es también capaz de inventar la espada, el cuchillo o el revólver.  De ahí la imagen del libro como arma portadora de ideas, que pueden ser armas ideológicas de destrucción o creación. Se pensaba en la antigüedad que el libro podía ser peligroso en las manos de los ignorantes, como poner una espada en las manos de un niño.

Los libros, como se ve, contienen cosas. Es deber de los hombres encontrarlas o revelarlas. O ayudarlas a descubrir. De ahí que los libros sagrados, religiosos o aquellos de los grandes filósofos o pensadores esotéricos, herméticos, cabalísticos y ocultistas, fueron escritos no para ser interpretados hermenéuticamente ni comprendidos como los libros científicos.


En la antigüedad, los libros no tenían el valor mágico y simbólico, y casi sagrado, que tienen hoy. A mi juicio, se debe a que no eran clásicos en su época, sino que, como es natural, adoptaron esa condición, en razón de su trascendencia en el tiempo. Un clásico no es un libro, cuya cualidad la otorgan las generaciones sucesivas de lectores. De modo que lo de clásico tiene un aire de sacralidad, y a los autores clásicos se les respetaba, pero no se leían con la ceremoniosidad ni con el sentido de sacralidad posterior. Así era el culto a los libros y sus autores, ese culto que, con el correr de los tiempos, se volvió un rito sagrado. Antes no era un acto de herejía infravalorar a sus autores. Más bien, la condición sagrada de los libros, con la excepción de la Biblia, provino de Oriente. Concebir el libro, en efecto, era pensar que este era un sucedáneo de la oralidad. ¿Hasta qué punto la escritura disipa la sacralidad del saber oral? Acaso era esa la creencia que tenían los antiguos, y que es distinta a la de los modernos. El concepto del libro sagrado es oriental. La excepción en el judeocristiano es la Biblia. Para los musulmanes, en cambio, el Corán es anterior a su lengua y a la creación del mundo, y fue escrito, por tanto, según ellos, en el cielo, no en la tierra. De modo que el Corán no le fue dictado a Mahoma, como ocurrió con la Biblia a los apóstoles y profetas, a quienes los libros de la Biblia les fueron dictados por un arquetipo divino, por un Espíritu Santo. Este es un fenómeno curioso: que la Biblia hebrea o Pentateuco fuera escrita no por una persona o autor, sino por una constelación de autores, un conjunto de escritores o profetas. Así nació la Torá, que los hebreos divulgaron como una obra escrita colectivamente, de diversas épocas, y donde se conjugan obras diversas. De modo que el corpus de la Torá no es obra de un autor único e individual, según la tradición hebrea, sino que fue obra de un Espíritu, no de un ser de carne y hueso. Se cree que los libros sagrados y los grandes libros clásicos lo son porque fueron dictados por un espíritu celeste, una voz que provino del espacio infinito. Son los libros absolutos, los textos arquetípicos, en los cuales no interviene un autor material, concreto y real sino el azar. Nunca el cálculo, sino la casualidad, por lo que estos libros son irrepetibles. De ahí que los antiguos creían en las musas como arquetipos, o creación de las divinidades, que dictaban a los autores los textos literarios. Esas musas, o seres imaginarios de la creación literaria, eran inspiraciones que impulsaban o soplaban el espíritu creador del poeta. Pero las musas eran las inspiradoras de las obras literarias, y por tanto no tenían la facultad que tenían los dioses, pues no se concebían como diosas, como un Dios o Espíritu sagrado. Las musas eran, desde luego, seres más abstractos, en cambio, el Espíritu que dictó, por ejemplo, la Biblia, era más concreto; no más carnal, sino más real. Para los antiguos paganos, quien escribía no era un Dios sino un ser abstracto.
 
Cuando no existían los países y las naciones, no había un libro que los representara. Había así un concepto diferente del libro y del autor. En la clasicidad se inventó el concepto de los libros representativos y de los autores de una cultura y de una lengua. Así pues, Shakespeare representa la lengua inglesa; Cervantes, la castellana; Dante, la italiana; Goethe, la alemana; los franceses a Montaigne, Rabelais o Víctor Hugo. Es decir, no tienen a un autor canónico.

Sabemos que leer a los clásicos hoy representa, a menudo, un imperativo ético, un esfuerzo intelectual, pero esa dificultad no es un obstáculo para impedir la felicidad que depara la lectura de los clásicos. Los libros pues seres hospitalarios, objetos cotidianos que nos ayudan a disipar el tedio de las cosas. Nos despiertan del sueño, al abrirlos. Al leer un libro, sentimos la compañía de sus autores, pues nos hablan, nos dictan consejos. Como la Biblia es un libro que contiene varios libros, podemos abrirla en cualquier página; también, podemos hacerlo con las obras completas de ciertos autores. A mí me sucede con los Ensayos de Montaigne: puedo abrirlo en cualquier capítulo o página, y siento el espíritu de sus ideas, su tono, su dicción, su pensamiento, y la presencia silenciosa de ese caballero galante que prefirió vivir, para leer y escribir, en un castillo o torre.

En los libros escuchamos la entonación de sus autores, aunque sean en traducciones, esa voz interior de su autor, que es lo que captamos o percibimos, y acaso lo que nos transforma, deleita o persuade.

Soy lo que sé por los libros que he leído y releído, y que sigo haciendo. Gran parte de mi vida despierta la he pasado leyendo durante horas, y pocas veces, escribiendo. Mi mundo es el mundo de las letras, que asumo como una expresión de la felicidad del acto de vivir. La lectura es así un tiempo de alegría que nos depara la vida en la tierra. También una forma de mitigar el olvido y mantener viva la llama de la memoria. Yo siempre he comprado libros como una manera de vida y como una promesa de felicidad, de la vigilia y aun de la vida despierta. Los compro para leerlos, releerlos y consultarlos, con la promesa siempre de leerlos. Espero que este acto siempre ocurra, y si no ocurre, nada pierdo, pues me acompaña su presencia y el calor de su autor. Poseerlo siempre será un acto voluntario de su lectura y una provocación. También, un desafío, y un impulso a hojearlo o posponer su lectura. Oigo música, veo cine, veo pintura y escultura y, sobre todo, leo libros para estimular mi memoria y para aprender, pues el aprendizaje alimenta el espíritu, y es un acto que solo se termina con la muerte, al igual que la educación. Siempre estamos aprendiendo, pero el aprendizaje con los libros nos hace seres memoriosos. Al leer, tratamos de captar su sentido sagrado y mágico, cuya experiencia no es la misma que la del cine, la música o la contemplación de obras de artes visuales. Los libros existen cuando los leemos, o abrimos, no cuando solo los tocamos. Viven solo cuando abrimos sus páginas, ilustradas o no, y las leemos. Cada gesto de lectura, cada ritual, entraña un nuevo descubrimiento, una nueva recepción emocional, pasional, y cambia en cada lectura porque nosotros, sus lectores, también cambiamos cada día, cada hora y cada año. Como los libros están hechos de tiempo, es decir, de memoria del pasado, acaso por esa razón siempre están cambiando. “Si leemos un libro antiguo es como si leyéramos todo el tiempo que ha transcurrido desde el día en que fue escrito y nosotros”, dice Borges. Y acaso en eso resida su importancia y su valor en la cultura. Esa experiencia es la que sentimos cuando leemos un libro clásico. Sentimos una extraña devoción no tanto de lo antiguo como de la actualidad. De ahí que la lectura es una experiencia trastemporal y un diálogo siempre con el pasado, remoto o mediato. Esa sensación de sacralidad y sabiduría de los libros es lo que mantiene su culto vivo, su fuerza de atracción. Su poder evocador, su divinidad o sacralidad no religiosa sino espiritual.



jueves, 7 de mayo de 2020

Acróstico. Idealizando un sueño


Acróstico.  Idealizando un sueño

 


Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez


San Pedro de Macorís, miércoles, 06, mayo, 2020.

Edifico con tu nombre el disfrute embeleso del amor que te profeso

Levitando mis  vértigos sueños otoñales abierto al cielo con esplendor

Idealizo tu presencia amena arrullándola en mi pecho de enamorado

Zafirina  iluminando mis labios que  besan tu rostro con entrega emoción


Aura resplandeciente sobre el tiempo de mis primaveras consumidas

Basal de mis trovas canas blandiendo tu esencia hermosa hecha canción

Envuélveme sobre tu existencia atada para que mi amor libérrimo exhale tu restricción

Tarde del crepúsculo poetizado jugando con tu cabellera observando  una luna anaranjada 

Hazme tuyo  y quiéreme sin  rubor de espanto si irrumpe el pecado en tu corazón

Solfea mi nombre en tu intimidad para que nadie estrangule tu pensar 

Ámame sin miedo al sentir mis besos sobre tus ojos de almendras me adjudiqué

Letras esculpidas en el vergel de mariposas regocijadas por nuestra compañía 

Duerme tu acompañado ocio adorándome en tu vapor de ensueños liberador

A mí llegaste con tu limpidez atrayéndome con reverencia inusitada

Ñoñería  consentida de mis tiempos encanecidos
absorbiendo tu postrera pubertad

Nieve grácil que encanta mis pasos divisando mi tiempo azulado hacia tu estar 
  
Invento de mis anhelos aderezando mis plateadas horas de terquedad 

Emoción brotada del jardín de quimeras cultivando tu ninfa sonrisa de melocotón

Voluta  fronda de cariño dulce suscitando mi apetencia por ti sin cesar 

Encontrándome estoy siempre contigo en tu docente academia de honestidad




lunes, 27 de abril de 2020

Ibis la novela novela erótica y misógina de José María Vargas Vila

Ibis la novela novela erótica y misógina de José María Vargas Vila
 Nota: José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, conocido como José María Vargas Vila, fue un escritor colombiano. Con una formación autodidacta, ? participó en luchas políticas como periodista, agitador público y orador.  Nació el 23 de junio de 1860, Bogotá, Colombia, y falleció el  23 de mayo de 1933, Barcelona, España

Escrito por: Betty Osorio.

 Domingo, 26.- abril.- 2020.- Ibis, publicada en Roma en 1900, es una novela erótica considerada por Vargas Vila como su primera obra de arte. En ella, el escritor muestra cómo la obra de arte se nutre del erotismo. Además, el juego entre amor y muerte es otro de los referentes de esta novela que la relaciona con escritores europeos del siglo XIX como Péladan, Barrés y D'Annunzio. Adela es el personaje femenino alrededor del cual se construye la novela. En ella se reúnen rasgos como una belleza suma, una sexualidad desenfrenada y una negación de los aspectos éticos del sujeto. Por estas características, la obra atrajo especialmente a lectores hombres y jóvenes que encontraron en textos como éste respuestas a las inquietudes eróticas y estéticas que casi ningún otro espacio cultural asumía en la sociedad colombiana de comienzos del siglo XX . Por esta misma razón, la obra de Vargas Vila fue rechazada por los sectores más conservadores del país.

  (Foto del escritor José María Vargas Vila).

Contrapuesta a Adela se encuentra la figura del Maestro, un intelectual en contacto profundo con la cultura europea. Sobre él descasa la viabilidad para construir un sujeto confiable. Teodoro, el amante de Adela, es su discípulo. La dinámica de la novela está construida sobre este sistema de fuerzas opuestas que es visible a partir de la correspondencia entre Teodoro y el Maestro. Ello permite también que el lector conozca la mente lógica del Maestro, quien se constituye en un guía espiritual capaz del control de la pasión. En sus consejos y en su representación del sujeto femenino es fácil reconocer las ideas de filósofos como Nietzsche y Schopenhauer, quienes declararon abiertamente su misoginia en obras como Así hablaba Zaratustra y El amor, las mujeres y la muerte, respectivamente. La famosa expresión del primero que recomienda látigo para tratar a las mujeres, parece ser un referente obligado de esta obra. También en ella es posible rastrear la vida misma del autor, quien constantemente criticó a las mujeres como agentes de la perversión, tal como lo demuestra en El diario secreto.

(Fotos de algunas de las obras  de José María Vargas Vila). 

Igualmente importante para entender este imaginario sobre la mujer es la cultura católica, cuyo tratamiento del tema proviene del mundo hebreo y de la tradición bíblica, con personajes tan importantes como Lilith, Eva, María Magdalena y Salomé. Estas dos influencias se encuentran y dialogan en el texto creando una intrincada red de símbolos con resonancias religiosas y filosóficas. Ibis es frontalmente misógina. La mujer es presentada como la enemiga más terrible del hombre, ya que ella es la culpable de su destrucción física y moral, lo cual puede tomarse como una reescritura de la expulsión del Paraíso. El personaje de Lilith, perteneciente a la mitología judía, también se sitúa en esta misma tradición; ella, como Adela, representa el instinto animal, el erotismo en su forma más primitiva y zoológica. Además, estos dos personajes, junto con Eva, representan la presencia del demonio siempre en acecho para perder al ser humano.



 


Vargas Vila construye su personaje de Adela teniendo como referencia el contexto anterior. En su comienzo, ella es una hacendosa novicia que ha sido educada en un convento de monjas. De esta manera su cuerpo adquiere unas características sagradas que la novela transgrede. Por la razón anterior, el matrimonio no se presenta como el espacio legítimo para el erotismo. Adela, al ser raptada y luego desposada por Teodoro, despierta a una sexualidad sin límites. Además, también pierde a su primer hijo, lo cual la hace renunciar al modelo maternal. Lo biológico en ella pasa a primer plano. Tanto Teodoro como sus múltiples amantes viven con Adela la experiencia del contacto con lo animal de una manera primigenia. Una especie de éxtasis biológico.

El título de la novela permite proyectar sobre la interpretación anterior un nuevo significado que la vuelve más compleja e interesante. Ibis es un pájaro de la mitología egipcia relacionado con los procesos de escritura. Vargas Vila asocia así su propio proceso de creación con el cuerpo espléndido de Adela. Ella es la fuerza artística indomada cuyo contacto es indispensable para el acto de creación. El vocabulario religioso para referirse a la experiencia de entrar en contacto con su cuerpo recuerda el Cantar de los cantares con su lenguaje altamente erótico para referirse al cuerpo de la esposa. El sexo y el arte se identifican como abismos donde sucumbe la voluntad y la razón del ser humano. Entrar en contacto con ambos fenómenos puede conducir a la muerte o al acto de creación que no estaría muy lejano de uno de reproducción.

El Maestro, al conocer que Teodoro no puede controlar la actividad sexual de Adela, quien emprende relaciones incestuosas con su cuñado, aconseja el asesinato de ella o el suicidio de él. Esto último sería la única manera de recobrar la dignidad masculina y de evitar el triunfo del instinto sobre la razón. Tal solución presenta la relación entre hombre y mujer en el marco de un enfrentamiento total, donde cada uno de los opuestos representa una categoría irreconciliable y en lucha mortal entre sí. Además, Adela, al adueñarse de su deseo y escoger con absoluta libertad a quién le entrega su cuerpo, está ejerciendo una libertad que tradicionalmente la sociedad ha otorgado al individuo masculino. Este control sobre su sexualidad la convierte simbólicamente en un ser andrógino que por su impureza representa la degeneración del sujeto humano, tanto hombre como mujer.

En Francia y en Inglaterra, la literatura y las artes plásticas se inspiraron en el tema de la prostitución. Personajes como Nana y Olimpia fueron el tema de novelas y de pinturas famosas. El arte reflejaba así una situación social, ya que los grandes centros urbanos presenciaron un auge de la prostitución, de tal manera que ésta se había convertido en una experiencia cotidiana y amenazadora para sus habitantes. Más aún, la prostituta se había convertido en el símbolo de las contradicciones sociales surgidas del seno de la sociedad industrial. Las enfermedades venéreas tenían sitiada la actividad erótica de la sociedad tal como hoy sucede con el sida. Aunque Vargas Vila no desarrolla la temática de la enfermedad venérea, sí recurre a veces al discurso médico para explicar la sexualidad. Además, presenta a Adela como un agente destructivo que por el lado materno recibe la influencia perniciosa de la prostitución.

La madre de Adela pertenece claramente a la tradición decimonónica de la cortesana y de la prostituta. Ella es una joven viuda cuyo cuerpo está asociado a un tipo de erotismo sin freno y lleno de peligro: fascinante, tempestuosa y sobre todo insaciable. Con ella el Maestro, cuando joven, tiene sus primeras experiencias eróticas que lo marcan para siempre. De esta relación nace Adela, en quien se van a reunir las tendencias tanto de su padre como de su madre. Esta fijación de la herencia nos recuerda la novela naturalista con su énfasis en factores genéticos para explicar fenómenos sociales como la prostitución.

La geografía de la novela hace alusión a un país tropical, con una economía semifeudal y donde se hace sentir el poder de la Iglesia. Vargas Vila evita el costumbrismo y en pocas ocasiones se hace referencia al lenguaje y a la vida local. Aun para referirse a las fiestas de Navidad durante la juventud del maestro, usa un lenguaje ultrarrefinado y salpicado de referencias estéticas. Sin embargo, esa geografía difusa se carga de connotaciones al relacionarse con el cuerpo de Adela. Entre ella y el trópico hay una relación de continuidad. El paisaje se llena de sensualidad: olores y formas propician el sentimiento erótico. Algunos críticos han señalado que la cabellera de Adela es la síntesis de la selva tropical, ya que alude a su profundidad y misterio .

El final de la novela se desarrolla como una caída muy rápida de Adela hacia el pecado. Teodoro decide matarla al encontrarla con un amante en su propia alcoba. Esta escena muestra a un individuo al borde mismo de la locura y de la muerte. Adela ha sido la causa que lo ha empujado a esa situación límite donde se pone en juego su dignidad de varón. Frente a esta mujer no hay opciones. La voces interiores de Teodoro le gritan que la mate. El honor, el derecho, la tradición le autorizan esa acción. Sin embargo, Teodoro termina matándose y todo el entramado de la novela indica que la culpable es Adela o, en términos generales, la mujer. Mujer y sexo se han presentado a lo largo de la obra como dos energías castradoras y destructivas que malogran los proyectos y posibilidades de los verdaderos actores de la sociedad que son los hombres. El clima existencial de la novela es de pesimismo y fracaso. A pesar de los consejos del Maestro, la degeneración y la derrota tienen cercados al ser humano prisionero de sus instintos; la única manera de triunfar sobre ellos es la muerte o el arte.




En Ibis, el peligro de lo femenino no funciona como un cliché gastado de la mujer fatal, sino que por el contrario está vivo página tras página, asociado a los temas principales de la novela y recreado en un lenguaje voluptuoso y poético. La tensión entre el objeto estético y el objeto de muerte tiene un poder enorme de seducción para el lector que, después de cien años, sigue percibiendo en su juego semántico un inmenso potencial para interpretar sus propias dimensiones estéticas y eróticas.





.