La
guerrillera Sila Cuásar, de Freddy Gaton Arce
Nota: esta
parte corresponden a las páginas 95,96, 97, 98 y 99, del libro titulado Freddy Gatón Arce, vuela
en arcoíris de palabras, escrito por el periodista Enrique Cabrera Vásquez
(Mellizo). Un ensayo biográfico sobre la vida de este poeta, narrador, educador,
abogado, y novelista, nacido en San Pedro de Macorís.
Escrito por:
Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
Así se hizo
guerrillera Sila Cuásar. Así se hizo famosa y celebre hasta la obscuración de sus años llevados de
fatiga en fatiga hasta el languidecer de
su sentir de dos sexos. “Y que fue varias veces mujeres y varias veces hombres, según pasión, crianza y coyuntura. Y dicen que fue
leída como su abuelo y guapa como su padre, pero que como reencarna y juzga
cómo marcha lo que hizo y cómo
hablan lo que dijo y lo que en tinta y papel. De estos misterios no sobra
ni falta para su figura embrumada y rica
en aconteceres…”.
“Sila regresa cada vez distinto personaje, diferente aura. Nadie sabe de cual allá, en cual acá, en todas partes y en ninguna. Quizás Bernabé, intrigante y labioso, lo supo uno que otro día, pero esto no se puede asegurar ni en altar de brujo”. “Así que esta Sila que ustedes ven nació en el 74 del siglo pasado, en Azua".
Sila como
guerrillera, como combatiente; la que creció en
Guayubín, la que dejó su tiempo
en los espejos, la que nunca olvidó sus razones para el combate y el
desafío; agradecida de su procedencia biológica, caminó sobre lodo de sangre, entre aullidos de dolor y rabia. Clavó sus
uñas en la carne de los hombres y acarició
excitada vientres femenino, plasmó su coraje personal en la imaginación
creciente de Freddy Gaton Arce. Ahora es letras y es historia, y su nombre de
da a conocer contada en prosas novelística.
“cuando ella
se oye decir sin abrir los labios: Soy de los Cuásar de Venezuela, de Azua, de
no se sabe dónde. Hembra de llano y de subida. Me crié en Guayabín, el abuelo
revolucionando, escribiendo, y papá, matado tan joven, el general Gavino. Ese
muerto es de Benito Monción. Esas son
las cosas que hacen que uno apueste a la
vida y se juegue con la muerte
comoquiera”.
La novela
nos describe los sucesos históricos de
la batalla del 30 de marzo de 1844,
la batalla de Sabana Larga, en 1856, habla de
Juana Saltitopa; de la batalla de la Línea Noroeste, la actitud valiente
y digna de la esposa del general Antonio Duvergé, cobardemente fusilado por el
anexionista Pedro Santana, en el Seibo, las escaramuzas del gobierno de Mon Cáceres, los pleitos del general Alfredo Victoria, la presidencia de Bordas, los enfrentamientos armados entre
Bolos y Colus; del gobierno de Cesáreo
Guillermo, la hazaña del poeta general
Fabio Fiallo, las torturas infringidas al general Ciprián Bencosme, de manos de los interventores del “norte
revuelto y brutal"; del coraje de los alzados
de Mon Natera y Vicentico Evangelista, contra los yanquis en la región
este en la intervención de 1916 al 24, las corridas en armas de Enrique Blanco.
A través de La guerrillera Sila Cuásar nuestra
memoria viaja y repasa una cronología
de crónicas de las lucha fratricidas de
principio del siglo XX y que tuvieron “características de lances personales
colectivos, pues los contendientes se enfrentaron por lo general cara a cara, a
pocos metros de distancia unos de otros, o parapetados en templos, azoteas,
arboles cercano”.
La novela muestra de manera patética aquel tiempo de nuestra historia, cruda, cuando los hombres se devoraban en la irracionalidad de sus ambiciones.
La novela muestra de manera patética aquel tiempo de nuestra historia, cruda, cuando los hombres se devoraban en la irracionalidad de sus ambiciones.
Esta novela
corta bien puede convertirse en un corto cinematográfico.
Nota: esta
parte corresponden a las páginas 95,96, 97, 98 y 99, del libro titulado Freddy Gatón Arce, vuela
en arcoíris de palabras, escrito por el periodista Enrique Cabrera Vásquez
(Mellizo). Un ensayo biográfico
sobre la vida de este poeta, periodista,
abogado, y novelista, nacido en San
Pedro de Macorís.
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