Reynaldo Pazos Pinedo
Mis hermanos y yo residíamos con nuestra madre Miriam Pinedo en un segundo piso de la calle 19 de Marzo, en el barrio de San Miguel; no recuerdo exactamente la hora en que la vecina de enfrente avisaba:
- Miriam, te llaman.
Mi madre me pidió que la acompañara; bajamos y cruzamos. Quien llamaba era El Gorila. Otto era llamado así por los amigos y camaradas de la época, por su gran tamaño y contextura física.
Mi madre conversaba con él, luego me dejó saludarlo, y cuando Miriam retomó la conversación para despedirse, escuchó un primer disparo. Trataba de que Otto le dijera lo que estaba pasando, pero ya era tarde.
Estaba rodeada la calle José Contreras y todo el perímetro de la UASD.
Fuimos corriendo a la calle Francisco Cerón (a solo una cuadra de donde residíamos) donde residían mis abuelos maternos, y con llantos, mi madre les gritaba: me están matando a Otto. Todo el barrio de San Miguel, San Antón, San Lázaro y así sucesivamente, un barrio tras otro, fueron alertados en ese momento sobre la muerte de Otto Manuel Morales Efres.
Recuerdo a Otto con su boina; siempre andaba "mosca," porque sabía que era un perseguido político y que su vida corría peligro. Recuerdo cómo se tomaba 2 litros de leche seguidos en aquellas botellas de vidrio de entonces, en el colmado (ya no existe) de la entrada de Jobo Bonito, frente al parque San Miguel.
Recuerdo ver su cadáver lleno de disparos (si mal no recuerdo, fueron 17), marcas de bayonetas atravesadas por todo el cuerpo, en su cara, frente y pecho muestras de mordidas que les ocasionaron los cobardes que lo acribillaron.
Recuerdo también el día en que acompañando a mi madre en el Alma Mater de la UASD, Otto se dirigía a un salón lleno de camaradas y se armó el corredero al saberse que en ese momento habían detenido a Maximiliano Gómez (El Moreno), cuando se dirigía a esa reunión del Movimiento Popular Dominicano (MPD), en el campo universitario.
¡Cómo no recordar la zozobra, el terror y el hostigamiento de las fuerzas policiales, cuando Otto era velado en la funeraria! ¡Cómo no recordar el dificultoso entierro de aquel hombre que con gran valentía ayudó con su sangre a que en nuestro país hubiera democracia! ¡Cómo no recordar a ese hombre, a ese padrastro, en estos tiempos!
Hoy, 38 años después, sólo es recordado por sus familiares y por el MPD. En su tumba del cementerio de la Máximo Gómez dice: "Más vale ser prófugo de la injusticia y no de la justicia popular".
Esta breve semblanza del MPD me llegó por correo electrónico, y la deseo compartir con ustedes:
RECORDEMOS AL CAMARADA OTTO MORALES
El l6 de julio se cumple un aniversario más del asesinato del camarada Otto Morales. Se cumplen 38 años de este vil asesinato, planeado y ejecutado por la CIA y la policía represiva en el año 1970 durante el gobierno títere y sumiso de Balaguer.
SEMBLANZA
Otto Morales nació en Santiago de los Caballeros el 23 de mayo del 1945. Eso quiere decir que el camarada ejecutado en forma ruin cayó abatido de manera cruel a los 25 años, prácticamente en la flor de la juventud. El camarada está en la memoria de sus herederos y camaradas revolucionarios; lo mismo que en el pueblo dominicano.
En su ciudad natal realizó sus estudios primarios. Más tarde con el traslado de su familia a la capital continúo los estudios en el Liceo República de Argentina escuela enclavada en el barrio San Antón, donde desarrolló actividades deportivas. Está fresco en la memoria de muchas personas de la época sus grandes habilidades en la práctica de béisbol.
Paralelamente a ese progreso personal en el camarada Otto, en la sociedad dominicana crecía un enorme rechazo a la dictadura de Trujillo. La invasión del 1959, el surgimiento del Movimiento Clandestino 14 de junio, Los Panfleteros de Santiago y la aparición del MPD, produjeron grandes huellas en la juventud de la cual nuestro Otto era parte. Lo mismo dejó también el triunfo de la revolución cubana en ese mismo año.
El germen de la conspiración se extendía por todo el territorio nacional; y al mismo tiempo surgía un nuevo tipo de lucha abierta, precisamente cercano a su barrio, las bocinas (altoparlantes) del MPD atraían a los moradores jóvenes de los barrios circundantes (Villa Francisca, San Antón, San Miguel, San Lázaro, etc.) Él no podía quedar indiferente, influyendo esto en él.
Al producirse el ajusticiamiento del tirano en 1961 el pueblo reclamaba democracia y justicia social, iniciándose entonces las grandes movilizaciones populares, por estos objetivos. Ajusticiar a los calieses trujillistas era también un reclamo popular, y en esas circunstancias surge Otto Morales, como uno de los jóvenes más sobresalientes, llevando la voz cantante en esta histórica jornada.
Esa participación provocó la salida de Otto a México en 1962 estudiando en la Universidad Obrera de México. Posteriormente se trasladó Cuba, a principio del 1963.
Cuando Otto llegó a Cuba a principio de enero de 1963, inmediatamente hizo contacto con el MPD. Allí se encontraban los dirigentes del partido, los que habían sido deportados a París en 1962 y luego a Cuba a finales de ese año. Es de esa manera que se inicia formalmente en el MPD, comenzando así, su formación político- militar, aunque desde Cuba se había iniciado ya al marxismo.
Los dirigentes del MPD que estaban en Cuba, inmediatamente después que el profesor Juan Bosch llega al poder, regresan al país, pero Otto permanece en la vecina isla, para terminar con los estudios de formación política.
El golpe de Estado contra Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963, acelera el regreso del joven Otto al país en l963, integrándose activamente a la organización barrial del partido. A fines del 1964, con la salida de algunos dirigentes y miembros de nuestra organización de la cárcel, apresados como resultado del golpe de Estado a Bosch en septiembre de 1963, es cuando Otto se hace relevante por su impresionante e incansable activismo.
Es el escenario de la Guerra de Abril del 1965, el que le permite a este extraordinario dirigente, poner de manifiesto sus potenciales y singulares virtudes revolucionarias.
Hizo acto de presencia ejemplar en las operaciones militares trazadas por el MPD, durante la contienda de Abril de 1965. Fue uno de los cuadros principales en la consecución de armas para el partido.
Participó en la lucha contra el CEFA en el puente Duarte, en la toma de la Fortaleza Ozama, en el grupo de hostigamiento al Palacio Nacional. Y se enfrentó además al Ejército Norteamericano, principalmente los días 15 y 16 de junio de 1965.
Fue miembro del grupo especial que se dedicaba operaciones nocturnas. Por sus grandes dotes revolucionarias sin límites y su gran entrega a la lucha revolucionaria, en el MPD se le reconoció posteriormente a la guerra abril, con su puesto al Comité Central de nuestra organización.
Entre 1968 y 1970 el MPD elevó su nivel de lucha contra el gobierno títere de Balaguer. El alto nivel de confrontación llevó al MPD a crear un tipo de estructura político-militar, para enfrentar los embates de la policía represiva: Los Comandos Revolucionarios Clandestinos (CRC). Otto Morales fue colocado al frente de esta táctica, como jefe político-militar.
Las acciones de los CRC contra el gobierno de Balaguer provocó la intensificación de las persecuciones, desapariciones, asesinatos y en raras ocasiones apresamientos. Balaguer y el imperialismo yanqui aprovecharon la ocasión para asesinar a la mayoría de los mejores cuadros del MPD a nivel nacional.
La táctica del golpe de Estado Revolucionario fue inicialmente la justificación del gobierno de Balaguer, para desatar la ola de crímenes en nuestro país. De ahí, las redadas, golpizas y crimines fueron la jornada nacional del balaguerato y de los organismos de seguridad dirigido por los asesores norteamericanos.
La caza y apresamiento de los dirigentes del MPD aumentó, incluyendo la de Maximiliano Gómez (El Moreno), Secretario General de la organización, en enero de 1970; esto disminuyó notablemente la capacidad de acción del MPD. La consigna era: “Borrar al MPD como organización política en el plano nacional”.
Había que acabar con la capacidad combativa de nuestro partido. Debemos reconocer que este error táctico (HG) le brindó a Balaguer y a sus asesores norteamericanos la acreditación o razón de acabar con el MPD y así alejarlo del seno del pueblo.
Otto Morales salió ileso de ese ventarrón y por encima de todos estos golpes que recibió la organización, ya como Secretario General en funciones fue capaz de planear, organizar y ejercitar la acción del secuestro del Coronel Crowley, que luego sirvió como base al canje político con el MPD, pasando esta gran prueba y al mismo tiempo selló su futuro.
El imperialismo directamente estaba herido; ya no se trataba del gobierno de Balaguer, sino que se había tocado uno de los puntos táctico- militares más delicados, sensibles y de mayor celo del amo del norte; entonces la decisión fue tomada: asesinar a Otto Morales.
La misma fue ejecutada a plena luz del día en la calle José Contreras, el 16 de julio del 1970, frente a varias personas del pueblo que pasaban por el lugar. En ese crimen se tiene la sospecha de la participación de Joaquín Pou Castro.
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