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domingo, 24 de mayo de 2020

Borges, los libros y los clásicos

Borges, los libros y los clásicos

Escrito por: Basilio Belliar
 
Domingo, 24, mayo, 2020.- De las más tiernas y sabias definiciones del libro, ninguna como esta de Borges: “De los diversos instrumentos, el más asombroso es, sin dudas, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de la vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”.

El libro, amén de ser el continente verbal de la memoria de la humanidad, posee la mágica función de hacernos recordar el pasado, que es, en cierto modo, el tiempo del sueño. De modo que nuestro pasado- o nuestros pasados- es una suerte de gran libro del sueño. La nostalgia del libro está asociada a la nostalgia del pasado, y de ahí el culto que los hombres modernos tienen de este objeto, y que es, como todos sabemos, depositario del conocimiento. El hombre moderno no profesa el culto a la oralidad, sino a lo escrito, contrario al hombre antiguo, que era más dado al valor de la conversación, y de ahí que los grandes sabios y maestros, y precursores de la teología, y aun del cristianismo primitivo, fueron orales (Cristo, Buda, Sócrates, Pitágoras…). Acaso estos sabios egregios no tenían la fe en la letra escrita que tuvieron sus continuadores, quizás porque rechazaban quedar en la escritura, pues la creían profana. ¿Por qué? Tal vez porque tenían la creencia de que la letra muere, ya que es material, y en cambio, la conversación, como es espíritu, voz, aire, es inmortal e infinita. Quienes rescatan las parábolas de Cristo son los profetas y sus apóstoles, que las tomaron de sus prédicas; igual haría Platón en la clasicidad helenística con Sócrates, que lo pone a hablar en sus Diálogos; y Aristóteles que pone a Pitágoras a filosofar a través de los pitagóricos, y Homero a los homéridas, en la Ilíada y la Odisea. Y así lo mismo hizo Buda, y también Mahoma con sus iniciados. Estos sabios e iluminados no escribieron, pues querían que sus ideas y enseñanzas trascendieran su vida terrenal, su cuerpo mortal, y quedaran en la mente de sus discípulos, como un soplo verbal. Por eso, cuando los discípulos citan a sus maestros dicen: “Magister dixit”. En cambio, los cristianos, al citar la Biblia de los profetas, no hablan así, sino que dicen, “Esto es palabra de Dios”, y los feligreses responden, “Te alabamos, Señor”.

Borges refiere que Platón inventó los Diálogos como un género filosófico, y que escribió su filosofía en forma de diálogo, para hacer que los libros dejaran su mudez y hablaran; este filósofo griego comparaba los libros con las efigies y las estatuas, que no están vivas, y por eso no responden cuando les preguntamos. De ahí que Platón creara personajes imaginarios o literarios como Sócrates, Crátilo, Hipias, Ion, Menon, Protágoras, Teeteto, Fedón, Fedro, Gorgias, Timeo, etc. Borges sostiene la tesis de que Platón creó a Sócrates como personaje para consolarse de su muerte, para seguir conversando con él y creerse que estaba vivo, y que por eso solía decir, que Platón se preguntaba ante un problema: “Qué hubiera dicho Sócrates de esto?”

Jesucristo, a quien veneramos los occidentales, por su prédica del amor y el perdón, tampoco escribió, más que una sola vez, y lo hizo en la arena. Y, escribir en la arena como en el agua o el aire, está condenado a borrarse.

Lo curioso y paradójico es que la misma mano que escribe o inventa el libro es también capaz de inventar la espada, el cuchillo o el revólver.  De ahí la imagen del libro como arma portadora de ideas, que pueden ser armas ideológicas de destrucción o creación. Se pensaba en la antigüedad que el libro podía ser peligroso en las manos de los ignorantes, como poner una espada en las manos de un niño.

Los libros, como se ve, contienen cosas. Es deber de los hombres encontrarlas o revelarlas. O ayudarlas a descubrir. De ahí que los libros sagrados, religiosos o aquellos de los grandes filósofos o pensadores esotéricos, herméticos, cabalísticos y ocultistas, fueron escritos no para ser interpretados hermenéuticamente ni comprendidos como los libros científicos.


En la antigüedad, los libros no tenían el valor mágico y simbólico, y casi sagrado, que tienen hoy. A mi juicio, se debe a que no eran clásicos en su época, sino que, como es natural, adoptaron esa condición, en razón de su trascendencia en el tiempo. Un clásico no es un libro, cuya cualidad la otorgan las generaciones sucesivas de lectores. De modo que lo de clásico tiene un aire de sacralidad, y a los autores clásicos se les respetaba, pero no se leían con la ceremoniosidad ni con el sentido de sacralidad posterior. Así era el culto a los libros y sus autores, ese culto que, con el correr de los tiempos, se volvió un rito sagrado. Antes no era un acto de herejía infravalorar a sus autores. Más bien, la condición sagrada de los libros, con la excepción de la Biblia, provino de Oriente. Concebir el libro, en efecto, era pensar que este era un sucedáneo de la oralidad. ¿Hasta qué punto la escritura disipa la sacralidad del saber oral? Acaso era esa la creencia que tenían los antiguos, y que es distinta a la de los modernos. El concepto del libro sagrado es oriental. La excepción en el judeocristiano es la Biblia. Para los musulmanes, en cambio, el Corán es anterior a su lengua y a la creación del mundo, y fue escrito, por tanto, según ellos, en el cielo, no en la tierra. De modo que el Corán no le fue dictado a Mahoma, como ocurrió con la Biblia a los apóstoles y profetas, a quienes los libros de la Biblia les fueron dictados por un arquetipo divino, por un Espíritu Santo. Este es un fenómeno curioso: que la Biblia hebrea o Pentateuco fuera escrita no por una persona o autor, sino por una constelación de autores, un conjunto de escritores o profetas. Así nació la Torá, que los hebreos divulgaron como una obra escrita colectivamente, de diversas épocas, y donde se conjugan obras diversas. De modo que el corpus de la Torá no es obra de un autor único e individual, según la tradición hebrea, sino que fue obra de un Espíritu, no de un ser de carne y hueso. Se cree que los libros sagrados y los grandes libros clásicos lo son porque fueron dictados por un espíritu celeste, una voz que provino del espacio infinito. Son los libros absolutos, los textos arquetípicos, en los cuales no interviene un autor material, concreto y real sino el azar. Nunca el cálculo, sino la casualidad, por lo que estos libros son irrepetibles. De ahí que los antiguos creían en las musas como arquetipos, o creación de las divinidades, que dictaban a los autores los textos literarios. Esas musas, o seres imaginarios de la creación literaria, eran inspiraciones que impulsaban o soplaban el espíritu creador del poeta. Pero las musas eran las inspiradoras de las obras literarias, y por tanto no tenían la facultad que tenían los dioses, pues no se concebían como diosas, como un Dios o Espíritu sagrado. Las musas eran, desde luego, seres más abstractos, en cambio, el Espíritu que dictó, por ejemplo, la Biblia, era más concreto; no más carnal, sino más real. Para los antiguos paganos, quien escribía no era un Dios sino un ser abstracto.
 
Cuando no existían los países y las naciones, no había un libro que los representara. Había así un concepto diferente del libro y del autor. En la clasicidad se inventó el concepto de los libros representativos y de los autores de una cultura y de una lengua. Así pues, Shakespeare representa la lengua inglesa; Cervantes, la castellana; Dante, la italiana; Goethe, la alemana; los franceses a Montaigne, Rabelais o Víctor Hugo. Es decir, no tienen a un autor canónico.

Sabemos que leer a los clásicos hoy representa, a menudo, un imperativo ético, un esfuerzo intelectual, pero esa dificultad no es un obstáculo para impedir la felicidad que depara la lectura de los clásicos. Los libros pues seres hospitalarios, objetos cotidianos que nos ayudan a disipar el tedio de las cosas. Nos despiertan del sueño, al abrirlos. Al leer un libro, sentimos la compañía de sus autores, pues nos hablan, nos dictan consejos. Como la Biblia es un libro que contiene varios libros, podemos abrirla en cualquier página; también, podemos hacerlo con las obras completas de ciertos autores. A mí me sucede con los Ensayos de Montaigne: puedo abrirlo en cualquier capítulo o página, y siento el espíritu de sus ideas, su tono, su dicción, su pensamiento, y la presencia silenciosa de ese caballero galante que prefirió vivir, para leer y escribir, en un castillo o torre.

En los libros escuchamos la entonación de sus autores, aunque sean en traducciones, esa voz interior de su autor, que es lo que captamos o percibimos, y acaso lo que nos transforma, deleita o persuade.

Soy lo que sé por los libros que he leído y releído, y que sigo haciendo. Gran parte de mi vida despierta la he pasado leyendo durante horas, y pocas veces, escribiendo. Mi mundo es el mundo de las letras, que asumo como una expresión de la felicidad del acto de vivir. La lectura es así un tiempo de alegría que nos depara la vida en la tierra. También una forma de mitigar el olvido y mantener viva la llama de la memoria. Yo siempre he comprado libros como una manera de vida y como una promesa de felicidad, de la vigilia y aun de la vida despierta. Los compro para leerlos, releerlos y consultarlos, con la promesa siempre de leerlos. Espero que este acto siempre ocurra, y si no ocurre, nada pierdo, pues me acompaña su presencia y el calor de su autor. Poseerlo siempre será un acto voluntario de su lectura y una provocación. También, un desafío, y un impulso a hojearlo o posponer su lectura. Oigo música, veo cine, veo pintura y escultura y, sobre todo, leo libros para estimular mi memoria y para aprender, pues el aprendizaje alimenta el espíritu, y es un acto que solo se termina con la muerte, al igual que la educación. Siempre estamos aprendiendo, pero el aprendizaje con los libros nos hace seres memoriosos. Al leer, tratamos de captar su sentido sagrado y mágico, cuya experiencia no es la misma que la del cine, la música o la contemplación de obras de artes visuales. Los libros existen cuando los leemos, o abrimos, no cuando solo los tocamos. Viven solo cuando abrimos sus páginas, ilustradas o no, y las leemos. Cada gesto de lectura, cada ritual, entraña un nuevo descubrimiento, una nueva recepción emocional, pasional, y cambia en cada lectura porque nosotros, sus lectores, también cambiamos cada día, cada hora y cada año. Como los libros están hechos de tiempo, es decir, de memoria del pasado, acaso por esa razón siempre están cambiando. “Si leemos un libro antiguo es como si leyéramos todo el tiempo que ha transcurrido desde el día en que fue escrito y nosotros”, dice Borges. Y acaso en eso resida su importancia y su valor en la cultura. Esa experiencia es la que sentimos cuando leemos un libro clásico. Sentimos una extraña devoción no tanto de lo antiguo como de la actualidad. De ahí que la lectura es una experiencia trastemporal y un diálogo siempre con el pasado, remoto o mediato. Esa sensación de sacralidad y sabiduría de los libros es lo que mantiene su culto vivo, su fuerza de atracción. Su poder evocador, su divinidad o sacralidad no religiosa sino espiritual.



jueves, 7 de mayo de 2020

Acróstico. Idealizando un sueño


Acróstico.  Idealizando un sueño

 


Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez


San Pedro de Macorís, miércoles, 06, mayo, 2020.

Edifico con tu nombre el disfrute embeleso del amor que te profeso

Levitando mis  vértigos sueños otoñales abierto al cielo con esplendor

Idealizo tu presencia amena arrullándola en mi pecho de enamorado

Zafirina  iluminando mis labios que  besan tu rostro con entrega emoción


Aura resplandeciente sobre el tiempo de mis primaveras consumidas

Basal de mis trovas canas blandiendo tu esencia hermosa hecha canción

Envuélveme sobre tu existencia atada para que mi amor libérrimo exhale tu restricción

Tarde del crepúsculo poetizado jugando con tu cabellera observando  una luna anaranjada 

Hazme tuyo  y quiéreme sin  rubor de espanto si irrumpe el pecado en tu corazón

Solfea mi nombre en tu intimidad para que nadie estrangule tu pensar 

Ámame sin miedo al sentir mis besos sobre tus ojos de almendras me adjudiqué

Letras esculpidas en el vergel de mariposas regocijadas por nuestra compañía 

Duerme tu acompañado ocio adorándome en tu vapor de ensueños liberador

A mí llegaste con tu limpidez atrayéndome con reverencia inusitada

Ñoñería  consentida de mis tiempos encanecidos
absorbiendo tu postrera pubertad

Nieve grácil que encanta mis pasos divisando mi tiempo azulado hacia tu estar 
  
Invento de mis anhelos aderezando mis plateadas horas de terquedad 

Emoción brotada del jardín de quimeras cultivando tu ninfa sonrisa de melocotón

Voluta  fronda de cariño dulce suscitando mi apetencia por ti sin cesar 

Encontrándome estoy siempre contigo en tu docente academia de honestidad




lunes, 27 de abril de 2020

Ibis la novela novela erótica y misógina de José María Vargas Vila

Ibis la novela novela erótica y misógina de José María Vargas Vila
 Nota: José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, conocido como José María Vargas Vila, fue un escritor colombiano. Con una formación autodidacta, ? participó en luchas políticas como periodista, agitador público y orador.  Nació el 23 de junio de 1860, Bogotá, Colombia, y falleció el  23 de mayo de 1933, Barcelona, España

Escrito por: Betty Osorio.

 Domingo, 26.- abril.- 2020.- Ibis, publicada en Roma en 1900, es una novela erótica considerada por Vargas Vila como su primera obra de arte. En ella, el escritor muestra cómo la obra de arte se nutre del erotismo. Además, el juego entre amor y muerte es otro de los referentes de esta novela que la relaciona con escritores europeos del siglo XIX como Péladan, Barrés y D'Annunzio. Adela es el personaje femenino alrededor del cual se construye la novela. En ella se reúnen rasgos como una belleza suma, una sexualidad desenfrenada y una negación de los aspectos éticos del sujeto. Por estas características, la obra atrajo especialmente a lectores hombres y jóvenes que encontraron en textos como éste respuestas a las inquietudes eróticas y estéticas que casi ningún otro espacio cultural asumía en la sociedad colombiana de comienzos del siglo XX . Por esta misma razón, la obra de Vargas Vila fue rechazada por los sectores más conservadores del país.

  (Foto del escritor José María Vargas Vila).

Contrapuesta a Adela se encuentra la figura del Maestro, un intelectual en contacto profundo con la cultura europea. Sobre él descasa la viabilidad para construir un sujeto confiable. Teodoro, el amante de Adela, es su discípulo. La dinámica de la novela está construida sobre este sistema de fuerzas opuestas que es visible a partir de la correspondencia entre Teodoro y el Maestro. Ello permite también que el lector conozca la mente lógica del Maestro, quien se constituye en un guía espiritual capaz del control de la pasión. En sus consejos y en su representación del sujeto femenino es fácil reconocer las ideas de filósofos como Nietzsche y Schopenhauer, quienes declararon abiertamente su misoginia en obras como Así hablaba Zaratustra y El amor, las mujeres y la muerte, respectivamente. La famosa expresión del primero que recomienda látigo para tratar a las mujeres, parece ser un referente obligado de esta obra. También en ella es posible rastrear la vida misma del autor, quien constantemente criticó a las mujeres como agentes de la perversión, tal como lo demuestra en El diario secreto.

(Fotos de algunas de las obras  de José María Vargas Vila). 

Igualmente importante para entender este imaginario sobre la mujer es la cultura católica, cuyo tratamiento del tema proviene del mundo hebreo y de la tradición bíblica, con personajes tan importantes como Lilith, Eva, María Magdalena y Salomé. Estas dos influencias se encuentran y dialogan en el texto creando una intrincada red de símbolos con resonancias religiosas y filosóficas. Ibis es frontalmente misógina. La mujer es presentada como la enemiga más terrible del hombre, ya que ella es la culpable de su destrucción física y moral, lo cual puede tomarse como una reescritura de la expulsión del Paraíso. El personaje de Lilith, perteneciente a la mitología judía, también se sitúa en esta misma tradición; ella, como Adela, representa el instinto animal, el erotismo en su forma más primitiva y zoológica. Además, estos dos personajes, junto con Eva, representan la presencia del demonio siempre en acecho para perder al ser humano.



 


Vargas Vila construye su personaje de Adela teniendo como referencia el contexto anterior. En su comienzo, ella es una hacendosa novicia que ha sido educada en un convento de monjas. De esta manera su cuerpo adquiere unas características sagradas que la novela transgrede. Por la razón anterior, el matrimonio no se presenta como el espacio legítimo para el erotismo. Adela, al ser raptada y luego desposada por Teodoro, despierta a una sexualidad sin límites. Además, también pierde a su primer hijo, lo cual la hace renunciar al modelo maternal. Lo biológico en ella pasa a primer plano. Tanto Teodoro como sus múltiples amantes viven con Adela la experiencia del contacto con lo animal de una manera primigenia. Una especie de éxtasis biológico.

El título de la novela permite proyectar sobre la interpretación anterior un nuevo significado que la vuelve más compleja e interesante. Ibis es un pájaro de la mitología egipcia relacionado con los procesos de escritura. Vargas Vila asocia así su propio proceso de creación con el cuerpo espléndido de Adela. Ella es la fuerza artística indomada cuyo contacto es indispensable para el acto de creación. El vocabulario religioso para referirse a la experiencia de entrar en contacto con su cuerpo recuerda el Cantar de los cantares con su lenguaje altamente erótico para referirse al cuerpo de la esposa. El sexo y el arte se identifican como abismos donde sucumbe la voluntad y la razón del ser humano. Entrar en contacto con ambos fenómenos puede conducir a la muerte o al acto de creación que no estaría muy lejano de uno de reproducción.

El Maestro, al conocer que Teodoro no puede controlar la actividad sexual de Adela, quien emprende relaciones incestuosas con su cuñado, aconseja el asesinato de ella o el suicidio de él. Esto último sería la única manera de recobrar la dignidad masculina y de evitar el triunfo del instinto sobre la razón. Tal solución presenta la relación entre hombre y mujer en el marco de un enfrentamiento total, donde cada uno de los opuestos representa una categoría irreconciliable y en lucha mortal entre sí. Además, Adela, al adueñarse de su deseo y escoger con absoluta libertad a quién le entrega su cuerpo, está ejerciendo una libertad que tradicionalmente la sociedad ha otorgado al individuo masculino. Este control sobre su sexualidad la convierte simbólicamente en un ser andrógino que por su impureza representa la degeneración del sujeto humano, tanto hombre como mujer.

En Francia y en Inglaterra, la literatura y las artes plásticas se inspiraron en el tema de la prostitución. Personajes como Nana y Olimpia fueron el tema de novelas y de pinturas famosas. El arte reflejaba así una situación social, ya que los grandes centros urbanos presenciaron un auge de la prostitución, de tal manera que ésta se había convertido en una experiencia cotidiana y amenazadora para sus habitantes. Más aún, la prostituta se había convertido en el símbolo de las contradicciones sociales surgidas del seno de la sociedad industrial. Las enfermedades venéreas tenían sitiada la actividad erótica de la sociedad tal como hoy sucede con el sida. Aunque Vargas Vila no desarrolla la temática de la enfermedad venérea, sí recurre a veces al discurso médico para explicar la sexualidad. Además, presenta a Adela como un agente destructivo que por el lado materno recibe la influencia perniciosa de la prostitución.

La madre de Adela pertenece claramente a la tradición decimonónica de la cortesana y de la prostituta. Ella es una joven viuda cuyo cuerpo está asociado a un tipo de erotismo sin freno y lleno de peligro: fascinante, tempestuosa y sobre todo insaciable. Con ella el Maestro, cuando joven, tiene sus primeras experiencias eróticas que lo marcan para siempre. De esta relación nace Adela, en quien se van a reunir las tendencias tanto de su padre como de su madre. Esta fijación de la herencia nos recuerda la novela naturalista con su énfasis en factores genéticos para explicar fenómenos sociales como la prostitución.

La geografía de la novela hace alusión a un país tropical, con una economía semifeudal y donde se hace sentir el poder de la Iglesia. Vargas Vila evita el costumbrismo y en pocas ocasiones se hace referencia al lenguaje y a la vida local. Aun para referirse a las fiestas de Navidad durante la juventud del maestro, usa un lenguaje ultrarrefinado y salpicado de referencias estéticas. Sin embargo, esa geografía difusa se carga de connotaciones al relacionarse con el cuerpo de Adela. Entre ella y el trópico hay una relación de continuidad. El paisaje se llena de sensualidad: olores y formas propician el sentimiento erótico. Algunos críticos han señalado que la cabellera de Adela es la síntesis de la selva tropical, ya que alude a su profundidad y misterio .

El final de la novela se desarrolla como una caída muy rápida de Adela hacia el pecado. Teodoro decide matarla al encontrarla con un amante en su propia alcoba. Esta escena muestra a un individuo al borde mismo de la locura y de la muerte. Adela ha sido la causa que lo ha empujado a esa situación límite donde se pone en juego su dignidad de varón. Frente a esta mujer no hay opciones. La voces interiores de Teodoro le gritan que la mate. El honor, el derecho, la tradición le autorizan esa acción. Sin embargo, Teodoro termina matándose y todo el entramado de la novela indica que la culpable es Adela o, en términos generales, la mujer. Mujer y sexo se han presentado a lo largo de la obra como dos energías castradoras y destructivas que malogran los proyectos y posibilidades de los verdaderos actores de la sociedad que son los hombres. El clima existencial de la novela es de pesimismo y fracaso. A pesar de los consejos del Maestro, la degeneración y la derrota tienen cercados al ser humano prisionero de sus instintos; la única manera de triunfar sobre ellos es la muerte o el arte.




En Ibis, el peligro de lo femenino no funciona como un cliché gastado de la mujer fatal, sino que por el contrario está vivo página tras página, asociado a los temas principales de la novela y recreado en un lenguaje voluptuoso y poético. La tensión entre el objeto estético y el objeto de muerte tiene un poder enorme de seducción para el lector que, después de cien años, sigue percibiendo en su juego semántico un inmenso potencial para interpretar sus propias dimensiones estéticas y eróticas.





domingo, 19 de abril de 2020

COVID-19: Danilo el presidente que no escucha a nadie y actúa a destiempo

COVID-19: Danilo el presidente que no escucha a nadie y actúa a destiempo

Escrito por: 

Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo)

San 'Pedro de Macorís, sábado.- 18.- abril.- 2020.- Desde que llegó a suelo dominicano el coronavirus el gobierno que encabeza Danilo Medina ha estado anunciando medidas preventivas y sanitarias para contrarrestar el avance de la pandemia. El jefe de Estado se ha dirigido al país en discurso en unas tres ocasiones con el propósito de llevar aliento, esperanza y optimismo a la población en medio de la crisis devenida del COVID-19. Pero la gran verdad de su presencia en los medios no ha sido para dar a conocer medidas oportunas y atinentes para aliviar el cuadro creciente de muertes y contagiados sino para tratar de sacarle el mayor provecho político electoral a la situación en favor de su delfín Gonzalo Castillo, al que las encuestas lo sitúan muy distante del triunfo para las elecciones presidenciales pautada ahora para el 5 de julio.

 Los resultados de las elecciones municipales del pasado 15 de marzo que favoreció al PRM con 81 alcaldía frente a 65 del PLD lo ha colocado en un trance difícil. Sus mensajes al país concomitantemente con el reparto y distribución de miles de ayudas sociales en alimentos y en dinero actúan como recurso de manipulación y chantaje destinado a secuestrar emocionalmente a los beneficiados para hacerlo variar su intención de voto en favor de Luis Abinader, quien encabeza las mediciones, así como a los candidatos a senadores y diputados del PRM. Es la continuidad de la práctica clientelar e inmoral que ha caracterizado el ejercicio público del peledeísmo gobernante.

Los principales líderes de oposición del país, Luis Abinader y Leonel Fernández, han venido haciendo sugerencias y recomendaciones atinentes, incluso Abinader y el PRM ofertaron e instalaron un hospital móvil de emergencia en La vega. Danilo y su gobierno han hecho omiso a los planteamientos no solo de estos dos connotados dirigentes políticos sino también al Colegio Médico y otros científicos y expertos en el tema del coronavirus. Su narcicismo e egoísmo crónico le impide actuar con sensatez y serenidad.

El manejo irresponsable y tortuoso   de la pandemia se ha utilizado para ejecutar escandalosos actos de corrupción cuya repercusión mayúscula obligó la cancelación de funcionarios y empleados del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAPI). Luis Abinader visiblemente indignado calificó a los destituidos como “Inhumano, sinvergüenzas y bandidos”. Y todavía hay más irregularidades, otras licitaciones fraudulentas han sido cometidas  por la insaciable voracidad peledeísta,  se han producido  compras de mascarillas, insumos médicos sobrevaluados de manera exorbitante. El peledeísmo ha convertido el estado de emergencia sanitaria en una fuente oportuna para continuar con su robo y saqueo del presupuesto del Estado.

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En su discurso del viernes 17 de abril Danilo Medina se mostró optimista. Se ufanó de las medidas tomadas y proclamó que frente a los países de la región somos los que mejor hemos manejado la pandemia. Lamento contradecir sus afirmaciones de que se ha actuado a tiempo. A tiempo hubiese sido asumir desde que el coronavirus comenzó a expandirse por el mundo una política de control riguroso de nuestra frontera terrestre, aeropuertos y puertos para controlar las personas que procedían de los países que ya se encontraban afectados del coronavirus. A tiempo hubiese sido convocar al liderazgo político, empresarial, social, religioso, gremial y académicos para entre todos darnos una política integral consensuada de compromiso y responsabilidad colectiva para enfrentar la delicada situación. A tiempo hubiese sido ordenar la producción masiva de mascarillas y guantes en las empresa de Zona Franca y talleres particulares para evitar una escases que lleve a su venta a sobre precios. A tiempo hubiese sido no ingresar a los contagiados en los hospitales públicos cuyas infraestructuras y deficiencias hace imposible parar el contagio con los centenares de enfermos que acuden allí a diario en busca de salud. A tiempo hubiese sido pensar y tomar medidas en favor de los pacientes crónicos como de los cardiacos, diabéticos, diálisis y otras dolencias que requieren una atención sistemática.

No. desde el primer momento se pensó en convertir el COVID-19 en una arma electoral, distorsionar su flagelo; buscar la forma de intimidar a la población, arrinconarla, nublarle su pensamiento crítico, enturbiarle la mente y controlar y manipular sus emociones para impedirle reaccionar con libre albedrío, para que cual robot se vaya a votar sumiso y obediente al Poder por Gonzalo Castillo.

Desde el gobierno se ha asumido el coronavirus como un refuerzo para deificar la figura de Danilo Medina, endiosarla con una parafernalia estridente para que éste sea visto como un mesiánico insustituible.
El gobierno de Danilo Medina y su PLD  a tomado  medidas chocantes y contraproducentes  en medio de un  proceso de transición política por cuanto nos encontramos en un periodo electoral donde las encuestas sitúan al PLD lejos de la victoria. Se toman préstamos, se dilapida y se roba sin pensar que en agosto se instalará un nuevo presidente. Acaso por encima del venidero resultado electoral presidencial y congresual hay otros despropósitos siniestros para desconocer la Voluntad Popular. Parece ser que el  relevo constitucional no está en la posibilidad inmediata  de Danilo. Gonzalo-PLD,  que al parecer no escarmientan con su fallida intentona de los pasados comicios del  16 de febrero.

La gran verdad es que el pésimo manejo del coronavirus de parte de las autoridades ha contribuido a duplicar la baja en simpatía hacia el gobierno y su candidato Gonzalo Castillo, y por consiguiente aumenta sin freno el deseo de Cambio del pueblo, pues  hagan lo que hagan, E, PA FUERA QUE VAN!!!


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viernes, 3 de abril de 2020

Leonel se aleja del PRM y se acerca a Danilo-Gonzalo-PLD

Leonel se aleja del PRM y se acerca a Danilo-Gonzalo-PLD
Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).

San Pedro de Macorís, jueves.- 02.- abril.- 2020.- Las últimas declaraciones en discursos dirigido al país en medio del flagelo del COVID-19 del ex presidente Leonel Antonio Fernández Reyna, presidente y líder del nuevo partido Fuerza del Pueblo (LFP), evidencian claramente que éste ha decidido alejarse políticamente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y acercarse a Danilo-Gonzalo-PLD.

Su reversa política de Luis Abinader y el PRM parten de los resultados electorales del pasado 15 de marzo. Él que venía sosteniendo un discurso contundente contra el danilismo a quien atribuía haberle robado su triunfo en las primarias del pasado 6 de octubre 2019 mediante un colosal fraude electoral electrónico, cibernético y digital,  que lo obligó a renunciar del PLD y fundar la Fuerza del Pueblo, ahora se muestra en una sospechosa actitud dócil, pasiva y conciliadora. Eso tiene cocorícamo.

Leonel se la pasó previo al certamen electoral vaticinando que su nuevo partido saldría airoso de las elecciones y que también triunfaría en la carrera por la presidencia.

La amalgama de alianza que pactó Leonel Fernández y su LFP apuntan que obtuvo unas 10 alcaldías aunque éste se atribuye ganancias en candidaturas obtenidas por dos o tres del PLD con el argumento de que bajo su ropaje son verdaderos leonelista. Esto pone el real triunfo en debate y en una ambivalencia interpretativa.

La arrolladora victorial del PRM que consiguió 81 alcaldías frente a 65 del PLD lo ha obligado volver sobre sus pasos. A distanciarse de la alianza que había pactado con Luis Abinader y el PRM. Y en este sentido busca un acercamiento con el danilismo apoyándolo para que las elecciones de mayo sean pospuestas. Y para ello se apoya en la incertidumbre del CIVID-19, al igual que el danilismo se escuda en la pandemia para evitar les cuenten a Gózalo Castillo los votos en mayo. Al coincidir con el gobierno tiende a alejarse del PRM y ha entablar un proceso de dialogo con Danilo Medina. Una maniobra calculada para enfriarse con sus antiguos ex compañeros peledeísta. Está consiente que el actual cuadro político-electoral favorece ampliamente a Luis Abinader y al PRM, y por lo tanto, estima que acudir en estos momentos a la votación de mayo significaría una reducción de su fuerza y de su espacio. Ve en un acercamiento con Danilo y el PLD la oportunidad para reciclarse y volver a convertirse en una figura a tomar en cuenta por el PLD en el futuro inmediato.

Su postura también choca con la actitud de los Vinchos cuyo discurso ha sido altamente contundente contra el danilismo al que de lo menos que acusan es de ingrato y traidor.

La imagen de Leonel está muy maltratada a señalársele como el principal artífice de la cultura gansteril y delincuencial del peledeísmo gobernante. Fue en sus gobiernos que el PLD inició su vertiginoso camino del saqueo del patrimonio público así como los millares hechos de corrupción que ha convertido a la mayoría de sus dirigentes y funcionarios en multimillonarios de la noche a la mañana. Les entregó las empresas del Estado a sus amigos nacionales y extranjeros del sector privado a precios de vaca muerta. Una vileza repugnante. Hizo del neoliberalismo el modus operandi de su ejercicio gubernamental en perjuicio de la mayoría y traicionó el pensamiento político, ético y moral de Juan Bosch.

Danilo Medina y Leonel Fernández están preocupados y asustados ante los resultados municipales. El voto del pueblo cambió el escenario en favor del PRM y fortaleció el crecimiento ascendente de Luis Abinader.

Danilo que cuenta a lo interno del PRM con el apoyo de Hipólito Mejía que ya logró lo que quería, que su hija Carolina ganara la alcaldía del Distrito Nacional, y que según la percepción y el olfato político,  contó con la benevolencia del Danilismo. Una alianza que también tiene beneficios económicos a través de contratas y negocios suplidores por cientos de millones de pesos.

Luis Abinader y el PRM tienen que actuar en consecuencia frente al retroceso político de Leonel Fernández cuyo egoísmo y mezquindad lo empujan al oportunismo. Es la constante de su inclinación megalómana y narcisista inherente en su personalidad patológica.

La politización de la pandemia del CIVID-19 de parte de Danilo-Gonzalo-PLD que usan la situación como ariete para tratar de variar el sentimiento de repulsa popular contra su gobierno delincuente ahora cuenta con un nuevo aliado, Leonel Fernández,  y con él la claque política parasitaria que se le han acercado de manera táctica, coyuntural  y oportunista al Cambio que representa Luis Abinader y el PRM y cuya postura ha tenido más de chantaje que de seriedad y sinceridad. Son los conocidos negociantes, tránsfugas y trepadores de la política que cuales camaleones modifican su vestimenta según las conveniencias políticas personales del momento  sin importarle la patria.

Ese grupo de avivatos profesionales tienen en José Francisco Peña Guaba su vocero más experimentado y cuyo zigzaguear y tumbes políticos son ampliamente conocido. El que se quiera distanciar del Cambio se quemará ante la historia. Se suicidará políticamente. Porque despues del Cambio se iniciará un relevo político generacional que marcará los nuevos caminos por venir y por donde transitará la decencia, la dignidad  y la honestidad libre de seres putrefactos, traidores, degenerados y sin escrúpulos.

Danilo y la sacralización del Poder en tiempo de COVID-19


Danilo y la sacralización del Poder en tiempo de COVID-19

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

«Cada mata de hierbas esconde un enemigo», Léopold Sédar Senghor

 San Pedro de Macorís, lunes.- 30.- marzo.- 2020.- Partiendo de la visión sobre el arraigo presidencial en nuestro medio socio-cultural y político que tiende a endiosar la categoría del Presidente de turno en una ultranza proyección magnética cimentada en un estridente y dimensional culto a la personalidad que sobrepasa los protocolo y convencionalismo de la parafernalia del Poder, nos atrevemos a señalar con propiedad política que la distorsión que se exhibe favorece lamentablemente la figura de Danilo Medina cuyo ejercicio se ha venido caracterizando por el acaparamiento instrumental de todos los resortes institucionales alrededor de su persona. Con premeditada alevosía a dispuesto para sí y sus intereses de grupo de todo el aparato público estatal. No ha habido parámetro ni escrúpulo en su despótico interés de concentrar en sus manos la diversidad institucional. Todo lo tiene en sus manos con un afán de continuidad más allá del ejercicio de su período constitucional.

Desde el poder del peledeísmo gobernante se le da una connotación cuasi sobrenatural a su nombre. Un sacrilegio que atenta e irrespeta la investidura que representa en todos los órdenes la condición de Primer Magistrado de la nación emanado del juramento Constitucional. El presidencialismo con claro ribete trujillista ahora tiene una nueva encarnación: Danilo Medina. Se percibe en los poderes obtenidos al amparo de la pandemia del COVID-19. Se utiliza la calamidad de este virus peligroso para manipular el miedo al contagio; crear una sensación colectiva de desamparo que obligue a mirar su figura presidencial como el único salvador que puede rescatarnos de la proyección contagiosa.

El gobierno Danilo-Gonzalo-PLD  está manejando el COVID-19 con criterio político más que con el desempeño científico profesional que amerita el caso. El peligro a la salud se manipula desde una subjetividad hipnotizante. El primer objetivo se ha logrado: priorizar el COVID-19 por encima de las elecciones congresual y presidencial de mayo. Reconocemos la necesidad de afrontar este desafío a la salud con la firmeza y el aplomo debido. Ello se debe hacer con sinceridad sin contaminar la lucha con espurio intereses, la problemática hay que afrontarla pensando primero en la salud del pueblo como objetivo fundamental. Sin maniobrar para convertir la situación en un trampolín clientelar y electorero. Se actúa en una dirección chantajista buscando acorralar a la oposición para que recule, zigzaguee, vacile, y se vea compelida a insertarse en un precipitado pacto o acuerdo cuestionable y hasta deshonroso. Caer en una negociación de reparto en el entendido de que para todo perdido es mejor algo ganado.

Y en esta estrategia de continuidad con o sin elecciones mediante un gran Acuerdo Nacional de sacrificio y entrega entran en juego los actores tradicionales  de las encerronas y las emboscadas traidoras   cuyo accionar nocivo ha perjudicado los intereses de la nación. Su vocero Agripino Núñez Collado con la experiencia de innumerables tratadas bochornosas e imborrables en las páginas de nuestra historia se mueve con sigilosa frialdad. Es el hombre que empata  los tentáculos de la impunidad y el borrón y cuenta nueva que siempre han prohijados los grupos de poder. La intocabilidad de los corruptos y el perdón de su afrenta.   En este tenor coordina y promueve un dialogo sospechoso en favor del  gansterismo gobernante.    Activa un  pacto monitoreado y manipulado por las elites hegemónicas cuya avaricia no se detiene ante nada, han sido los   grandes beneficiados  del aluvión de  contratos, préstamos y hechos corruptos cuya repercusión son de dominio público. Del robo y el saqueo de los bienes del pueblo patrocinado y protagonizado por la asociación conformada por Danilo-Gonzalo-PLD. Aquí, en este escenario calorífico de trúhanes y delincuentes de cuello blanco que idolatran a Danilo Medina viéndolo como el gran hombre cuya humanidad se hace necesaria para mantener flotando la nave de la nación arrinconada por la desgracia del COVID-19, se hace un lobismo lleno de sucieza para malograr el deseo de Cambio que demanda la actual situación política.  Desde ese podio de inmoralidad  santificada  se  vende  la imagen de Danilo Medina entre  vítores y aplausos  resonantes como el gran líder y «estadista»,  que jamás puede ser sustituido,  pregonando por todas partes que solo él posee  capacidad, sabiduría y la inteligencia para rescatar el país de la hecatombe. ¡Vaya jugada maniquea!

Aceptar semejante dislate bajo cualquier argumento o convencimiento profano constituye un sacrilegio a toda legalidad, a todo racionamiento sensato y principios éticos. Usar el COVID-19 como arma política, como instrumento de dominio público, constituye una vileza propia de seres perversos y malvados. La pandemia debe tratarse con criterios humanos. Verla como una apremiante situación que obliga al desprendimiento y a la solidaridad y no como una coyuntura oportunista para consumar cualquier despropósito delincuencial contra la salud de la patria. El general Rafael Leonidas Trujillo Molina usó la devastación que produjo el huracán de San Zenón en septiembre de 1930 para iniciar su reinado de muerte y terror que se prolongó por 30 años.

De la asociación de asesinos sociales que se han adueñado del Palacio Nacional no se puede dudar nada. Han demostrado en los años en el poder que son capaces de la peor vileza. Son compulsivamente insaciables en su afán de riqueza robada.

Danilo-Gonzalo-PLD están convirtiendo la desgracia del COVID-19 en su plataforma político y electoral, usan la pandemia como estratagema buscando con ello rendir por agotamiento, frustración o desesperación a las mayorías nacionales que en la contienda de marzo pasado se le impuso con su voto de castigo y justicia.

Danilo-Gonzalo-PLD apuestan al conservadorismo de clase del liderazgo opositor, intuyen que no tendrán el valor y la entereza de principio para enfrentarlo en un nuevo escenario donde la tensión por el brote epidémico desvía y distrae la atención social y popular y la mano del gobierno a través de las instituciones públicas se vende no como una obligación y responsabilidad inherente a sus funciones públicas frente a cualquier contingencia nefasta sino como ayudas proveniente del único que en verdad tiene sensibilidad para auxiliar a los afectados.

Esa falsedad se politiza con sistematicidad psicológica obedeciendo a una línea de acción mesiánica que proyecte en la psique externa la imagen de Danilo Medina como el ser más preclaro y visionario del momento por cuya obra bienhechora merece que él y su PLD continúen por tiempo ilimitado dirigiendo la nación dominicana. Es la vía que le queda para intentar cerrarle el paso al Cambio, ese Cambio que comenzó con el triunfo opositor en las recién pasadas elecciones municipales del 15 de marzo.

La lucha continua, continua sobre cualquier turbulencia imprevista, sobre las fuerzas del oprobio, enfrentando pesimismo y vicisitudes. ¡Venceremos!!!

Gonzalo Castillo y su campaña con la desgracia del COVID-19

Gonzalo Castillo y su campaña con la desgracia del COVID-19

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).

San Pedro de Macorís, domingo.- 29.- marzo. 2020.- Solo en un país como Republica Dominicana un candidato presidencial puede apoyarse en la desgracia de los más necesitados para impulsar su figura electoral en medio de la desgracia provocada por la presencia del contagioso Coronavirus (COVID-19) sin recibir un cuestionamiento de consecuencia ética. Gonzalo Castillo, cual canalla, ha irrumpido en medio del amplio temor concitado por situación devenida, para reimpulsar su campaña vendiéndose como un Chapulín que acude de manera precisa en auxilio de la población marginada con ayuda alimenticia y materiales médicos como mascarillas, trajes especiales de protección entre otros, necesarios para atender a los afectados. Esa «ayuda» (la ponemos en comillas), carece de sinceridad. No tienen el rostro humano que amerita este tipo de donación. En el fondo se trata de un montaje propagandístico indecente con un claro objetivo electoral.

El gobierno en vez de asumir su rol como gerente del Estado utiliza a Gonzalo Castillo para que este sea visto por los beneficiarios como un héroe, el gran salvador al que hay que rendirle culto y pagarle su acción caritativa con el voto. Danilo -PLD y Gonzalo Castillo carecen de escrúpulo y pudor no les importa la suerte del país solo piensan en sus intereses y en defender las grandes fortunas obtenida mediante el saqueo del patrimonio del pueblo.

Ante la delicada situación por la que atraviesa el país los candidatos opositores Luis Abinader y Leonel Fernández han presentados sugerencias y propuestas valederas las cuales han sido ex profeso ignoradas por el gobierno. Ni siquiera han entrado en el debate público. Por el contrario se le ha pretendido ridiculizar o minimizar, distorsionándola y sacándola de su verdadero contexto propositivo de manera maliciosa. Lo cierto es que las medidas sugeridas por Luis Abinader han sido también enarbolada por el Colegio Médico y otros especialistas, incluso en otras naciones ya se están poniendo en ejecución, pues de lo que se trata es de la urgencia de evitar que el COVI-19 no siga avanzando ni llevando luto, dolor y angustia a las familias. La vida esta primero que todo y hay que preservarla.

La actitud mezquina y sectaria del peledeísmo gobernante parte de la realidad de los resultados electorales del pasado domingo 15 de marzo y de que en la actualidad los números no les favorecen para ganar las elecciones de mayo. Por esta razón aprovechan de manera oportunista la pandemia que azota al mundo y que ha llegado a suelo dominicano para esgrimirla y actuar en consecuencia en dos vertientes estratégicas: primero, tratar de ganar espacio y tiempo posponiendo las votaciones de mayo procurando comprar conciencia y tratar de variar el signo electoral de su derrota, y segundo, montar con su monstruoso aparato propagandístico una parafernalia ruidosa de convencimiento que les permita modificar la Constitución a su conveniencia para prolongar el actual mandato de Danilo Medina. En su megalomanía narcisista todo es posible. En caso de que la agudización del caso obligue a posponer las votaciones la misma debe ser el resultado de un consenso nacional previo a un debate serio no maniquista, nunca una acción segada con intenciones dominante.

Piensan en su despropósito que el recogimiento y repliegue de la población cuya atención primordial esta en protegerse junto a su familia del COVI-19 pudiese favorecer en sus planes perversos. Por encima de cualquier contingencia se impondrá la voluntad mayoritaria del pueblo que quiere un Cambio. Que ha llegado al hartazgo frente a esta asociación de asesinos sociales que dirige el país. Cuando los pueblos toman una decisión no hay fuerza ni humana y de otras características que pueda doblegarlo.

Sabemos que la batalla es desigual y Danilo- PLD tienen el apoyo de los grandes medios corporativos de comunicación que junto a los banqueros y reconocidas elites insaciables se han beneficiado grandemente del robo y la corrupción al Estado protagonizado por el grupo gobernante.

Tienen a su servicio a cientos de programas interactivos de opinión por Tv y radio donde sus bocinas que se han hecho multimillonarios defendiendo y justificando la corrupción gubernamental desarrollan un trabajo lava cerebro para llevarle una percepción equivocada y adulterada de la realidad a sus escuchas. El PLD utiliza esos actores para crear una opinión pública farsa, que lo defienda y justifique. Aplican la máxima del alemán Joseph Goebbels «una mentira repetida mil veces, se convierte en una realidad».

La campaña electoral que ha montado Gonzalo Castillo con las ayudas entregada a nombre del COVI-19 es más que ridícula asquerosa e inmoral,  falta de respeto al pueblo,  demuestra una falta de humanismo. Un oportunismo deprimente propio de un lunático que debe ser tratado por psiquiatra o profesionales de la conducta. Hay que denunciarla con fuerza de pueblo y contundencia moral. No permitamos que el Coronavirus se convierta en su San Zenón, mantengámonos vigilante y en pie de lucha para que aquella ignominia no se repita. Reafirmemos con fe y optimismo patriótico el slogan de Cambio que grita el pueblo en las calles, E´ pa´ fuera que van.


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