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viernes, 2 de marzo de 2018

Las poseías Estrago, un acróstico y Prosas para Jarvis, del libro Jarvis levantado en la memoria.


Las poseías Estrago, Prosas para Jarvis, y un acróstico que se encuentran en el libro Jarvis levantado en la memoria, de la autoría del periodista Enrique Cabrera Vásquez, que fue puesto en circulación la noche del miércoles 28 de febrero en el salón Francisco Comarazamy del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís.-

 San Pedro de Macorís, 1ro de marzo-2018.-
ESTRAGO

Por: Enrique Cabrera Vásquez
La oscuridad imbatible le cubrió su todo
lo abrazó con celo posesivo e incoloro
ignoró su sembradío de ideas lozanas`
acabó sus sueños de sol, estrellas, luna y mar
convirtió en legado su campo florido
desdeño llantos, lágrimas y plegarias
cubrió sus oídos a ruegos humanos
se posó inexorable en su anhelo de cielo;
volvió invisibles moléculas y átomos llevados
campanarios luctuosos musicalizan sueños dejados;
gemidos de deudos abrazan la vida;
y todo dolor en la oscuridad queda;
la oscuridad sin alma transita ciega;
oscuridad y sombra unísono en el estrago
nuevos seres esperan por ellas…

¡Ay, la ausencia de aquellos
que tantos amamos
en la plateada existencia de las edades.

Prosas para Jarvis

Por: Enrique Cabrera Vásquez


I

Cuerpo fornido
sosteniendo radiosas ideas
abriendo surcos de esperanzas
sobre aridez de desaliento;
arcillas de ilusiones
al alcance de los hombres

II

Una vida valiosa y útil
conducida con decencia estrellada
cortada en su vuelo de sueños
sin alcanzar lo desconocido;
ni la belleza de ponientes mágicos;
ni el clímax de satisfacción cumplida;
ni el consuelo de gratitud esperada…

III

Visionario emprendedor
ahora situado en interrogantes
de tinieblas extremas
dolor de tu ausencia;
lo inamisible convertido en lágrimas
miradas agotadas tiemblan
ante la sequedad de promesas muertas

IV

Y en el desamparo brotado
relampaguea tu presencia cabalgada,
tu nombre enarbolado sobre el tiempo,
reviviendo ese ayer que fue de todos
ansias de redención de excluidos frisados;
volcán de astros crucificados
loas a discursos adocenados

V

Y tú Jarvis,
convertido en lucero movido
remembranza de tu mirada
rescatando aquel pasado glorioso
desde abismo estremecido
vibra, alienta y estimula
nuevas primaveras desnuda;
caminando sobre venas de inmortalidad;
atisbo de tu esencia proliferada;
razonándole a los atrapados
imbecibilidad de la ignorancia
embriaguez de los sentidos.
Vida de enseñanzas plateada.

VI

¡Aquí de regreso está Jarvis!
¡Que lo sepan todos!…
¡Vive en nuestro sentimiento!
Manantial de virtudes excelsas
aquilatando los ciclos de la vida;
entonando su onírico himno,
consonantes de anhelos apetecidos
al Macorís Oriental del Caribe Mar;
a los manglares desarraigado;
a la Playa Muerta embestida;
a la ciudad envejecida en su fetidez,
ensoñada en sus colores pasado;
tomadas por farsantes ensalzados.

VII

Rafael Antonio Jarvis
hombre de costumbres trepidante,
transitando con ideas primorosas,
acariciándose su bigote copioso,
lucidez de reflexiones puntuales,
difundiendo verdad y razón
ante la alevosía ponzoñosa
de malvados endiosados.
Llevando su oferta de progreso
por espinosos caminos de incomprensión

VIII

¡Oh!
Nuestro Jarvis querido;
modesto ciudadano citadino,
destacado hombre a seguir,
andar de paso lento a cuesta;
visionario abrumado;
exponiendo planes y proyectos
ante disímiles auditorios;
entre calles viejas,
rotas y polvorientas,
vivencias de bateyes de zafra azucarera,
recuerdos de cañaverales reverdecidos
tiempos preferidos de Códigos
de Decencia, Honestidad y Nobleza

IX

¡Ah!
¡Aquellos tiempos opimos!
de trabajo encantado en el puerto;
obreros descalzos y sudorosos;
entradas y salidas de barcos naciones;
vistos marineros esparcidos
contando naufragio de amores;
isleños de islas dejada
disfrutando con fervor
con sentido ritmo a cuero templado
por calles de barrios marginados
inhalando polvo de miseria
y pobreza aglomerada
entre pueblerinos silenciados
en la orfandad de sus cimientos

X

Y tu adalid perspicaz
cristalizando tú ideas floridas
en cada escenario labrado;
pretérita bonanza reverenciada;
tu pueblo martirizado por el abandono;
y desde las entrañas del sufrimiento
asoman tus proyectos ofertados
sensibilizando burocracia enojada
en auxilios de los necesitados

XI

Esplendoroso timonel miramareño,
Cocolo de pasos lentos y firme,
poros abiertos de ilusiones;
desde la oscuridad del misterio
te vemos entre nosotros
con más claridad que ayer,
con la necesidad de la orfandad que arruina;
situado en la ignota región
donde la tiniebla te alojó
trasciende la reciedumbre
de tu estirpe solariega

XII

Portento líder presente
insignia de caminos floridos;
escuchamos tu voz calmada, sosegada
tapiada de misterio lúgubre,
guiá de razones mostradas
bajo la rutilante estrella verde
de nuestro Macorís amado

XIII

Y el puerto de tu infancia alegre
entristecidos sin veleros ni barcos se ve;
coloridas aves migratorias revolotean
sobre tristeza templada
con su miradas glauca acurrucada
dándole presencia en la historia
al sonido de tu figura insigne

XIV

Aquí,
en estas tierras verde sin flores
donde la poesía se hizo de la mar,
guardada en caracoles de sueños,
pasaron jinetes osados a carga de machetes
a liberarnos de intrusos ensangrentados;
inició el progreso de referencia contada;
resplandece tu legado inmarcesible;
pebetero rutilante;
aliento de esperanza nueva

XV

Más allá de tu partida fúnebre
queda tu recuerdo fecundo
bordado por corazones agradecidos,
erguido, desafiando estos tiempo marchito;
aserto de toda ilusión fluida;
cimbreando uveros y almendros costeros
entre caminar de albañiles cansados
carpinteros de manos clavadas
ebanistas con esmero en pitos flautero
entregado a la madera con pasión
viviendo su trabajo con devoción.

XVI

Enfrentemos todos unidos
el atraso y el abandono.
Rebeldes copiosos somos
contra la vileza execrable;
y con tu legado esculpido
haremos rosales despertares
atavío matinal de felicidad

XVII

Y desde el reto asumido
todos nos preguntamos
¿Jarvis por qué te fuiste
cuando más te necesitábamos?
¡Querido emprendedor genuino!
¿No ves que te anhelamos?

ACROTICO

Por: Enrique Cabrera Vásquez

Raudo en la solidaridad
Amando el trabajo y la responsabilidad
Ferviente defensor de su pueblo
Andando con sinceridad expuesta
Emprendiendo jornadas de ilusiones diarias
Laborioso hacedor de ideas redentoras
Altruista consumado
Notable caminante por la paz y justicia
Tocado por las virtudes de sus ancestros
Optando por la decencia plena
Nacido en hogar de honor y honra
Ideas con transparencia acrisolada
Opalescente señor de luces trascendentes
Jamás rendido ante la maldad alucinante
Ardoroso defensor de los desamparados
Remontándose sobre la mezquindad aleve
Viviendo sueños de felicidad estampada
Izando bandera de dignidad humana
Solidario permanente.
Foto del periodista, político, ensayista, poeta, escritor,  conferencista, orador, panegirista de San Pedro de Macorís,  Enrique  Alberto Cabrera Vásquez (Mellizo). 

Foto del periodista, político, ensayista, poeta, escritor,  conferencista, orador, panegirista de San Pedro de Macorís,  Enrique  Alberto Cabrera Vásquez (Mellizo) 

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