Discurso Luis Abinader en el Acto de Presentación su Estructuras Nacionales e Internacionales, el domingo 25 de enero 2015.
Estimados Diputados y Diputadas al Congreso Nacional
Estimados Alcaldes y Alcaldesas, Directores y Directoras de Distritos.
Representantes de Partidos y Organizaciones amigas
Elexido Paula, Presidente del Partido Humanista Dominicano y directivos del PHD.
Dirección Nacional del Partido Revolucionario Moderno
Comisiones de los proyectos presidenciales del PRM
Coordinadores Nacionales y Delegaciones de Ultramar de nuestro Proyecto Político.
Compañeros y compañeras
Amigos todos,
Hoy nos reunimos aquí con esperanza, en alegría y con profundo optimismo de que un cambio es ya posible en República Dominicana. Un cambio que permita construir un país más justo, más solidario y más incluyente para todos y todas.
Este renacer de la esperanza que sentimos hoy se debe en gran parte a que ya tenemos nuestra nueva casa: El Partido Revolucionario Moderno (PRM) que nació grande y mayoritario y que iremos modernizando y perfeccionando para convertirlo en la esperanza de la mayoría de los dominicanos y dominicanas. Un partido nuevo que hereda los compromisos históricos de José Francisco Peña Gómez con nuestra patria. Compromisos firmes e innegociables con la defensa de la democracia, el desarrollo sostenible y la justicia social.
El compromiso con esa Patria que queremos y con la cual soñamos, donde la misión principal del Estado sería la de asegurar que la condición de pobreza, el color de la piel, el ser hombre o mujer, niño o envejeciente, la religión que se practique, la opinión política que se abrace, la orientación sexual que se prefiera, las capacidades diferenciadas que nos particularicen, no sean obstáculo o excusa para que toda persona reciba el trato digno que por su condición humana merece.
Hemos establecido el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con la intención de presentar una propuesta que busca establecer, cuando lleguemos al poder, una nueva forma de gobernar el país.
Sin embargo, así como debemos asumir estos nuevos compromisos, debemos rechazar y no permitir los errores del pasado que nos alejaron del pueblo y de la mayoría de los votantes.
Nuestro liderazgo en el PRM será garante de la democracia externa e interna, de la búsqueda de consenso, y de la convivencia civilizada, y por ello rechazaremos definitivamente las diatribas y discusiones estériles, las acciones antidemocráticas y unipersonales que nos han mantenido tanto tiempo en la oposición, sin poder servir a la nación.
Hoy día, el PRM está integrado por prácticamente todas las figuras emblemáticas en las lucha por la democracia de nuestro país y por dominicanos y dominicanas de todos los estratos sociales que buscan terminar con las prácticas corruptas que han envilecido la vida nacional. Nuestros valores se inspiran en los mejores ideales socialdemócratas que buscan la creación de una nación democrática, en la cual reine la libertad, la justicia y la solidaridad.
El PRM debe ser y será diferente, y una muestra de eso es la presencia aquí, de una representación del proyecto presidencial de nuestro apreciado y distinguido compañero Hipólito Mejía. Para él y su delegación les pido un fuerte aplauso.
Señoras y señores, estoy plenamente consciente de la coyuntura histórica y el rol que debo asumir. En el PRM hay y habrá una competencia ejemplar, pero nunca división. De ésto pueden estar seguros los PRmeistas y la sociedad dominicana.
Agradezco sinceramente a toda la dirección de nuestro equipo político y a todos ustedes por confiar en nosotros y por construir este formidable proyecto. También agradezco especialmente a los que, aun no estando presente hoy con nosotros, contribuyeron decididamente a formar esta gran maquinaria política.
Y a ustedes, este gran ejercito voluntario de hombres, mujeres, jóvenes, trabajadores, empresarios, que conforman nuestra base política en cada provincia, municipio, distrito, sección y paraje del país, les pido que sigan actuando con firmeza, dedicación, disciplina pero también con suma prudencia. Porque ustedes y el pueblo saben lo que han confirmado todas las encuestas y sondeos: NO HAY DUDAS, MARCHAMOS SEGUROS HACIA EL TRIUNFO.
SE LOS DIRÉ PARA QUE TODO EL PUEBLO LO ENTIENDA. EN ESTA PRÓXIMA CONVENCIÓN: “HAY QUE SACAR LOS CLAVOS DE LA TABLA SIN ROMPER LA TABLA”.
Esa prudencia es necesaria porque no solo quiero ser el candidato del PRM y La Convergencia, quiero ser el próximo presidente de República Dominicana!!!
Amigos y amigas, esta candidatura, este proyecto político no se trata de quitarse aquel y ponerme yo, ni de cambiar el PLD por el PRM. Se trata de hacer las cosas de manera diferente, de un plan de nación con los mejores hombres y mujeres del país que corten las anclas que mantienen a la mayoría de nuestra gente en la pobreza.
Como ustedes sienten todos los días, nuestro país no anda por buen sendero. La economía y la sociedad dominicana han creado riqueza, pero negando a la misma vez la oportunidad de acceder a una vida digna, a un número intolerablemente elevado de personas. Señoras y señores, crecimiento económico no es desarrollo: por más que la economía ha crecido en nuestro país, la pobreza, el alto desempleo y las ocupaciones precarias y de bajo salario no ceden.
El liderazgo político y económico dominicano ha tenido una enorme responsabilidad por el estado actual. Le han fallado a la mayoría porque no han cumplido con su responsabilidad de hacer lo necesario para que la economía funcione para la gente. De eso se trata, que la economía y el país funcionen para las grandes mayorías.
Las cifras oficiales indican que en 2013, la economía dominicana se duplicó en relación al año 2000. Sin embargo, hoy, más del 40% de las dominicanas y los dominicanos viven en la pobreza, y ese 40% significa que más de 4 millones de personas viven en condiciones de pobreza, cuando en el 2000 eran 2.6 millones de personas. Piénsenlo señores y señoras, duplicamos lo que producimos, pero en vez de bajar, aumentó el número de personas que viven en la pobreza.
Ésto es simplemente inaceptable. Tenemos que cambiar el rumbo, cambiar el actual modelo económico y social.
En mi opinión, hay dos razones fundamentales por lo qué el crecimiento no ha generado bienestar para la mayoría.
La primera es que no se están creando suficientes empleos dignos, y la mayoría de los que se generan son inseguros y con salarios muy bajos. Ésto se debe sobre todo a que históricamente las políticas gubernamentales han descuidado a los sectores productivos y no han priorizado el empleo.
La segunda razón es que tenemos un Estado que no protege a la gente y que no hace lo suficiente para que las personas desarrollen sus aptitudes y aprovechen todo su talento y potencial como seres humanos creativos y productivos.
Un buen estado de salud es indispensable para que, además de ser productivas, las personas puedan aprender, desarrollar habilidades y optar por las cosas que valoran ser y hacer en la vida. La salud no es un asunto individual, nos pertenece e importa a todos y cada uno, y como tal, debemos enfrentarlo como nación, con un liderazgo efectivo por parte del Estado, con una regulación eficaz de los servicios, con una atención de calidad para la población desprotegida, y con una verdadera labor de prevención.
En el caso de la educación, existe un amplio consenso en que las capacidades productivas de las personas dependen en buena medida de lo que aprendan y sepan, de la capacidad de razonamiento crítico y de las habilidades que adquieran.
Para lograr que todos tengan un acceso igual a las oportunidades, el esfuerzo del Estado es indispensable, proporcionando una buena educación y nutrición desde la edad más temprana posible -incluyendo las estancias infantiles- hasta la educación para adultos.
Este objetivo será simplemente inalcanzable si no contamos con mejores maestros y maestras, motivados, orgullosos de su profesión, y respetados por todos, con métodos de enseñanza actualizados, con materiales didácticos y tecnología modernas, y con padres, madres y comunidades integradas en la formación de sus hijos. El país está todavía lejos de cumplir estos deseos. El Pacto por la Educación establece los lineamientos generales a seguir, ahora hay que hacerlos una realidad y trascenderlos.
Por otra parte, vivimos en una sociedad donde las personas se sienten desprotegidas frente a la enfermedad, la vejez y la discapacidad porque el sistema de seguridad social no ha sido implementado adecuadamente. Lograr que nos protejamos unos a otros es un componente indispensable para lograr una sociedad cohesionada.
Dominicanos y dominicanas, desde hace dos años, la mayoría de las encuestas coinciden en que, conjuntamente con el desempleo, la criminalidad y la delincuencia representan los principales problemas que enfrentamos. Los numerosos asaltos, robos y actos de sicariato alarman y atemorizan a la población dominicana. Y con razón. La mayoría de los dominicanos no se atreven a caminar solos por las calles de nuestras ciudades de noche.
Lo que es peor, la gente ve con estupor y desconcierto una creciente escalada de violencia y hechos delictivos que eran totalmente desconocidos en nuestro país: asaltos armados a cárceles, sabotaje eléctrico, atentado terrorista en el metro. Uno tiene el derecho a preguntarse: ¿Qué está pasando? ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Dónde está el gobierno?
Conozco las medidas que han sido exitosas en otros países para disminuir radicalmente la delincuencia. Y no les quepa duda alguna: si llegamos al poder, las implementaré.
Señoras y señores, un tema de vital importancia para el bienestar de nuestro país se refiere a la inmigración descontrolada que ha penetrado en nuestro territorio de manera irregular desde Haití. Las cifras son alarmantes: se habla de cientos de miles de personas que laboran en el campo y las ciudades sin poseer documentos de trabajo, ofreciendo su mano de obra en condiciones que han llevado al desplazamiento de los dominicanos de estos empleos.
A través de los años, las autoridades se han hecho cómplices de esta migración irregular, permitiendo su entrada masiva y empleándola en las obras del Estado. Parte del sector privado también ha sido corresponsable, empleando a los migrantes en la construcción, la recogida del arroz o el café. Hay que poner un paro definitivo a esta grave situación y para ello hay que actuar con seriedad y firmeza, pero siempre con estricto apego a los derechos humanos de los migrantes.
Si llegamos al poder me propongo ordenar de una vez por todas el tema migratorio: poniendo un paro a la inmigración irregular, desarrollando la frontera dominicana, penalizando el empleo de la mano de obra indocumentada, y negociando con el gobierno haitiano los acuerdos que coadyuven a su solución.
Señores, nuestras instituciones principales no funcionan porque el Estado dominicano funciona de manera precaria. Las altas cortes fueron repartidas como botín político y éstas responden a los intereses de unas pocas personas. La corrupción sin castigo es la forma de pagar el clientelismo y los favores políticos. Los partidos políticos se han convertido en un negocio privado, buscando apropiarse de lo más precario y preciado: el presupuesto nacional.
Este es el principal problema señores, un Estado secuestrado por un pequeño grupo de personas y por tanto incapaz de resolver los problemas que aquejan a la Nación.
Dominicanas y dominicanos: por un lado, tenemos que cambiar la forma en que ha crecido nuestra economía y la forma en que se distribuyen los ingresos para que la creación de riqueza no se quede en pocas manos. Eso implica que la economía crezca generando muchos empleos de calidad y con mejores salarios.
Por otro lado, tenemos que crear un Estado solidario, que proteja a las personas, proveyendo servicios de calidad y garantizando que la seguridad social funcione para todos.
Para hacer que la economía se expanda y se creen buenos empleos, sobre todo para las nuevas generaciones, propongo que el desarrollo de los sectores productivos industrial, agrícola y de servicios lo convirtamos en una prioridad de Estado. Propongo diseñar e impulsar un nuevo andamiaje de políticas para el desarrollo productivo, que incentive y promueva prioritariamente dos cosas: el empleo y el avance tecnológico.
Hay que invertir mucho más recursos en salud de lo que se invierte en la actualidad para mejorar significativamente la calidad de la atención.
Resulta crucial asimismo que se reforme el sistema de la seguridad social. El Estado no puede renunciar, como lo ha hecho, a su rol de defensa de los y las afiliadas, y de garante de que el sistema funcione para la gente.
Ninguno de estos propósitos será posible sino convertimos primero el gobierno en una institución moderna, fuerte, tecnológicamente competente y eficaz.
Propongo: perseguir tenazmente el enriquecimiento ilícito de los funcionarios, fortaleciendo con los recursos y el respaldo necesario el ministerio público y su Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA); exigir la declaración jurada de patrimonio de los servidores públicos y darle seguimiento a la veracidad de sus datos, tanto al entrar al gobierno como al terminar sus funciones; transparentar la gestión pública, así como los usos del presupuesto; y cumplir con las leyes de función pública y de la administración pública.
Estoyconvencido de que la corrupción no sólo deslegitima al Estado, sino que además es un factor importante por el cual el crecimiento económico no ha reducido la pobreza. Unos pocos se han embolsillado lo que el pueblo produce y paga en impuestos. Si queremos que la gente crea en el Estado, y si queremos que los recursos de todos sirvan para todos: hay que acabar con eso!
Ésto lo haremos iniciando la transformación del Estado dominicano, estableciendo un gobierno ágil y moderno que, cumplidor de las leyes, pueda lidiar eficazmente con las exigencias que confrontamos en el mundo de hoy.
Dominicanas y dominicanos. Estoy absolutamente convencido de que es posible lograr un gobierno que distribuya con mayor equidad el ingreso nacional; que luche sin cesar contra la corrupción, el clientelismo y la impunidad; y que haga sentir al pueblo que la soberanía fluye de los ciudadanos, y que ustedes son –simbólica, pero realmente- los propietarios del Estado, el eje central de la autoridad.
No como ocurre ahora. Hoy la Corporación PLD se ha adueñado de la política y el ciudadano ha sido reducido a un simple espectador pasivo de su propia historia.
En los últimos años he recorrido el país palmo a palmo. Desde Montecristi a Samaná, desde Pedernales a Higuey, desde Puerto Plata a Santo Domingo, incluyendo nuestra frontera. He tenido la oportunidad de conocer prácticamente todas las ciudades y parajes del país y de conversar con dominicanas y dominicanos de todos los estratos y condiciones sociales y les confieso que –escuchando- he aprendido mucho de ustedes.
Mi esperanza hoy es crear un gran movimiento social, integrado por todos los ciudadanos y ciudadanas -en particular la juventud de nuestro país que representa el 50% de la población- estableciendo mecanismos de participación política y consulta permanentes a través de todo el territorio nacional, con el objetivo de luchar contra los que quieren continuar con la corrupción, la impunidad, y los privilegios.
Buscamos, además, concertar con otros partidos y movimientos sociales y formar una coalición ciudadana cuya visión de país concuerde con la nuestra en una amplia convergencia, que como ola incontenible nos lleve al poder para gobernar efectivamente para todo el pueblo dominicano.
No tenemos, ni existe, una varita mágica, pero sí tenemos el conocimiento y la decisión de buscar y recibir a los mejores hombres y mujeres para gobernar juntos nuestra nación. El país puede confiar que siempre actuaré con ética, honestidad y en defensa del interés nacional.
A las mujeres que luchan a diario por educar a sus hijos y colocar un plato de comida frente a ellos; al ciudadano que araña todos los días para no caer de la clase media de vuelta a la pobreza; a los jóvenes que no encuentran un trabajo digno por más que buscan; a todos ustedes, les extiendo mi mano y les pido que me acompañen juntos a partir de hoy para construir una patria de todos. Convencido estoy que unidos podemos transformar el país.
Tengo una gran pasión e ilusión por servir a mi país; me desgarra e indigna observar la pobreza, la delincuencia y la corrupción que nos arropan. Me siento bendecido por la vida y como dominicano agradezco y amo a este pueblo.
El futuro es hoy dominicanos y dominicanas. Para cambiarlo es hoy, ahora.
Acompáñenme!!
¡Que Dios los bendiga a todos y todas! ¡Muchas gracias!
Estimados Diputados y Diputadas al Congreso Nacional
Estimados Alcaldes y Alcaldesas, Directores y Directoras de Distritos.
Representantes de Partidos y Organizaciones amigas
Elexido Paula, Presidente del Partido Humanista Dominicano y directivos del PHD.
Dirección Nacional del Partido Revolucionario Moderno
Comisiones de los proyectos presidenciales del PRM
Coordinadores Nacionales y Delegaciones de Ultramar de nuestro Proyecto Político.
Compañeros y compañeras
Amigos todos,
Hoy nos reunimos aquí con esperanza, en alegría y con profundo optimismo de que un cambio es ya posible en República Dominicana. Un cambio que permita construir un país más justo, más solidario y más incluyente para todos y todas.
Este renacer de la esperanza que sentimos hoy se debe en gran parte a que ya tenemos nuestra nueva casa: El Partido Revolucionario Moderno (PRM) que nació grande y mayoritario y que iremos modernizando y perfeccionando para convertirlo en la esperanza de la mayoría de los dominicanos y dominicanas. Un partido nuevo que hereda los compromisos históricos de José Francisco Peña Gómez con nuestra patria. Compromisos firmes e innegociables con la defensa de la democracia, el desarrollo sostenible y la justicia social.
El compromiso con esa Patria que queremos y con la cual soñamos, donde la misión principal del Estado sería la de asegurar que la condición de pobreza, el color de la piel, el ser hombre o mujer, niño o envejeciente, la religión que se practique, la opinión política que se abrace, la orientación sexual que se prefiera, las capacidades diferenciadas que nos particularicen, no sean obstáculo o excusa para que toda persona reciba el trato digno que por su condición humana merece.
Sin embargo, así como debemos asumir estos nuevos compromisos, debemos rechazar y no permitir los errores del pasado que nos alejaron del pueblo y de la mayoría de los votantes.
Nuestro liderazgo en el PRM será garante de la democracia externa e interna, de la búsqueda de consenso, y de la convivencia civilizada, y por ello rechazaremos definitivamente las diatribas y discusiones estériles, las acciones antidemocráticas y unipersonales que nos han mantenido tanto tiempo en la oposición, sin poder servir a la nación.
Hoy día, el PRM está integrado por prácticamente todas las figuras emblemáticas en las lucha por la democracia de nuestro país y por dominicanos y dominicanas de todos los estratos sociales que buscan terminar con las prácticas corruptas que han envilecido la vida nacional. Nuestros valores se inspiran en los mejores ideales socialdemócratas que buscan la creación de una nación democrática, en la cual reine la libertad, la justicia y la solidaridad.
El PRM debe ser y será diferente, y una muestra de eso es la presencia aquí, de una representación del proyecto presidencial de nuestro apreciado y distinguido compañero Hipólito Mejía. Para él y su delegación les pido un fuerte aplauso.
Señoras y señores, estoy plenamente consciente de la coyuntura histórica y el rol que debo asumir. En el PRM hay y habrá una competencia ejemplar, pero nunca división. De ésto pueden estar seguros los PRmeistas y la sociedad dominicana.
Agradezco sinceramente a toda la dirección de nuestro equipo político y a todos ustedes por confiar en nosotros y por construir este formidable proyecto. También agradezco especialmente a los que, aun no estando presente hoy con nosotros, contribuyeron decididamente a formar esta gran maquinaria política.
Y a ustedes, este gran ejercito voluntario de hombres, mujeres, jóvenes, trabajadores, empresarios, que conforman nuestra base política en cada provincia, municipio, distrito, sección y paraje del país, les pido que sigan actuando con firmeza, dedicación, disciplina pero también con suma prudencia. Porque ustedes y el pueblo saben lo que han confirmado todas las encuestas y sondeos: NO HAY DUDAS, MARCHAMOS SEGUROS HACIA EL TRIUNFO.
SE LOS DIRÉ PARA QUE TODO EL PUEBLO LO ENTIENDA. EN ESTA PRÓXIMA CONVENCIÓN: “HAY QUE SACAR LOS CLAVOS DE LA TABLA SIN ROMPER LA TABLA”.
Esa prudencia es necesaria porque no solo quiero ser el candidato del PRM y La Convergencia, quiero ser el próximo presidente de República Dominicana!!!
Amigos y amigas, esta candidatura, este proyecto político no se trata de quitarse aquel y ponerme yo, ni de cambiar el PLD por el PRM. Se trata de hacer las cosas de manera diferente, de un plan de nación con los mejores hombres y mujeres del país que corten las anclas que mantienen a la mayoría de nuestra gente en la pobreza.
Como ustedes sienten todos los días, nuestro país no anda por buen sendero. La economía y la sociedad dominicana han creado riqueza, pero negando a la misma vez la oportunidad de acceder a una vida digna, a un número intolerablemente elevado de personas. Señoras y señores, crecimiento económico no es desarrollo: por más que la economía ha crecido en nuestro país, la pobreza, el alto desempleo y las ocupaciones precarias y de bajo salario no ceden.
El liderazgo político y económico dominicano ha tenido una enorme responsabilidad por el estado actual. Le han fallado a la mayoría porque no han cumplido con su responsabilidad de hacer lo necesario para que la economía funcione para la gente. De eso se trata, que la economía y el país funcionen para las grandes mayorías.
Las cifras oficiales indican que en 2013, la economía dominicana se duplicó en relación al año 2000. Sin embargo, hoy, más del 40% de las dominicanas y los dominicanos viven en la pobreza, y ese 40% significa que más de 4 millones de personas viven en condiciones de pobreza, cuando en el 2000 eran 2.6 millones de personas. Piénsenlo señores y señoras, duplicamos lo que producimos, pero en vez de bajar, aumentó el número de personas que viven en la pobreza.
Ésto es simplemente inaceptable. Tenemos que cambiar el rumbo, cambiar el actual modelo económico y social.
En mi opinión, hay dos razones fundamentales por lo qué el crecimiento no ha generado bienestar para la mayoría.
La primera es que no se están creando suficientes empleos dignos, y la mayoría de los que se generan son inseguros y con salarios muy bajos. Ésto se debe sobre todo a que históricamente las políticas gubernamentales han descuidado a los sectores productivos y no han priorizado el empleo.
La segunda razón es que tenemos un Estado que no protege a la gente y que no hace lo suficiente para que las personas desarrollen sus aptitudes y aprovechen todo su talento y potencial como seres humanos creativos y productivos.
Un buen estado de salud es indispensable para que, además de ser productivas, las personas puedan aprender, desarrollar habilidades y optar por las cosas que valoran ser y hacer en la vida. La salud no es un asunto individual, nos pertenece e importa a todos y cada uno, y como tal, debemos enfrentarlo como nación, con un liderazgo efectivo por parte del Estado, con una regulación eficaz de los servicios, con una atención de calidad para la población desprotegida, y con una verdadera labor de prevención.
En el caso de la educación, existe un amplio consenso en que las capacidades productivas de las personas dependen en buena medida de lo que aprendan y sepan, de la capacidad de razonamiento crítico y de las habilidades que adquieran.
Para lograr que todos tengan un acceso igual a las oportunidades, el esfuerzo del Estado es indispensable, proporcionando una buena educación y nutrición desde la edad más temprana posible -incluyendo las estancias infantiles- hasta la educación para adultos.
Este objetivo será simplemente inalcanzable si no contamos con mejores maestros y maestras, motivados, orgullosos de su profesión, y respetados por todos, con métodos de enseñanza actualizados, con materiales didácticos y tecnología modernas, y con padres, madres y comunidades integradas en la formación de sus hijos. El país está todavía lejos de cumplir estos deseos. El Pacto por la Educación establece los lineamientos generales a seguir, ahora hay que hacerlos una realidad y trascenderlos.
Por otra parte, vivimos en una sociedad donde las personas se sienten desprotegidas frente a la enfermedad, la vejez y la discapacidad porque el sistema de seguridad social no ha sido implementado adecuadamente. Lograr que nos protejamos unos a otros es un componente indispensable para lograr una sociedad cohesionada.
Dominicanos y dominicanas, desde hace dos años, la mayoría de las encuestas coinciden en que, conjuntamente con el desempleo, la criminalidad y la delincuencia representan los principales problemas que enfrentamos. Los numerosos asaltos, robos y actos de sicariato alarman y atemorizan a la población dominicana. Y con razón. La mayoría de los dominicanos no se atreven a caminar solos por las calles de nuestras ciudades de noche.
Lo que es peor, la gente ve con estupor y desconcierto una creciente escalada de violencia y hechos delictivos que eran totalmente desconocidos en nuestro país: asaltos armados a cárceles, sabotaje eléctrico, atentado terrorista en el metro. Uno tiene el derecho a preguntarse: ¿Qué está pasando? ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Dónde está el gobierno?
Conozco las medidas que han sido exitosas en otros países para disminuir radicalmente la delincuencia. Y no les quepa duda alguna: si llegamos al poder, las implementaré.
Señoras y señores, un tema de vital importancia para el bienestar de nuestro país se refiere a la inmigración descontrolada que ha penetrado en nuestro territorio de manera irregular desde Haití. Las cifras son alarmantes: se habla de cientos de miles de personas que laboran en el campo y las ciudades sin poseer documentos de trabajo, ofreciendo su mano de obra en condiciones que han llevado al desplazamiento de los dominicanos de estos empleos.
A través de los años, las autoridades se han hecho cómplices de esta migración irregular, permitiendo su entrada masiva y empleándola en las obras del Estado. Parte del sector privado también ha sido corresponsable, empleando a los migrantes en la construcción, la recogida del arroz o el café. Hay que poner un paro definitivo a esta grave situación y para ello hay que actuar con seriedad y firmeza, pero siempre con estricto apego a los derechos humanos de los migrantes.
Si llegamos al poder me propongo ordenar de una vez por todas el tema migratorio: poniendo un paro a la inmigración irregular, desarrollando la frontera dominicana, penalizando el empleo de la mano de obra indocumentada, y negociando con el gobierno haitiano los acuerdos que coadyuven a su solución.
Señores, nuestras instituciones principales no funcionan porque el Estado dominicano funciona de manera precaria. Las altas cortes fueron repartidas como botín político y éstas responden a los intereses de unas pocas personas. La corrupción sin castigo es la forma de pagar el clientelismo y los favores políticos. Los partidos políticos se han convertido en un negocio privado, buscando apropiarse de lo más precario y preciado: el presupuesto nacional.
Este es el principal problema señores, un Estado secuestrado por un pequeño grupo de personas y por tanto incapaz de resolver los problemas que aquejan a la Nación.
Dominicanas y dominicanos: por un lado, tenemos que cambiar la forma en que ha crecido nuestra economía y la forma en que se distribuyen los ingresos para que la creación de riqueza no se quede en pocas manos. Eso implica que la economía crezca generando muchos empleos de calidad y con mejores salarios.
Por otro lado, tenemos que crear un Estado solidario, que proteja a las personas, proveyendo servicios de calidad y garantizando que la seguridad social funcione para todos.
Para hacer que la economía se expanda y se creen buenos empleos, sobre todo para las nuevas generaciones, propongo que el desarrollo de los sectores productivos industrial, agrícola y de servicios lo convirtamos en una prioridad de Estado. Propongo diseñar e impulsar un nuevo andamiaje de políticas para el desarrollo productivo, que incentive y promueva prioritariamente dos cosas: el empleo y el avance tecnológico.
Hay que invertir mucho más recursos en salud de lo que se invierte en la actualidad para mejorar significativamente la calidad de la atención.
Resulta crucial asimismo que se reforme el sistema de la seguridad social. El Estado no puede renunciar, como lo ha hecho, a su rol de defensa de los y las afiliadas, y de garante de que el sistema funcione para la gente.
Ninguno de estos propósitos será posible sino convertimos primero el gobierno en una institución moderna, fuerte, tecnológicamente competente y eficaz.
Propongo: perseguir tenazmente el enriquecimiento ilícito de los funcionarios, fortaleciendo con los recursos y el respaldo necesario el ministerio público y su Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA); exigir la declaración jurada de patrimonio de los servidores públicos y darle seguimiento a la veracidad de sus datos, tanto al entrar al gobierno como al terminar sus funciones; transparentar la gestión pública, así como los usos del presupuesto; y cumplir con las leyes de función pública y de la administración pública.
Estoyconvencido de que la corrupción no sólo deslegitima al Estado, sino que además es un factor importante por el cual el crecimiento económico no ha reducido la pobreza. Unos pocos se han embolsillado lo que el pueblo produce y paga en impuestos. Si queremos que la gente crea en el Estado, y si queremos que los recursos de todos sirvan para todos: hay que acabar con eso!
Ésto lo haremos iniciando la transformación del Estado dominicano, estableciendo un gobierno ágil y moderno que, cumplidor de las leyes, pueda lidiar eficazmente con las exigencias que confrontamos en el mundo de hoy.
Dominicanas y dominicanos. Estoy absolutamente convencido de que es posible lograr un gobierno que distribuya con mayor equidad el ingreso nacional; que luche sin cesar contra la corrupción, el clientelismo y la impunidad; y que haga sentir al pueblo que la soberanía fluye de los ciudadanos, y que ustedes son –simbólica, pero realmente- los propietarios del Estado, el eje central de la autoridad.
No como ocurre ahora. Hoy la Corporación PLD se ha adueñado de la política y el ciudadano ha sido reducido a un simple espectador pasivo de su propia historia.
En los últimos años he recorrido el país palmo a palmo. Desde Montecristi a Samaná, desde Pedernales a Higuey, desde Puerto Plata a Santo Domingo, incluyendo nuestra frontera. He tenido la oportunidad de conocer prácticamente todas las ciudades y parajes del país y de conversar con dominicanas y dominicanos de todos los estratos y condiciones sociales y les confieso que –escuchando- he aprendido mucho de ustedes.
Mi esperanza hoy es crear un gran movimiento social, integrado por todos los ciudadanos y ciudadanas -en particular la juventud de nuestro país que representa el 50% de la población- estableciendo mecanismos de participación política y consulta permanentes a través de todo el territorio nacional, con el objetivo de luchar contra los que quieren continuar con la corrupción, la impunidad, y los privilegios.
Buscamos, además, concertar con otros partidos y movimientos sociales y formar una coalición ciudadana cuya visión de país concuerde con la nuestra en una amplia convergencia, que como ola incontenible nos lleve al poder para gobernar efectivamente para todo el pueblo dominicano.
No tenemos, ni existe, una varita mágica, pero sí tenemos el conocimiento y la decisión de buscar y recibir a los mejores hombres y mujeres para gobernar juntos nuestra nación. El país puede confiar que siempre actuaré con ética, honestidad y en defensa del interés nacional.
A las mujeres que luchan a diario por educar a sus hijos y colocar un plato de comida frente a ellos; al ciudadano que araña todos los días para no caer de la clase media de vuelta a la pobreza; a los jóvenes que no encuentran un trabajo digno por más que buscan; a todos ustedes, les extiendo mi mano y les pido que me acompañen juntos a partir de hoy para construir una patria de todos. Convencido estoy que unidos podemos transformar el país.
Tengo una gran pasión e ilusión por servir a mi país; me desgarra e indigna observar la pobreza, la delincuencia y la corrupción que nos arropan. Me siento bendecido por la vida y como dominicano agradezco y amo a este pueblo.
El futuro es hoy dominicanos y dominicanas. Para cambiarlo es hoy, ahora.
Acompáñenme!!
¡Que Dios los bendiga a todos y todas! ¡Muchas gracias!
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