Labonismo, ideología del oportunista
Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
Nota este trabajo fue publicado en el periódico semanario El Coloso de Macorix, en su edición No. 14 de la segunda semana de Octubre del año de 1994.
San Pedro de Macorís. -El lambonismo como arma de conquista social se está arraigando en nuestro medio social. La adulonería en extremo, a ultranza, como vehículo ex profeso para alcanzar premeditados objetivos personales y políticos esta de manifiesto sistemáticamente en las relaciones sociales basada en la demagogia, la hipocresía y la farsa. Lamer o lamber a todo aquel que por circunstancias coyunturales, transitorias, llega a la altura social y pública; es una constante de la realidad actual. El lambisconear a los que tienen cierto poder material o económico es una modalidad intrínseca en los aprovechadores de ocasión, es el arma común de los mediocres, utilizada por los cretinos y canallas que al no tener ninguna condición personal que le permita escalar con dignidad una posición en el escenario de la cosa pública, tienen que recurrir necesariamente a lamerle su existencia y presencia a todo aquel que a su rededor está situado por encima de su entorno social. La lambeta como expresión cultural táctica para subsistir o para sobrevivir, ha convertido el espectro social en un inmenso vertedero social; con un vaho apestoso, enriquecido por la inmoralidad más honda y santificado por la más repugnante cobardía.
El rendirle culto y pleitesía a la riqueza mal habida, surgida del narcotráfico, el robo, la estafa, el cohecho y la corrupción administrativa pública y privada (esta última muy frecuente en los bancos comerciales, compañías de seguro, entre otras), de la indecencia y el robo disfrazado de mil forma, es algo muy común en este nuestro medio de mentira y engaño.
Asistimos al entierro de la honradez, el honor y la dignidad. La inversión de valores contamina y pudre el ambiente social dominicano. A las posiciones públicas ya no se llega por los méritos alcanzados en buena lid; por la suma de virtudes ciudadana, sino por la capacidad de lambisquear e intrigar teniendo como norte inmediato trepar y trepar a cualquier precio y sin guardar ninguna apariencia, desconociendo todas las normas morales de la civilización y las relaciones humanas.
El lambonismo se ha acentuado con tanta fuerza cultural en las relaciones humanas y sociales que asume categoría ideológica y política.
El mundo social está bajo el dominio de lumpen burgueses, lumpen proletarios, lumpen pequeños-burgueses; ese abanico de degenerados putrefactos, traidores, parásitos sociales, miserables culturales; seres frustrados en todos los órdenes, los llamados ladrones de cuellos blancos de la alta sociedad, delincuentes vulgares, auténticos hampones desalmados, letrinas públicas y todas clases de vividores improductivos incrustados en los diferentes estratos sociales, académicos, laborales, políticos, entre tantos lugares, que mediante el contrabando, el narcotráfico y las más escandalosas prácticas corruptas, se han erigidos en los rectores o administradores públicos de nuestra convivencia institucional.
Esas sabandijas anti sociales por lo regular tienen su discurso personal, "soy un hombre del poder, no puedo estar fuera del poder", para con ello justificar el congraciarse con los de arriba, con los que están en el mando de turno, y entonces se las pasan en las instituciones donde laboran intrigando, chivateando, delatando, chismeando, poniendo en zozobra a sus compañeros de trabajo, siempre tratando de acomodarse con los jefes, haciéndose los simpáticos con el poder. Por lo regular son ingratos y traidores compulsivos. Se la pasan fraguando indisponer a sus compañeros laborales en aras de reinar cuales "jefes", se creen poseedores de luces estratégicas, de dotados de una supuesta inteligencia dominante. Se creen líderes mesiánicos poseedores de un supuesto carisma que solo ellos se los creen. Todo es pose y teatro para brillar, para tratar de demostrar su presunto dominio del entorno. Si son del sexo femenino recurren a traficar con su cuerpo acostándose con los jefes a cambio de protección, asenso y poder de mando; a que le consientan su incapacidad profesional; a que la protejan sobre todas las cosas. En muchos casos lograr manipular a algunas personas del entorno laboral o social que ingenuamente son sorprendido en su buena fe convirtiéndolo en su aliado coyuntural. Fácilmente consiguen engañar a quien no lo conoce presentando una imagen muy contraria a lo que es en realidad encarnan: son farsante irrenunciable. Son mitómanos recurrentes, pelafustanes engreídos con presunción de importantes, lacras andantes, seres repugnantes y mediocres carente de toda decencia; manipuladores y astutos, simuladores planificado que tras su apariencia inofensiva contaminan y contagian todo lo que tocan. No le importa nada, ni la patria, ni el país, ni la credibilidad de la institución donde sirven, sino el explotar y desarrollar su ego torcido y narcisista. Son especialista en la manipulación, en acomodarse con el poder. Rufianes y canallas malditos y despreciables.
Las vizcachas humanas que nos desgobiernan vulneran todos los preceptos posibles. Disfrutan de la impunidad que le brinda el estar en el Poder social, público y económico. Compran y corrompen a las autoridades, civiles y militares. Sus nefastos tentáculos de pillaje y exterminio se sienten monstruosamente por todas partes.
La humanidad digna y consciente lo enfrenta titánicamente. Hace esfuerzos desnudado por salir airosa de esta vorágine de maledicencia e iniquidad que pervierte y gangrena todo lo que le rodea. Más tarde o más temprano serán derrotados. La seriedad y la honestidad se impondrán y la humanidad se liberará de sus ataduras patológicas. El cesarismo recalcitrante e inhumano será barrido del escenario público. El lambonismo, posición personal propia de los demagogos, hipócritas, embusteros, mentirosos, calumniadores y déspota, no podrá destruir las esencias de nuestros valores morales y espirituales nacido de lo mejor del pensamiento humano universal.
Indómito es este nuestro vozarrón de decoro que se antepone enhiesto al lambonismo con caricatura ideológica que corroe el conglomerado humano; que invierte los valores. El lambonismo acosa a quienes se niegan a sucumbir en sus redes caprichosas y espurias.
Todo no está perdido, desde las entrañas de la descomposición surgen voces y conductas aceradas que denuncian contundentemente este cobarde, asquearte y repugnante método tendente a trepar social y políticamente, levantado alegremente por la mediocridad inescrupulosa e indecente.
El lambonismo, recurso ruin, perverso, maldito y execrable, será barrido. Será aplastado por la por la sinceridad. Por la ejecutoria de una práctica social noble y altruista basada en la solidaridad humana y en la gratitud recíproca.
Por un mundo mejor denunciemos y enfrentemos el culto a la mentira, el engaño y la falsedad. Denunciemos y enfrentamos con responsabilidad y valentía los héroes de barro, los ídolos de cartón, los falsos dioses terrenales proyectados cobardemente por los lambones y seres sin conciencia.
Nota este trabajo fue publicado en el periódico semanario El Coloso de Macorix, en su edición No. 14, de fecha, segunda semana de Octubre del año de 1994. Cualquier parecido con hechos y comportamiento de algunas personas en su vida social y laboral es pura coincidencia.
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