Enviado por: Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Soldodados dominicanos abonaron su sangre y sus vidas. Muchos hispanos, incluyendo comandantes, gobernadores españoles, guerreros mexicanos, estrategas mexicanos, empresarios cubanos y soldados dominicanos, boricuas y de otros países de América Latina, sobresalieron contribuyendo de manera ostensible y significativa en la guerra de independencia de los Estados Unidos de la que hoy 4 de julio del 2008, se celebran 232 años.
Aunque en ningún libro de texto, salvo escasas excepciones, se menciona siquiera la presencia de los latinos entre los que figuran españoles, puertorriqueños, mexicanos y de otras nacionales como parte de quienes lucharon al lado del general George Washington y otras figuras militares y políticas de relieve para que la Unión Americana se convirtiera en lo que es hoy, sus nombres que sin embargo sí aparecen en los archivos (biblioteca) del congreso estadounidense, no pueden obviarse.
La omisión, muchos analistas la atribuyen al rencor de los historiadores norteamericanos contra España porque ese país declaró la guerra contra Gran Bretaña (Madre Patria de Estados Unidos) en 1779 y se definió como aliada de Francia y no de Estados Unidos.}
Otras razones son el racismo, la discriminación, mientras para otros, se trata simplemente de un “caso de descuido histórico”, que es la versión menos creíble.
Entre los hispanos que se destacaron en la lucha por la independencia estadounidense figuran el español Bernardo de Gálvez que siendo gobernador de Lousiana ayudó sobremanera a los revolucionarios americanos, los cubanos Juan Manuel de Cagigal y su lugarteniente Francisco Miranda y otros.
Carlos III rey de España, hizo a este oficial de 29 años gobernador del territorio de la Luisiana (que abarcaba 13 estados de los EE.UU. de hoy en día), el día de Año Nuevo de 1777.
Inmediatamente a su llegada a Luisiana, Gálvez comenzó a ayudar a los revolucionarios americanos. Nueva Orleáns se convirtió en un refugio para todos aquellos que peleaban en contra de los ingleses. El 21 de junio de 1779, España le declaró la guerra a Gran Bretaña y Gálvez comenzó a atacar a los ingleses con sólo 1,450 hombres. Mientras esperaba refuerzos de Cuba, Gálvez capturó los fuertes de Manchak, Baton Rouge, Panmure (Natchez), Thompson y Amith. Seiscientos soldados ingleses fueron capturados sin apenas ninguna pérdida española. Gálvez capturó a Mobile el 14 de marzo de 1780, tras un sitio de 20 días. La expedición de Cuba había sido dirigida por el Marqués de las Amarillas. Además del ejército regular, venían milicianos nacidos en Cuba, incluyendo 300 afrocubanos.
Gálvez debía enfrentarse con su reto más difícil: Pensacola, esta ciudad estaba defendida por 2,500 soldados ingleses. Gálvez reunió tropas y abastecimientos adicionales de Cuba, la Luisiana y otras partes. Su ejército aumentó a 7,000 hombres, lo que, para la época, era considerable. Dicho ejército se componía de soldados blancos, negros, mestizos e indios nacidos en España, Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Haití, México, Venezuela y Nueva Orleáns.
Ayudando a Gálvez en la batalla de Pensacola estaba el general cubano Juan Manuel de Cagigal, que posteriormente fue gobernador de Cuba y su edecán Francisco Miranda. Este último, venezolano, se reconoce como el precursor de la independencia de la América del sur y como su líder intelectual. Después de luchar durante dos meses, los ingleses se rindieron en Pensacola el 8 de mayo de 1781.
Habían perdido su último baluarte en el Golfo de México.
El historiador Orwen Rush opina que la batalla de Pensacola fue una influencia decisiva en la victoria sobre la Gran Bretaña.
Herminio Portell Vilá, historiador cubano, afirma que los ataques de las tropas españolas y cubanas a las ciudades y fuertes ingleses a lo largo del río Mississippi, el golfo de México, las Bahamas y América Central fueron determinantes en la desmoralización de las tropas inglesas. Además, estos ataques impidieron que los ingleses pudieran consolidar un gran ejército para atacar a George Washington. A Bernardo de Gálvez el rey de España le otorgó el título de conde y lo ascendió a general. Más tarde fue gobernador de Cuba y virrey de Nueva España (México). Murió en México a los 40 años.
Otra página olvidada en la historia de la guerra de independencia fue la de la generosidad de los habaneros y su ayuda a la causa de la Revolución Americana.
En la primavera de 1781, Washington informaba al general Rochambeau, jefe de las tropas francesas en los Estados Unidos, acerca del estado lastimero en que se encontraban sus soldados. Necesitaban el ejército americano y el ejército francés dinero para pagar el sueldo atrasado de los soldados y para comprar comida, ropa y otros abastecimientos. El Conde de Rochambeau envió varias cartas al almirante De Grasse, cuya flota acababa de llegar a Santo Domingo. Rochambeau informaba a De Grasse que las tropas francesas y americanas estaban carentes de recursos y necesitaban 1,200,000 libras tornesas (moneda francesa) para poder lanzar un ataque contra los ingleses. A De Grasse le fue imposible recaudar esa suma tan considerable en la colonia de Santo Domingo, así que mandó a tres de sus mejores fragatas a la Habana, entre ellas una fragata, al mando de Saint Simon. A su llegada a la Habana, Saint Simon se puso en contacto con el gobernador de Cuba, Juan Manuel de Cagigal, y con su edecán Francisco Miranda y el dinero que fue recaudado en 24 horas.
Una de las razones se dice – que tuvieron los cubanos para ayudar era la compasión que sentían por la suerte de otra colonia y el odio que le tenían a los ingleses, que habían capturado La Habana en 1762 y maltratado a sus habitantes.
El tesoro recaudado fue traído a los Estados Unidos y dividido entre las tropas americanas y francesas. Este dinero ayudó a financiar la última batalla de la guerra que fue la de Yorktown, que terminó con la rendición de las tropas inglesas el 31 de octubre de 1781.
La ayuda económica cubana fue crucial. El historiador americano Stephen Bonsal dijo: “El millón proporcionado puede ser considerado verdaderamente como el cimiento sobre el cual se erigió el edificio de la independencia”.
De manera que La enorme contribución de los hispanos a la independencia de Estados Unidos está más que demostrada.
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