NUEVA YORK._ Lo que en la mayoría de los países subdesarrollados, especialmente en América Latina, es un deporte o pasa tiempo en los Estados Unidos es un grave delito.
Trece gallos de pelea fueron confiscados por agentes de la policía del poblado Copiague en el condado Suffolk (Long Island) y el dueño fue arrestado bajo el cargo de crueldad animal.
Los agentes policiales que se presentaron a la residencia junto a oficiales de la Asociación de Protección Animal (ASPCA, siglas en inglés) llegaron a la escena después que un vecino alarmado por los cantos y el ruido de los gallos llamó a las autoridades notificando la situación.
Roy Gross, jefe de la ASPCA en Long Island dijo que las aves estaban entrenadas y preparadas para peleas, ya que tenían las pechugas afeitadas y sus espuelas afiladas. “Estaban esos gallos, listos para el combate”, añadió Gross.
Los gallos estaban en jaulas individuales y fueron retirados en bolsas para ser utilizados como evidencia en la corte. El ocupante de la casa que tiene 33 años de edad fue arrestado para interrogación, aunque la policía no lo identificó.
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