Su figura literaria se caracterizó por su honda creatividad poética siempre cantándole a su amado San Pedro de Macorís, por el que luchó en aras de un mañana esplendoroso. Era un hombre de bien, sencillo, bondadoso y ecuánime.
Su activa militancia juvenil contra el régimen de Trujillo (1930-61) lo llevó a sufrir los rigores de la prisión y persecución política. Fue un camarada de combate del asesinado líder sindical Mauricio Báez. Tras su lamentable deceso sus familiares llevaron su cadáver al Sindicato de Obreros Portuarios, de cuya membrecía fue parte histórica junto al líder obrero Mauricio Báez.
A su muerte le sobreviven su esposa Florinda Mateo y sus hijos Clara, Vinicio Antonio, Ramón Vinicio, Félix José Olimpia y Eugenia, además de su hermana María Teresa.
Sus padres fueron Juan Antonio Viguera Suazo y Escolástica Rujano de Viguera.
Sus padres fueron Juan Antonio Viguera Suazo y Escolástica Rujano de Viguera.
Fue miembro directivo de la Casa de la Cultura Petromacorisana y del Ateneo de Macorís.
Además laboró en el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís y a la hora de su muerte se desempeñaba como asesor del mismo.
Además laboró en el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de San Pedro de Macorís y a la hora de su muerte se desempeñaba como asesor del mismo.
Autor de varios opúsculos de significada presencia literaria en San Pedro de Macorís, destacándose entre ello el que escribiera al insigne poeta Gastón Fernando Deligne.
Además escribió sobre Eduardo Brito, Mauricio Báez, sobre la historia del barrio Miramar y sobre la historia de la radiofonía en esta ciudad, entre otros textos.
Organizó varios eventos culturales en esta ciudad y fue propulsor de varios proyectos en esa misma materia.
Organizó varios eventos culturales en esta ciudad y fue propulsor de varios proyectos en esa misma materia.
¡Paz a sus restos inmortales, Poeta del pueblo!
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