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miércoles, 16 de diciembre de 2020

Contra la felonía peledeísta, ni un paso atrás

Contra la felonía peledeísta, ni un paso atrás

 

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).

 San Pedro de Macorís, miércoles 16 de diciembre 2020.- El tinglado de  felonía, robos, corrupción,  delincuencia, saqueos, pillajes, mafias  y tráfico de influencia  del entramado de la asociación delincuente y criminal  de la administración de los  gobiernos del PLD, carecía de todo escrúpulo y pudor, sus autores  intelectuales y materiales extendieron sus nefastos tentáculos  destructivos, voraz e insaciables,  en todas los Ministerios y Direcciones; contaminaron y degradaron  con sus actuaciones inmorales el gobierno y el Estado  dominicano, convirtiéndolos en una especie de propiedad personal y grupal a su servicios e intereses dominantes, algo sin parangón en la historia de los gobiernos del país. El daño perpetrado por  este grupo de canallas, perversos y anti sociales a la institucionalidad del país ha sido catastrófico; sembraron  la cultura de la corrupción del erario público como una normalidad en el ejercicio público, su flagelo  repercutirá por más de 30 años.  Su Era administrativa será  siempre recordada con dolor traumático e indignación histórica. 



Cárcel y recuperación de todo lo robado es el clamor de la sociedad y del pueblo consciente que no se deja manipular ni chantajea por las bocinas y plumíferos  cómplice de sus actos y que también se enriquecieron  se hicieron multimillonarios participando del festival del pillaje y recibiendo pagas fabulosas  por su pronunciamientos y escritos justificando y defendiendo  el crimen contra la patria.

   (Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo)  

 

 






sábado, 5 de diciembre de 2020

Para llorar

 


poema de Vicente Huidobro

Es para llorar que buscamos nuestros ojos
Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
Y sobre nuestra memoria de carne
Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia
Escondemos nuestra voz de todas las noches
Porque acarreamos la desgracia
Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
Tenemos miedo

Nuestro cuerpo cruje en el silencio
Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
En el milagro del viento lleno de nuestras palabras

La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar

Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
Paloma de nube y de noche
De nube en nube y de noche en noche
Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido

Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
Es para poder llorar es para poder llorar
Porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde

Es para llorar que la vida es tan corta
Es para llorar que la vida es tan larga

El alma salta de nuestro cuerpo
Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
La noche llega a paso de montaña
Sobre el piano donde el árbol brota
Con sus mercancías y sus signos amargos
Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios
El mar abre y cierra su puerta
Es para llorar para llorar
Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino

Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
Y la cabellera ardiente de la dicha
Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana

Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
Y que no apagamos el fuego del cerebro

Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta

(poema de Vicente Huidobro)

 

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