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lunes, 24 de noviembre de 2008

Nueva York, entre lo portentoso y el miedo

Nueva York, entre lo portentoso y el miedo

http://www.viejoblues.com/Bitacora/coloso-de-macoris

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

Nueva York.- Esta gigantesca urbe metropolitana cuyos encantos peculiares deja anonadado al visitante primario, trémula, portentosa, se muestra hacia el universo mostrando con orgullo su variado contraste y perfección arquitectónica.


“La Gran Manzana” o “La Capital del mundo” se explayó al firmamento internacional con signo histórico al erigirse como capital de los Estados Unidos de América desde 1785 hasta 1790.


Desde entonces se convirtió en la gran ciudad apetecible por la generalidad de los inmigrantes universales que la visitan en procura de un mejor horizonte económico y social.


Esta mega ciudad de multicolores contrastes, extensa e inmensa, muestra orgullosa sus más de 129 mil kilómetros cuadrados que conforma su condición de uno de los más importantes estado de la Unión.


Con sus montañas, ríos; unos 8 mil lagos, 205 kilómetros de playa sobre el Océano Atlántico. 603 kilómetros de costa entre los lagos Ontario y Erie y las famosas cataratas del Niágara del lado norteamericano.
Con su famoso Central Park, el Empire State Building, monumental edificio del arte deco con sus 102 pisos de alto, la catedral de San Juan El Divino, la construcción neogótica más grande del mundo.


El Chrysler Building construido en 1930 y que fuera en esa época el edificio más alto del mundo; el Citicorp Center, uno de los rascacielos más famosos de la ciudad, el bello edificio que aloja el Ayuntamiento; el City Hall, del período de la arquitectura Federal, su popular Estatua de la Libertad, un regalo del pueblo francés a los Estados Unidos en 1884.


El World Trade Center conocido como las mundialmente Torres Gemelas de 110 pisos de alto, ( destruidas por un acto terrorista el 11 de septiembre del 2001), el Rockefeller Center, todo un bien diseñado conjunto de majestuosos edificios de gigantescas alturas, sus impresionantes puentes que simbolizan su alto desarrollo material, las Torres con cúpulas de cobre, la isla Ellis y la línea del horizonte de Manhattan, todo una hipnótica belleza; en fin, es Nueva York una inmensa y agradable metrópolis atractiva llena de belleza material y florecimiento social.


Pero esta encantadora realidad entra en abierta contradicción con su situación humana. A la par que se exhibe ese Nueva York maravilloso, el que vemos en las películas y los documentales interesados, se oculta el Nueva York en el que abundan los hechos de violencia y bestialidad humana.


El índice de criminalidad y delincuencia resultante de la brega de consumo y tráfico de estupefacientes es sumamente alarmante. Miles de potenciales y presuntos delincuentes criminales han tomado sus calles.
Aquí nadie esta seguro; nadie se preocupa por la suerte del otro sino por la propia. El individualismo predomina en las relaciones humanas. La cultura del miedo, del pánico domina las interrelaciones humanas.


En Nueva York, nadie confía en nadie; una desconfianza creciente reina en su entorno social. Todos se miran con recelo y temor. Nadie saluda a nadie. Las miradas se cruzan en un ritual de silencio incógnito, siempre a la expectativa, en la espera de la potencial agresión o del asalto.


Una vida humana vale menos que un arete de 30 dólares, el precio que cargaba una joven mujer, de 23 años, cuando fue arrojada a las líneas férreas del tren en Brooklyn por un mozalbete de apenas 15 años de edad.
Bajos los efectos alucinantes de las drogas miles de adolescentes se lanzan implacablemente contra el género humano. Asesinan, secuestran, matan, asaltan, violan, atracan, roban, engañan, mienten, en fin; cometen las peores tropelías, atrocidades y canalladas imaginables.


Ni siquiera en los apartamentos de los Builldig se esta seguro. Cada vez que alguien toca una puerta anunciándose, desde su interior le responde una voz temerosa y desconfiada que cree le llegó su turno de ser asaltado.
De nada ha valido el esfuerzo de las autoridades para reducir a su mínima expresión el auge de la delincuencia criminal, resultante del auge del consumo y venta de estupefacientes. Cada segundo se reporta la ocurrencia de un nuevo hecho de sangre o de la explosiva conducta criminal de un maniático psicópata víctima del consumo excesivo de drogas.


La magnitud de esta preocupante situación ha desarrollado en el sentimiento personal una actitud insensible y hasta inhumana. Todas las fibras humanas han sido invadidas por la cultura del miedo y el espanto. A nadie le importa la suerte ajena. No hay espacio para la condición humana sino para la bestialidad.


Muchos analistas culpan de la situación a la emigración hispana, asiática y árabe, entre otras. Otros más osados y atrevidos asumen una posición racista y claman por el cierre de la frontera norteamericana como una solución para contrarrestar el mal.


El debate ha llegado al más alto escenario político, y los aspirantes a la Casa Blanca tocan el tema asiduamente con profundidad en cada campaña electoral.


No se puede culpar a la inmigración, la sociedad estadounidense históricamente por si misma es una sociedad de forastero, de inmigrantes. Nadie puede considerarse auténticamente norteamericano.
Ese país fue creado por llegados de otras tierras lejanas y cercanas. Es verdad que hay inmigrantes indeseables e indignos de permanecer guarecidos por el “sueño americano”. Pero la mayor verdad es que la mayoría de los que llegan a esa gran nación lo hacen esperanzados en encontrar un trabajo digno que le permita socorrer sus necesidades vitales. Allí llega gente buena y mala como también hay norteamericanos buenos y malos que van hacia otros países.


El problema no está en la inmigración sino en el propio desarrollo desenfrenado y sin control. Los lumpenes, los degenerados y anti sociales que siembran el terror y el llanto en las calles de Nueva York son una minoría. Un reducido conglomerado multiétnico carente de conciencia y responsabilidad moral. Esa claque parasitaria y nefasta se ha amparado en la hospitalidad para vivir del desasosiego y el temor.


Estados Unidos como un todo es una extraordinaria nación digna de respeto y admiración, y Nueva York es una magnifica ciudad, acogedora y placentera. Sus cinco distritos, Manhattan, Brooklyn, Bronx, Queens y Staten Island, conforman todo un mundo deseado y apreciado.


Es verdad que hay dos Nueva York, el de los rascacielos; el Centro Lincoln de Bellas Artes, el Museo Metropolitano del Arte, el Museo de Historia Natural, el Museo Gauggenheim, el Puerto Marítimo de la Calle Sur, el Puente Queensboro, el puente Verraza, el Muro del Recuerdo, Greenwich Village, el edificio que aloja la sede de las Naciones Unidas, el Centro de Convenciones Jacobo Javits, el Madison Squeare Garden, la belleza impresionante del centro y el bajo Manhattan, el Times Square, la larga calle Broadway “ donde se cruzan dos caminos del mundo”, la plaza World Wide y el Edificio Old Flat Iron, La Catedral de San Patricio, las avenidas Quinta y Sexta, la Plaza Rockffeller, la Original Torre Spirling, la Terminal Grand Central con su reloj Mercurio, Hércules y Atenas, el edificio Crown, la Mansión Marcy, el Holiday Inn Crown Plaza, el Hotel Essex House, el Gran Hotel Hayatt, el Hotel Carlyle.


El Nueva York de las películas pintoresco y sustanciado por las extravagancias absurdas y escandalosas; y el otro Nueva York; el de los negros de Harlen, el de los drogadictos que pululan por sus calles, el de las gangas de jovenzuelos asesinos y desalmados, el de los consumidores y vendedores de drogas, el de los hampones y más altos y refinados delincuentes, el del miedo y la inseguridad.


El Nueva York “de los bajos mundo de Manhattan”, ese que no se presenta en revistas ni documentales turísticos. Ese que cada día crece ante la impotencia de sus autoridades y que es visto con ambición por los cazadores de fortuna mal habida.


Este es el gran contraste de esta “manzana”, que se debate antagónicamente entre su portentoso desarrollo tecnológico, material, económico, industrial, descomunal y social, y su creciente individualismo cargado de insensibilidad humana. Entre el esfuerzo de sus dirigentes y la constante provocación y desafío de la sociedad delincuencial que trata por todo los medios de apoderarse de sus calles.


Entre la titánica entrega al trabajo productivo y un ejército de parásitos sociales, de vagos, prostitutas, vendedores de drogas, lumpenes y delincuentes de la peor ralea.


En sentido general Nueva York es una ciudad hospitalaria y acogedora. Portentosa y majestuosa. Monumental y atractiva. De llamativos encantos y singular belleza arquitectónica.


La de los dólares y más dólares, la que simboliza el progreso y el desarrollo. La que siempre se mantendrá imponiendo como “LA CAPITAL DEL MUNDO”.


Enrique Cabrera Vásquez


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viernes, 14 de noviembre de 2008

Conceptualización Científica del Arte. Emociones Humanas y Literarias


Conceptualización Científica del Arte. Emociones Humanas y Literarias.
 
file:///C:/Users/pc/Desktop/FOTO1_files/MELLO.jpgEscrito por: Enrique Cabrera Vásquez.
Foto del periodista Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo), autor del presente libro.

Nota informativa de interés: La primera parte de este ensayo crítico se  publicó en el periódico semanario Macorix, en su edición de julio del año 1993,  páginas  9  y 10. Y luego  publicado en la edición digital No. 7 del periódico digital Opinión, Madrid, España, incluido entre sus principales titulares de primera página del viernes 30 de noviembre del año 2001, portadilla No. 7, sección Cultura, Ciencia y Sociedad, así como en otras importantes  páginas Web de la red de Internet. Hoy (complaciendo peticiones) por recomendaciones insistentes de varios colegas periodistas, escritores e intelectuales y algunos amigos cercanos, tenemos a bien, recoger de manera actualizadas esos criterios conceptuales convertidos en  libro, haciéndole  algunas correcciones de errata con que fue publicado  originalmente  la primera vez que vio la luz. Gracias.

"¿Qué demonio os irrita y os hace maldecir? Si un libro os molesta: ¿quién os obliga leerlo?". Boileau. *

Dedicatoria del presente  libro

En primer lugar a mi inolvidable y siempre venerado padre Antonio Cabrera (Mi querido), 1904-1976) fallecido el 24 de diciembre de 1976, obrero portuario, ejemplar  ciudadano, honrado,  honesto, decente y muy respetuoso. A  mi abuela y madre de crianza Elisa Vásquez,  quien falleció el domingo 23 de marzo de 2008,  mujer entregada  en cuerpo y alma a sus adorados nietos Quiquito y Bertico, oriunda de Las Guáranas, Hato Mayor, trabajadora fabril en los talleres de confecciones y costuras de los hermanos Antún, hermanos  Rissi, y Zoraida, quien nunca desmayó en nuestro cuidado y atenciones.  A  Paula Elvira Vásquez (Niña), mi madre materna, mujer del pueblo firme solidaria con sus hijos Mellizos gemelos, y quien expiró  el 21 de septiembre de 2003.

Fotos de mi padre Antonio Cabrera (miquerido), de mi abuela madre de crianza, Elisa Vásquez y de mi  madre Paula Elvira Vásquez (Niña).





Fotos con mis hijos Elba Carolina Cabrera Moquete, Brenda Elizabeth y Enrique Antonio Cabrera Reyes. Las dos últimas la noche del 31-12-2013.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Lady Di, Diana Spencer, princesa de Gales, La Princesa Diana, flor universal

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Por Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo)

La prensa mundial a todos los niveles. La universalidad de los medios de comunicación, reseñaron profusamente el trágico final de la bella, hermosa y gentil mujer, Lady Di, Diana Spencer, La Princesa de Gales.

Le dieron amplia cobertura noticiosa a su muerte ocurrida la madrugada del domingo 31 de agosto (1997), mientras huía o trataba de evadir desesperadamente, a un grupo de fotógrafos periodísticos conocidos peyorativamente como paparazis, quienes la asediaban constantemente, acosándola sin tregua, con una conducta carente de delicadeza profesional y respeto personal.

Producto de esta necia, terca y obstinada persecución, al automóvil Mercedes Benz, en que iba la princesa Diana junto a su novio, el multimillonario Dodi Fayed, su guardaespaldas Trevor Rees-Jones y el chofer Henri Paúl, se estrelló contra los muros laterales de la pista subterránea, por donde se desplazaba, y con excepción del guardaespaldas Trevor Ree-Jones, todos murieron en ese desdichado accidente.
Luego del mismo, las autoridades francesas dijeron que el conductor del coche siniestrado estaba ebrio y que conducía a una velocidad de más de 160 millas por horas.

No importan los razonamientos técnicos y jurídicos lo cierto es que la princesa Diana pereció involuntariamente fruto del acoso temerario y la persecución mercurial y mercenaria de los llamados paparazis.

La súbita muerte de La Princesa Diana de Gales posibilitó en su momento que sentimientos que creíamos sepultados por el avance arrollador del individualismo consumista, resurgieran de manera generalizada. La humanidad conciente reaccionó sumamente afectada ante esta tragedia que conmovió profundamente todas las razas, religiones y estados del mundo.

La tragedia enlutó todos los corazones sensibles y generosos del mundo. Todos sentimos en ese instante pena y dolor. Todos lloramos a La Princesa Diana. Verdadera manifestaciones de dolor, respeto, admiración, consternación, indignación y pesadumbre se dejaron sentir por todas las regiones del mundo. Todos quisieron expresar su angustia y desgarramiento espontáneo por ese infausto acontecimiento.

La muerte de La Princesa Diana catapultó una la más grandes manifestación de solidaridad jamás conocida hasta ese momento. Todos procuramos decirle a la Princesa vilipendiada, maltratada, injuriada, calumniada, acosada, perseguida y sometida a los caprichos monárquicos; victima de la intriga de Castillo, que siempre estuvimos con ella, apoyándola sin renunciar nunca a su credibilidad.

Ella que estoicamente blandió su frágil figura sin más arma que su cautivante belleza; su gran corazón bondadoso, realizando obras de caridad, abrazando sidosos y enfermos terminales desahuciado por la ciencia médica, luchando contra las minas terrestres en pobladas zonas de guerra, levantando la ideología del amor y la comprensión; preocupándose por la suerte del medio ambiente, por los valores humanos. Asumió una práctica social reivindicando las ansias de justicia humana.

Titánicamente se impuso a la sordidez monárquica, a la cultura morbosa propiciada por mezquinas instancias sociales, egoístas, derrotó hasta con su muerte a esos seres desquiciados y absurdos que la atropellaron sistemáticamente en un intento estúpido de enlodar su imagen, de desminuir su gratificante, oportuna y consecuente solidaridad para con la humanidad, el impacto, emocional de su presencia universal, sólo brindando amor, generosidad, perdonando a sus detractores interesados.
Nuestra amada Princesa de Gales conquistó los corazones del mundo. Aquilató su imagen con creces esparciendo ternura y esperanza.

Hoy la humanidad agradecida y generosa con su doliente alma testimonia de la manera más honda posible, su afecto e identificación para con ella, tan buena, dulce, generosa y espontánea. Madre desvelada siempre por la suerte de sus dos hijos, menores de edad (al momento de su muerte), los príncipes Guillermo y Enrique.

Lady Di rompió los moldes tradicionales del dogmatizado protocolo de la cerrada monarquía británica, estrechando la mano de los pobres y necesitados del mundo, abrazándose con sinceridad manifiesta con la inolvidable Madre Teresa de Calcuta, ese otro ser maravilloso y ejemplar, en la justa y humana causa en favor de los marginados de la fortuna. Por eso es que hoy impotentemente lloramos su violento e inmerecido final.

La Princesa Diana reunió en su conducta los alti-bajos que se dan en el desarrollo dialéctico de la conducta humana, expresando sin ambages en su rutinaria cotidianidad su independencia de criterios, sin cumplidos hipócritica ni formas politiqueras; asumió su rol de Princesa; princesa de los pobres, sin igual, abierta, franca, honesta y sincera consigo mismo y la sociedad mundial. Integra y resuelta en sus sentimientos.

Sectariamente categorismos que con su muerte Lady Di se agigantó. Se inmortalizó y se lanzó vertiginosamente hacia la gloria. Hoy es venerada y amada por millones de hombres, mujeres y niños. Se reconoce su valerosa presencia en la faz de la tierra, su aporte inmenso. Su justa y altruista causa la convirtió en una flor universal surgida del bello jardín de la solidaridad humana.

En la Princesa Diana; nuestra princesa eterna, la vida crece y se esparce con donaire poético. Y es que frente al desgarramiento de los valores humanos y la proyección de una cultura individualista, egoísta, morbosa, cimentada en la competencia mezquina que anula el estimulo moral, el espíritu de solidaridad y entrega a causas nobles y altruistas, ejemplarizada en la brega afanosa de nuestra amada Lady Di, La Princesa Diana; la vida adquiere otra dimensión, brota en nosotros con fuerza optimista un hálito de esperanza; ella, nos rescata y solivianta, recobrando la confianza en la creencia en los conceptos de la solidaridad humana.

De la caridad y la beneficencia social, socorriendo indiscriminadamente a todos los marginados. Liberándonos de la rutina degradante que nos anonada e impulsa como máquina hacia una práctica que recela del calor humano.

Con profunda pena aceptamos la muerte de La Princesa Diana, a la que no volveremos a ver liderando causas redentoras. Mirando su rostro siempre fresco, sonriente y bondadoso. Con sus dulces gestos, tan naturales. Con hondo pesar aceptamos esta infausta realidad del destino, la forzada ausencia física entre nosotros de su agradable compañía, dulce, solidaria y alegre, llena de entusiasmo, un estímulo contagioso de dignidad humana.

¡Cuánta tristeza! ¡Cuándo dolor! Por ti, Laddy Di; nuestra querida y amada Princesa Diana. Con fervor público expresamos nuestro amor por ti, buena mujer, con desbordado sentimiento de dolor te manifestamos todos los afectos posibles.

¡Paz y amor siempre para ti Lady Li del mundo!

Nota: publicado en el periódico semanario EL COLOSO DE MACORIX, edición 15 de septiembre de 1997, pagina 7 de la fecha.

Nota: Reseña de prensa al momento del hecho.

El mundo entero se conmovió con la trágica muerte de Diana, princesa de Gales, madre de un heredero del trono británico y, a sus 36 años, la mujer más fotografiada del mundo. Diana encontró la muerte, la madrugada del domingo 31 de agosto de 1997, en París, Francia, en un accidente automovilístico en el que murió también su amigo, el millonario egipcio Dodi Fayed, de 41 años.

Lady Di. Nunca fue plebeya, sino todo lo contrario: Diana Francés Spencer era pariente lejana de la familia real. Hija de Edward Spencer, vizconde de Althorp, y de Frances Ruth Roche (hija del cuarto barón de Fermoy), pasó a ser conocida con el nombre dinástico de Diana de Gales. Lady Di y su novio egipcio se mataron en un choque en pleno centro de París También murió el chofer del auto La pareja había cenado en el Ritz Los persiguieron fotógrafos en moto, al cruzar un túnel a gran velocidad se estrellaron contra un muro.

(París. AFP, Reuter, AP, Mordzinsky y Avignolo).- La princesa de Gales, Lady Diana Spencer, de 36 años, murió como consecuencia de graves heridas sufridas en un accidente automovilístico, según confirmó esta madrugada el ministro del Interior de Francia, Jean Pierre Chevenement.

Estaba internada en terapia intensiva desde la 1.38 cuando el auto, que iba a más de 100 kms. Por hora, chocó contra la pared de un túnel de tránsito rápido en el centro de esta ciudad. Con ella murió su novio, el millonario egipcio Dodi Al Fayed (41).También murió el conductor del auto, que era empleado de seguridad del Hotel Ritz y chofer personal del millonario.

El guardaespaldas de Lady Di sufrió heridas muy graves y estaba hospitalizado. En el lugar del accidente, la policía no pudo impedir que los fotógrafos tomaran imágenes del Mercedes Benz totalmente destrozado y arrugado como una lata.

El accidente ocurrió cuando el auto era perseguido por varios fotógrafos paparazzi, que iban en motos a toda velocidad por el túnel. El viaducto es una ruta de tres carriles por mano, sin guardarrail en el medio. Al parecer, el accidente lo provocó un fotógrafo que se cruzó con su moto.

Uno de los testigos, después, se habría peleado con el paparazzo. El príncipe Carlos de Inglaterra, ex marido de la princesa de Gales, fue informado sobre el accidente y el estado de la princesa en el castillo de Balmoral, donde pasa sus vacaciones. Las heridas de la princesa Diana eran principalmente en la cabeza y fue internada de urgencia en el hospital de La Pitié Salpetriere.

El choque le fracturó un brazo y provocó traumatismos mortales de cráneo, además de heridas en una pierna. El ministro francés del Interior, Jean Pierre Chevenement, el embajador inglés Sir Michael Jay y el prefecto de policía de París, Philippe Massoni, estaban anoche en el hospital.

El director de la policía judicial de París, Patrick Riou, encabezó personalmente la investigación. La policía detuvo e interrogó a cinco paparazzi en relación con el accidente, también fueron secuestradas dos motocicletas en las que se presume que iban los fotógrafos.

El auto golpeó contra un muro de cemento del túnel a más de 100 kilómetros por hora. El radiador del auto quedó encima de la rodilla del guardaespaldas de la princesa Diana. Hubo un gran embotellamiento de tránsito y el túnel -que está ubicado en el distrito VIII de París cerca de la Place Alma- fue cerrado durante dos horas, mientras la policía impedía la entrada del periodismo.

Dodi Al Fayed era hijo del dueño de Harrods y del Hotel Ritz de París, Mohamed Al Fayed. El joven millonario había llegado con Lady Dy desde Portofino el sábado a la tarde, en su jet privado Gulfstream. Luego de cenar juntos en el Hotel Ritz, frente a la Place Vendome, la pareja salió en auto hacia un petit hotel que Dodi Al Fayed tiene el aristocrático distrito XVI.

Tomaron un camino paralelo al Sena para evitar a los fotógrafos, que los siguieron adentro del túnel. La noticia conmocionó a los europeos, que en el mes de agosto están de vacaciones, porque el noviazgo entre el millonario egipcio y la princesa Diana fue la telenovela del verano.
La BBC de Londres interrumpió la programación habitual. Lo mismo hizo la CNN y Radio France. En Londres, el primer ministro Tony Blair dijo que era una noticia muy triste no bien se informó sobre el accidente.

También el presidente norteamericano Bill Clinton pidió estar informado. Fuentes del Palacio de Kensington confirmaron las noticias, y se informó que Mohamed Al Fayed estaba volando en helicóptero a París, desde Londres.

El regreso La princesa de Gales tenía que estar el 1 de septiembre en Londres, para que su ex marido Carlos le entregara a sus hijos, William Arthur y Henry Charles. Con ellos, Lady Di tomaría unas pequeñas vacaciones hasta el 15 de septiembre, cuando los chicos empiezan sus clases.

Estoy muy enamorada, por fin encontré a una persona que me respeta, me quiere y me protege, había dicho la princesa a su modisto argentino Roberto Devorick.

El joven millonario egipcio pasó por los colegios más caros de Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Era un fanático del polo y jugó en el equipo de la Academia Militar de Sandhurst.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La grandeza de Antonio Gala

La grandeza de Antonio Gala


La grandeza de Antonio Gala

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

Antonio Gala en diferente escenario, fotos de archivo.

SAN PEDRO DE MACORIS, 27 de febrero de 1995.- Nimbado por el aura mágica de sus palabras tiernas y sencillas, salidas de la profundidad de sus adentros; envuelto en el misterio cautivante de su figura carismática, templada por su vasta concepción filosófica de la vida y de la muerte, nos vino la presencia solemne y gallarda; extraordinaria y majestuosa; prodigiosa, infinita e inmensa del gran Antonio Gala.

Prolifero escritor y periodista, hombre de ideas y letras universales. Español y del mundo. Pluralizado y exclusivo; para arroparnos con sus aterciopeladas palabras, hirsutas y sinceras, sin de menos y sin demás. Justas y precisas. Expresada con magistral elegancia; con suma teatralidad dramatúrgica

Con sencillez hipnótica, con fluidez y soltura sugestiva. Adueñándose del escenario, del auditorio, que quedó anonadado ante el peso moral y espiritual de este solitario hombre que pulveriza conceptos falsos y estridentes. Trepidando sin inmutarse la reciedumbre de su figura enjuta.

En cada gesto y ademanes; en cada movimiento estilístico con que le imprime fuerza a la entonación melodiosa de su discurso — conferencia, fascinante, acentúa la veneración espontánea e instantánea de un público harto de escuchar charlas y conferencias cargadas de estereotipos rutinarios, flemáticos, gastados por su manoseo y contaminados por su impureza.

Frente a él, no hay escape posible, no hay desvaríos fantasiosos ni aburrimientos. El orden esmerado de su palabra, la elegancia de su discurso concluye en un éxtasis de recogimiento y respeto. ¡Hasta aplaudirlo perturba!

Él es la palabra encantada que al escuchar (desde la primera vez) no queremos que se nos escape; que cese ese (su) aluvión de prístinas ideas, puras y sinceras.

Tan fuera de lo ordinario, de lo común; libre de las ataduras ideológicas y de los apremios políticos.

Sólo él puede estar por encima de los Sistemas y de los Estados. De los gobiernos y de los gobernados.

Es la expresión gallarda, orgullosa, soberbia, presuntuosa, arrogante y hasta jactanciosa (a él le cabe y le luce), que se subleva contra los convencionalismos fastidiosos, esquizofrénicos, que nos atrofian y limitan.

Así es la recia personalidad y el hombre social, Antonio Gala. Ese que nos trajo el Seminario Internacional de Comunicación de CODETEL, celebrado del 20 al 24 de febrero de 1995, y que concluyó con su portentosa Conferencia de clausura, y que nos trajo todo un infinito mensaje real y claro conjugado en el peculiar título, “El mito de la libertad”, Por eso nos conceptualizó con honestidad, sin ambages ni miramiento, “el hombre no tiene libertad auténtica”.

En efecto, Antonio Gala dictó una impresionante Conferencia con el tema “El mito de la libertad”, en el referido Seminario dedicado a Don Rafael Herrera.

En ella afirmó la carencia de libertad en el hombre, su condición de sometido a valores y patrones falsos e irresponsables.

“No somos más que seres intercambiables galopando hacia la frustración y la locura”, dijo.

Este apasionado cultor de la soledad nos denuncia con crudeza filosófica los andamiajes intrínsecos que se dan en la multimillonaria publicidad y propaganda comercial y política, que nos aleja de la real libertad y nos convierte en seres idiotizados, engreídos, vanidosos, fastuosos, ridículos, rindiéndoles culto a la riqueza, el consumismo y al morbo. Seres atrapados por “frases, pensamientos y opiniones pre-fabricadas”.

Sólo un alto intelectual con la vasta erudición teórica y conceptual, con criterios firmes, como Antonio Gala, nos puede enriquecer y motivar al proporcionarnos estos criterios de un alcance revolucionario de tan vasta dimensión. Es el discurso de un filósofo y un humanista que vino a transmitirnos su energía de cambio; a enseñarnos la auténtica verdad, esa tan celosamente ocultada con argumentos tejidos interesadamente por quienes se han propuestos “descerebrarnos”.

Gala no es un improvisado. No es un visionario fanatizado catapultador de sacrificios y acciones heroica. Su vuelo ha sido dialéctico.

Es la resultante de un intrincado proceso cáustico y reflexivo. Raúl del Pozo nos dice de él que le enseñó a España a ponerse los pantalones.

“Es Antonio Gala, la moneda de un dios arrogante con dos caras, una oculta, pesimista, que dice “no”. No a la OTAN, no a la video-guerra, no a la corrupción.

Hay otro Gala, anarquista comprensivo, que dice “sí” al amor y a la libertad, con un estilo lírico, Juan-romoniano de sensibilidad latina y andaluza”.

“Es narrador poeta, dramaturgo, conferenciante, de conciencia moral muy despierta, cuando comenta la política es burlesco, gallardo, cáustico.

Cuando trata de los sentimientos y de los paisajes, la melancolía o la muerte, lo hace con precisión del hombre que ha vivido todas las pasiones.

Pero en los dos Galas, en el agitador y en el poeta, encontramos sobre todo esa belleza conmovedora, que ha sabido conectar con la sensibilidad contemporánea que lo ha erigido como ídolo…”. Dice.

Así, a grosso modo, nos describe Pozo a este formidable pensador español y universal nacido el 2 de octubre de 1936. Licenciado en Filosofía y Letras, Derecho y Ciencia Políticas y Económicas. Con gran vocación cultural y literaria, que ha cultivado todos los géneros literarios: ensayo, novela, poesía, teatro, periodismo, conferencia, guión televisado y cinematográfico.

Autor de Enemigo Íntimo (1963), Los Verdes Campos de Edén ( 1963), ganador del Premio Nacional de Teatro, Soneto de la Zubia, Testamento Solsticio de Invierno, Si los Padres Hablaran, Anillos para una Dama ( 1973); Las Citaras Colgadas de los Árboles ( 1974); por Qué Corre Ulises? ( 1975); Petra Ragalada (1980); Carmen, musical estrenado en 1968, etc.

Se le debe también el libreto de la ópera Cristóbal Colón y adaptaciones teatrales de Claudel, Albee y Ocasey.

Sus obras han sido traducidas a las lenguas más importantes. Con su primera novela, El manuscrito Carmesí, ha obtenido el Premio Planeta 1990.

El  Gala humanista y poeta más que comprender al género lo evalúa; trata de rescatarlo del vórtice de la tecnología nociva e inhumana.

Lo reconoce como un todo particular y general, con sus alti-bajos y proceso de etapa en la vida “la más solitaria”, “en que es pura esperanza o pura desesperación”.

En el alto vuelo de su palabra, de su mensaje gratificante que reconforta y reivindica las ansias libertarias del hombre, nos traza las pautas de la auténtica liberación. Esa que no es cupón ni trama.

Nos orienta hacia la vía de la salvación, de la “libertad auténtica”, la que debe apoyarse en la “personalidad verdadera e irrepetible en cada ser humano”.

Nos plantea que el hombre se reencontrará consigo mismo y con la Naturaleza en cuanto Naturaleza deba ser obedecida y no aniquilada. “De esta forma el trabajo se convertiría en un acto de creación, no en un castigo”, dice.

“De esta forma, el amor llegará a ser lo que es: una unión con el otro, una afirmación del otro en uno y viceversa, no en una eliminación de nuestros nombres personales, sino en una captación de ellos”.

Es esta la síntesis meridiana, sucinta y elocuente de su magno pensamiento poético, filosófico y humanista.

Gala viene a ser quizás un Krishnamurti, ese otro estupendo pensador espiritual y humanístico que nos diferencia claramente la verdad de la realidad, y nos enrumba por la delicada pendiente de la reflexión y la meditación, para que procuremos el auto liberación auténtica frente a una realidad social traumática y contaminada por la descomposición.

Y es que la privilegiada condición de poeta de Gala  le permite ese nivel único de superioridad humana, le permite ser dios para encontrarse con el auténtico Dios.

El desmitificado de los dogmas mitológicos y los ritos estúpidos como absurdos. El Dios libre de contaminación y de ataduras espuria.

El que nos brinda la auténtica libertad, surgida del rescate de nuestra voluntad. De la justipreciación de nuestra peculiar condición humana.

La que nos separa diametralmente de las ideologías fosilizadas; de los tabúes anquilosantes. En el encuentro del camino que nos matrimonia con fuerza de luz con la Naturaleza, la única Madre de todas las creaciones. He aquí la profundidad de la impronta de Gala. El vuelo indetenible de su infinito pensamiento.

Con Krishnamurdi aprendimos que además de los principios activos del hombre como el temor y el placer, existe el del sufrimiento. Y con Gala podemos objetivizar que la libertad que nos viene de afuera, no de nuestra intimidad reflexiva, es un mito. Una prisión.

“Y que cuando mayor sea la pérdida de identidad, más profunda y más honda será la exigencia de servidumbre. Porque el hombre actual se pregunta, si no soy lo que los otros piensan, que seré? Nadie, nada”

He aquí su anatema cautivante contra la inversión humana y social. El sello gomigrafo de su mensaje revolucionario y subversivo, que se enfrenta a la ideología de la mediocridad, del miedo y los dogmas. Al conservadurismo clerical y religioso y al radicalismo insensato y fascista.

Al socialismo caricaturesco y desalmado y al capitalismo inhumano e individualista. Al colectivismo forzado y a la violencia irreflexiva y emocional.

Gala, el inmenso Gala, apóstol de la legítima libertad, esa que ha sido malograda en los foros internacionales rindiéndoles culto a los egos torcidos de la bestialidad humana.

Con Gala negamos los insípidos criterios conceptuales carcomidos por la barbarie. Con claridad, valentía y seguridad nos orienta para que tremolemos nuestra voluntad adormecida, indecisa y vacilante. “Para que trabaje y se instale libremente en la vida y produzca sus beneficios”.

Cual cirujano introduce el bisturí en la profundidad del sentimiento personal para extirpar el cáncer expresado en la falsa libertad; la impuesta por las bayonetas y las bombas. La construida en hoteles de lujos y brindis publicitados.

Nos predica la auténtica libertad: la que debe surgir de la emancipación de nuestro interior; de nuestra propia liberación espiritual; la que debe surgir del amor por la humanidad y por la madre Naturaleza.

Con él iniciamos el camino para procurarnos un auténtico camino luminoso, negando la libertad surgida de los genocidios y los holocaustos. Esa que nos proporciona esta bárbara sociedad conducida por orangutanes.

La exposición clara de su palabra hecha conferencia electrizó a todo el gran auditorio que nos dimos cita en el confortable y amplio salón Anacaona del Hotel Jaragua, en Santo Domingo, convidados por el Seminario Periodístico Internacional de CODETEL.

Y no era para menos; vertió su palabra sin ningún desperdicio propia de un hombre de dimensiones cósmicas, como él.

Caló y penetró el hondón del alma humana. Soliviantó nuestra conciencia adormecida y endrogada por los invertidos mensajes pre-fabricados por los actuales regentes del mundo.

Su palabra nos estimula a luchar contra el odio y la deshumana competencia consumista.

Antonio Gala no es un nuevo Mesías pero si el portador de un rectilíneo mensaje crítico, hermoso y dulce que nos llena de satisfacción humana.

En él se manifiesta una propuesta clara y profunda de libertad y de amor.

Es la voz apasionada de un heraldo iluminado que carga con vehemencia contra el muro de la oscuridad para que resplandezca la luz; para que se abra paso la esperanza.

Y habrá libertad sin cadenas ni condiciones: sin convencionalismos ni cumplidos hipócritas. Sin precios en oro ni especies materiales. Sólo conquistada con la práctica de la moral y de la decencia. Con el respeto por la condición humana.

Esa libertad de la que nos habla Gala surgirá para quedarse siempre. Así será. Así lo desea la humanidad.

Nota al pie: este ensayo de crítica literaria se publicó primeramente en el periódico provincial-regional Macorix, página (7) siete, edición segunda quincena de febrero de 1995. Y publicado en la página Web, LOS INVITADOS DEL JARDIN, de Antonio Gala y en Poemas y Relatos, en la Web Derivas Charles Baudelaire y en viejoblues, entre otras muchas  páginas Web





 

viernes, 7 de noviembre de 2008

El pensamiento Cousteau, orientando la conciencia por la vida


El pensamiento Cousteau, orientando la conciencia por la vida

Escrito por: Enrique Cabrera Vásquez

SAN PEDRO DE MACORIS.- Solo el respeto público universal de su acerada conducta y pureza de sentimiento, puesto a prueba, posibilitó que se erigiera en cristalina figura de vanguardia para conducir la exigente lucha por la preservación de la vida de todas las especies posibles.
En medio de la contaminación e inmundicia que flagela el rumbo humano. En medio de la absurda cultura del consumismo alegre y el individualismo impertinente, sórdido e inhumano levantado como estandarte a seguir por un conglomerado humano hostigado y atrapado por el bombardeo publicitario que incita a la inmoralidad y a la destrucción de los valores éticos.


En medio del predominio de egoístas y morbosas pasiones protagonizada a despecho de la solidaridad humana, con un discurso fresco, sencillo, claro, responsable y directo; nos viene el recuerdo, como eje inspirador y guía orientador, de la portentosa, gallarda y esbelta figura del Comandante Jacques Cousteau, ciudadano de Francia y del mundo; oceanógrafo, medio ambientalista y conservacionista, quien por décadas desarrolló una ardua labor en aras de la preservación de la vida de los océanos, mares y ríos del mundo: luchando infatigablemente por que se le respete su vida interior y sus entornos, para hacer de la vida algo más sustancioso, dulce y bello.


Para el Comandante Jacques Cousteau el medio ambiente marino, acuífero y atmosférico tenía un significado e importancia trascendental en la vida de la Tierra, fuente de las demás razones de vida. Para Cousteau la vida del hombre debería ir acompañada con el respeto hacia las demás especies; especies que nacieron millones de años antes que el hombre.

Con ahínco apasionado denunció contundentemente a las multinacionales y transnacionales, a las naciones industrializadas y todopoderosas que irreflexiva y despiadadamente lanzan olímpicamente sus desechos radiactivos y tóxicos en los océanos, mares y ríos del mundo. Cousteau sin caer en la cursilería burguesa ni en el teoricismo dogmático y tautológico, tan en boga en estos tiempos, nos hace sentir su voz clamando y reclamando incesantemente respeto por todas las formas de vida posible.

Con amplio sentido realista pronunció discursos y conferencias conservacionistas en diferentes latitudes del mundo orientando a la sociedad mundial para que haga conciencia de la gravedad del curso destructor por el que se ha encausado la civilización actual. Luchó por la biodiversidad de la vida del planeta Tierra en todos los sentidos con desvelo y alta vocación de servicio y dedicación.

Sin aspaviento vocinglero nos previno contra la catástrofe para que salvemos nuestro amado Planeta Tierra del desastre ecológico. De la hecatombe total. Nos orientó e indicó por donde deberíamos transitar sin lacerar traumaticamente a las demás especies que nos acompañan en la vida, contribuyendo para que no nos convirtamos en simple cenizas o amasijos de escombros.

Era nuestro Jacques Cousteau todo un extraordinario hombre con un pensamiento certero y lúcido. Un acucioso y profundo investigador de los océanos, entregado sin pausa a una práctica tendente a que salvemos todos los géneros de vida posible. Con su altruista conducta nos marcó el sendero para que nos reencontremos con la dignidad de la vida.

El grande hombre que fue Cousteau, a posterior a su deceso, prosigue su avance sosteniendo la antorcha de la razón para que salgamos del túnel pesaroso en que nos ha sumergido el modernismo implacable y la competencia industrializada. Con él; con Cousteau, caminamos por la ruta del rescate de la flora, la fauna, el ecosistema, la biodiversidad de la vida, el medio ambiente, garantías indispensables para disfrutar de una vida plena en salud en todas sus manifestaciones.

“La humanidad ha causado, probablemente, más daño a la Tierra en este siglo que en toda la historia previa del género humano”, expresaba nuestro querido Cousteau, en entrevista que concedió a Natahan Gardels, y que fue recogida en nuestro país por el matutino Listín Diario. En la misma explayó su preocupación por el crecimiento anárquico de la población, que marcha descontroladamente sin metas ni objetivos claros.

Conciente del alcance funesto de esta situación, advirtió que “Hoy día viven en la Tierra 5,600 millones de personas. En menos de 55 años, para el 2050 habrá 10,000 millones.

El radical aumento del consumo que generará la necesidad de atender este desorbitado crecimiento producirá una presión casi fatal en los recursos de la Tierra”. Estas afirmaciones muestran el desvelo del pensamiento Cousteau por la capacidad de vida de la Tierra, evidenciando con ello la magnitud de su preocupación y la necesidad de que tomáramos en cuenta sus ideas en pro de la vida.

Ya no es sòlo la rápida eliminación de la capa de ozono lo que nos conduce hacia tiempos horribles y traumáticos sino la falta de conciencia cultural para conducirnos adecuadamente en procura de las formas naturales de alimentación y subsistencia.

El afán desmedido por malograr la vida ha estado yuxtapuesto a determinados estadios de conceptos políticos y filosóficos. El mismo Cousteau lo visualizó cuando señaló que ni siquiera la planificación comunista, utilizada como la mejor forma de existencia y preservación pudo encontrar el camino del rescate por la vida. Al respecto nos dice, “un sistema centralmente planificado no podía competir con las demandas del mercado”.

En efecto, es en la demanda de un mercado cada día más exigente en que se encuentran las bases que nos conduce al desastre total. La demanda impulsada por la cultura del consumo alegre y anárquico es lo que lleva a la humanidad al deterioro de la vida. La cultura del consumismo descontrolado, caótico, prevalece como símbolo de poder social.

Cousteau considera “que es un trabajo de la sociedad y no del individuo el controlar el consumismo destructivo”. Denunció que el “sistema de mercado está llegando a preocuparse cada vez más por cosas que no existen que por las que existen realmente. Los derivados financieros que son, esencialmente, especulación sobre especulación epitomizan la distancia que existe entre el mercado y la realidad. La corteza de hielo polar, para poner un ejemplo, se está derritiendo ahora como consecuencia del calentamiento general de la Tierra...”.

El consumo por el consumo se ha convertido en la razón de existir de las sociedades de hoy. La acelerada y protagónica competencia individual del género humano gastando desenfrenadamente, cual impulso psicológico.

No importa su precio en vida humana, animal o cualquier tipo de especies. No importa que se allane el camino al desastre. El pensamiento Cousteau cree que por medio de la educación hacia los jóvenes valores humanos podríamos hacer conciencia y detener la tragedia. “Nuestras esperanzas descansan en la juventud y en la educación”.

No todo está perdido. Es verdad que vivimos el predominio de la inversión de valores y que la prisa por llegar nos limita la capacidad de razonar con frialdad y detenimiento. “Los estudiantes de hoy están presionados hacia la rampa social de pensar a corto plazo”, nos indica el comandante Cousteau.

Creyó con alto sentido de conciencia humana que las sociedades y el hombre podrán despertar de este letargo olímpico del inmediatismo. ¿Es posible?... Quienes dirigen el mundo de hoy se muestran indolentes e insensibles; para ellos sólo hay espacio para saciar sus egos torcidos y satisfacer sus caprichos inicuos.

Sí, hoy se atenta alegremente contra la vida humana sin ningún reparo ni miramiento, con mucho más facilidad se puede eliminar la vida ecológica, animal o del medio ambiente. No hay nadie que detenga este gangrenado progreso involutivo, expresión elocuente de nuestra mediocridad y atraso.

Estamos en tránsito hacia la destrucción de todas las formas de vida. Al parecer ello constituye la única motivación de existencia de los que hoy, por designios de las circunstancias históricas, conducen los destinos del mundo.

No obstante este cuadro desgarrador y dantesco, esta disposición por destruir, el mensaje de Cousteau solivianta los criterios calenturientos y nos brinda la posibilidad de volver sobre nuestros pasos y detener esta carrera galopante por protagonizar el exterminio y la barbarie.

¡Hay que salvar a la Tierra porque con ello nos salvamos todos! Tremolemos con entusiasmo las ideas salvadora de Cousteau y hagamos una humanidad más humana y conciente de su presencia en el Cosmos planetario.

Por la vida, por todas las formas de vidas posibles, abracemos el pensamiento Cousteau y con ello le demos valor eterno a la vida. A toda la vida del planeta Tierra.

Nota. Este trabajo ensayo fue publicado en el periódico semanario El Coloso de Macorix, en su edición correspondiente al 11 de Febrero del año de 1997, en su página cinco (5.) En el internet varias páginas web de Europa y Sur América lo han reproducido

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Carta a Viviana. Epístola-monologo, reflexión literaria

Carta a Viviana. Epístola-monologo, reflexión literaria

Escrito por:  Enrique Cabrera Vásquez (Mellizo).
 
Lunes 17 de junio de 1991

(Foto.- A la derecha, el periodista Enriquem Cabrera Vásquez, al salir de una emisora en París, donde fue entrevistado por el periodista que lo acompaña en la foto. 1991).

 SAN PEDRO DE MACORIS.  Lunes 17 de junio de 1991.-
Mi recordada amiga Viviana;-Desde la “tranquilidad” de mi lar henchido de afecto y cariño, vuela raudamente mi pensamiento tenaz, impulsado por la grata emoción que me produjo la llegada de tu carta,  fechada el 24 de mayo del presente año, y que recibí de nuestro correo nacional el 14 de junio próximo pasado ( fecha memorable e histórica en mi país), para nueva vez encontrarme contigo, y juntos,  mezclar el olor a caña de azúcar inherente en mi procedencia ancestral de petromacorisano con el sentimiento  nostálgico; necesidades,  sufrimientos y privaciones, resultante de tu  forzado ostracismo parisino; y entonces, desde la quimera ilusión de mis deseos  por un mundo sin injusticia, abuso, exclusiones  y  opresión,  reiniciar  aquel nuestro diálogo de “iluso” lleno de imaginación y metáforas maravillosas; estatuyendo nuestras verdades, denunciando, anatematizando y estigmatizando este sistema de injusticia organizada; este orden degradante que prioriza la inmoralidad y la corrupción en las funciones públicas  por encima de los  valores humanos de honradez, dignidad y decoro,

 Es hermoso y emocionante hablar contigo inmensa amiga del alma,  mujer estupenda que siempre apuesta  a la nobleza del alma humana y  cuya mirada trasluce sentimientos hermosos  de compromisos sociales,  solidaridad entusiasta  y afectividad humana, inspiradas en la necesidad de resarcir desde un cambio político trascendental la extendida deuda histórica y social con los pueblos oprimidos y saqueados del mundo víctimas de  las elites del poder dominantes. 


Torres Eiffel, París.-Construida como símbolo de Paz en 1889, fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel como una sola construcción de dos vigas enrejadas y unidas, que aportan una resistencia mínima al viento. Está realizada con unas 6.300 t de hierro forjado y constituye una obra maestra de la tecnología del siglo XIX.

Sí  mi amiga querida, inspiradora  de ensueños añorados vamos a platicar; vamos a desahogar nuestros sentimientos de repulsa y  condena  contra los marfuz y execrables personajes   que desde su pedestal de codicia e empecinamiento despótico  nos mantienen sometidos a su servidumbre. Es reconfortante, estimulante y  provecho de interés,  hablar siempre  contigo,  mi pequeña gigante,  enseñoreada de nobleza, decoro  y dignidad.

Inagotable es la fuente verbal  de donde mana la riqueza espiritual que motiva  este nuestro onírico conversatorio.
¡Oh mi gentil amiga! Nimbada de donaire.  Limpia y transparente. ¡Qué agradable y refrescante es tener la dicha y el encantador privilegio  de conversar contigo! ¡Albricias! Pues,  por este instante  estupendo y cautivante de estar aunque sea imaginariamente contigo mi adorada amiga de argentina,  arropada de mansedumbre. Aterciopelada, sencilla, generosa y  bondadosa.  Gracias infinitas por brindarme tu amistad. Y es, que los azahares del destino nos juntaron en París,  la fascinante  capital histórica de la Francia propiciadora de embelesos hipnotizantés, catapultadora de dulzura, respeto.  Gracias siempre reiteradas   por tenerme confianza.  Por calentarme con el contacto vivificador de tus manos y de tu compañía.
 

Ovante  e inconmensurable  fue el histórico momento en que por circunstancias privilegiada del azar tuve la dicha de encontrarme contigo en París, aquella tarde-noche-  cuando acompañado de mi entrañable amigo Luís Rosich  Astacio, marchábamos envueltos en una multitud de hombres y mujeres que junto a ti y nosotros, protestábamos con todas nuestras humanas energías  contra los bombardeos a Bagdad iniciados a finales de 1990 a raíz de la  estúpida invasión iraquí a Kuwait por  parte del  implacable dictador  Saddam Husein, el 2 de agosto de 1990,  y que provocó la  conocida Guerra del Golfo Pérsico liderada por los Estados Unidos de Norteamérica.  Contienda ésta que  impactó al mundo al tener la novedad  de ser  presenciada en directo por televisión por cientos de millones de  telespectadores, que impotentes, observaron desgarradoras imágenes dantescas  de exterminios y devastaciones horrorosas: Escuelas, hospitales, hogares, monumentos, acueductos, mercados,  las infraestructuras, puentes, estaciones eléctricas, etc., etc. 
Todo  hecho polvos, “irradiados por las nuevas armas de destrucción masiva, abrasados con napalm, volatilizados con bombas gigantes de 9.5 toneladas”. La crueldad y el asesinato de miles de niños (as), hombres y mujeres, gentes inocentes sometidas a un infierno  sin piedad alguna bajo el castigo criminal  de las bombas de  Naciones Unidas, controladas por los Señores de la Guerra. Fue en esas circunstancias conmovedoras, y tan especial e inolvidable que nos conocimos; tu  tan distante de tu Argentina querida; en el París de María Antonieta, Danton y Roberspiere.Ese día y en ese momento  reafirmamos nuestros compromisos con nuestras principios y  verdades…

(Foto.- “María Antoniea, fue reina de Francia y murió guillotinada en 1793 junto a su marido, el rey Luís XVI, durante la Revolución Francesa. Su impopularidad fue motivada por su lujoso estilo de vida, e hizo caso omiso de la crisis financiera del país. Se negó a hacer concesiones a las masas hambrientas que asaltaron el palacio de Versalles y envió a sus tropas contra ellos”).

(“Marie-Antoinette de Hamburgo-Lorena, Antoinette (1755-1793) era la hija de la Maria todo-de gran alcance Theresa que reinó en Viena. Francia y Austria que colocaba sus diferencias siete años de anterior, en 1770 el heredero al trono francés, nieto de Louis XV, casaron los archiduques austriacos, sellando una alianza que cierta gente todavía se sentía era artificial. La novia era quince años de viejo, la preparación dieciséis. Su unión estimuló la construcción de la ópera, en donde los festivales de la boda fueron llevados a cabo”).

Hay muchas cosas de que hablar mi “distante” amiga Viviana.  Podemos hablar de la santisidad  de las flores; del amor que explayan en su peculiar conformación física y química que le proporciona la evolución precisa  de la Naturaleza y la  manifestación categórica  de la materia. De su entereza inconmovible e incólume.  De su belleza perfecta,  hipnótica, inmaculada y cautivante.  

Podemos, hablar, mi querida amiga,  de como  se ha enraizado la indolencia y la indiferencia en el sentimiento de amplios sectores  de la humanidad  cuyo accionar se caracteriza por un  desbordado consumismo e individualismo desalmado. Gentes  embriagadas por la opulencia y el derroche olímpico y alegre a despecho de la insalubridad, la mortandad infantil, el abandono, el hambre, la pobreza  y la miseria que flagela a las amplias mayorías del mundo.  Podemos hablar de la Ciencia, de su generalidad  como necesidad social imprescindible para elevar la calidad de vida de la humanidad,  así como de  sus polémicas particularidades  cuando se trata de deshumanizar su sentido y función social.  De  su alto valor  en  la conciencia social, y las   cualitativas  formas  organizada de la vida social.

(Foto.- “Maximilien de Robespierre (1758-1794).-Abogado en Arrás se le elige en el Tercero Estado del Artois. Mal orador se impone por su fuerza de persuasión a la Componente y al club del Jacobinos. Hostil a la guerra en 1792. Cargo electo al Convenio, se toma inmediatamente para objetivo por los Girondinos. Hace bloque ayudado de Marat y Danton y será su principal acusador en mayo de 1793. Entrado al Comité hola de Público él debe compartir su renombre con Danton y Hébert que eliminará sucesivamente. Seguido siendo solo principal su Gobierno pasa a ser rápidamente una dictadura sangrienta. Se detiene y realizado en julio de 1794. Fue una de las figuras más polémicas de la Revolución Francesa. Protagonista del denominado Reinado del Terror, durante el que fueron guillotinados miles de ciudadanos, finalmente él también fue ejecutado”).

 (Foto.- “Georges-Jacques Danton (1759-1794).-Clérigo en París en 1780 luego abogado en 1787. Orador muy escuchado de los Cordeliers. Uno de los organizadores de la petición del Champ-de-Mars. Su papel es esencial en el motín del 10 de agosto de 1792 que invierte la monarquía. Cargo electo al Convenio luego nombrado al Comité hola de Público para ocuparse de los Asuntos Exteriores se opone a Robespierre. Preside el Convenio en verano 1793 y hace votar el levantamiento en masa. Robespierre hace decreto Danton 30 de marzo de 1794 Después de un pleito ilegal Danton guillotiné el 5 de abril de 1794”).
  
 Podemos hablar, mi inolvidable amiga Viviana, de filosofía y de moral; la primera con sus leyes universales que subordina tanto el ser como el pensamiento humano, arma fundamental para comprender el gran problema de la relación entre el pensamiento  y el ser, entre la conciencia y la materia.  La moral poderoso dique de contención a nuestras distorsiones espirituales,  del desbordamiento desenfrenado de nuestras pasiones y emociones.  Pero no, sería una pérdida de tiempo útil que distraería nuestros razonamientos y nos conduciría hacia una complejidad de dudas e interrogantes permanentes.

Estaría demás hablar de René Descartes,  el extraordinario y grande filosofo francés de mi predilección juvenil que me fascinó con su geometría analítica, su teoría mecánica señalando el carácter relativo del movimiento y del reposo. Su ley general de la acción y de la reacción, así como su ley de la conservación total de la cantidad del movimiento sobre el desarrollo natural del sistema solar; en la cual consideraba que la forma básica del movimiento de la materia cósmicas (movimiento que condiciona la estructura y el origen de los cuerpos celestes), “es el movimiento torbellino de sus partículas”.
 
También, podríamos hablar de Kant, el conocido filosofo alemán quien me interesó muchísimo en mis otrora tiempos  de búsqueda afanosa de explicaciones y respuestas a mis imberbe inquietudes filosóficas y científicas del mundo, con su “idealismo crítico y trascendental”, creador de la hipótesis cosmogónica de la “nebulosa”, en la que explica el origen y la evolución del sistema planetario por la existencia de una "nebulosa" inicial.  Su hipótesis sobre la existencia de una gran galaxia universal fuera de nuestra galaxia, “desenvolviendo la teoría sobre el retardo de la rotación diurna  de la Tierra. Y la teoría sobre la relatividad  del movimiento y del reposo”.


O hablar de Federico Engels, el más grande y mejor amigo del más grande y mejor pensador social que haya producido la humanidad, Carlos Marx, quien inició su prolifera labor intelectual, critica y filosófica,  con su brillante y honda crítica a las ideas místico-religiosa de Schelling, con su demoledor cuestionamiento a Hegel, por sus conclusiones conservadoras y por la contradicciones a su  dialéctica  idealista, ese Engels, que junto a Marx, nos legó todo un apreciable arsenal botin de conocimientos   políticos e ideológicos,  de humanismo y moral, que nos iluminan el camino ahora que estos tiempos procelosos han producido un apagón  tan prolongado en los principales motores de la historia. 


Y hasta de Cristóbal Colón podríamos hablar, ese trascendental personaje que con su novedosa visión geográfica del mundo profanó nuestros mares y tierras con su apabullante odisea oceánica que dividió los pretéritos tiempos de nuestra configuraciones multigeográfica para con su nombre y en su nombre y con el nombre y por el nombre de los reyes de España, imponer  las fronteras limitantes de nuestra expansión autóctona. 

Y hasta de Einstein podríamos  hablar, de su magistral teoría de la relatividad que condujo “nuevas representaciones sobre el espacio, el tiempo, la sustancia, la luz y la gravitación”. Quien en 1903, formuló la genial teoría del movimiento  “browniano”, es decir, “del movimiento de pequeños cuerpos en suspenso en su líquido bajo el influjo de los impulsos dados por las moléculas”.  Con su extraordinaria teoría, Einstein señaló una demostración convincente de la realidad de las moléculas y sus movimientos. Einstein enriqueció los conceptos científicos de sus predecesores: que desde los tiempos de Tolomeo, iniciaron Pitágoras, “dueño de una lucidez reflejadora de una instrucción genial”, iniciador de la primera concepción  heliocéntrica del cosmos;  Copérnico, artífice del sistema  astronómico  heliocéntrico del mundo; Galileo, el paladín  sin regateo de la concepción científica del mundo con su controversial ( en esa época) formulación de la ley de la inercia y del principio de la relatividad, según la cual el movimiento uniforme  en que dicho sistema se dan, con lo cual redujo a la nada la estéril  física escolástica y abrió  el camino a la ciencia  experimental  de los tiempos modernos, que ha sido de importancia capital.  Esas formulaciones científicas sirvieron  de punto de apoyo, tal vez tímidamente, en las argumentaciones esgrimidas  para sostener las ambiciones de conquistas de aquellos  europeos que procedentes allende los mares a fuego y espada sometieron a la servil obediencia  a nuestros primitivos pobladores aborígenes e indígenas verdaderos dueños de todas estas  tierras y mares profanados y violados por la Conquista Europea.  Pero no mi amiga Viviana, no hablemos de esas cosas tan complejas,  complicadas y  provocadoras de intensas polémicas, No. hablemos de otras cosas, quizás,  mucho más atractivas y sustanciosas. 
 Tal vez, te interesaría que hablemos del arte, ese resultado de la vasta productividad del sentimiento humano: expresión inequívoca de la  conciencia social y de la   actividad  humana, que  manifiesta mediante formas y lenguas  diferentes el reflejo de nuestra respectivas realidades culturales  a través de grabados,  imágenes pictóricas, manifestaciones poéticas   y artísticas: constituyendo uno de los procedimientos más importantes de la aprehensión estética del mundo.  Pero no, tampoco hablemos de eso, pues nos indigestaríamos al ver la distorsión constante de la manifestación  espiritual del sentimiento humano reflejado  en un arte condicionado, sin libertad expresiva, insustancial y alienante. Tal vez te gustaría  platicar sobre política, actividad que uno de los forjadores de nuestra nacionalidad (la dominicana), Juan Pablo Duarte, calificó de noble y pura, pero que en la práctica de estos tiempos ignominiosos no es más que  una inversión  de la verdad, bajo el predominio de grandes medios de comunicación que adrede priorizan  la mentira, utilizandola  como soporte manipulador y  garante  del  dominio opresor de las perversas elites que hoy someten al mundo a su antojo y caprichos interesados,  y que sólo  estilan escarnio  y vergüenza.

Al hablar de política tendríamos que vernos en la necesidad de ensayar disertaciones teóricas para justificar desde nuestra óptica  implacable  la presencia  histórica y política de gente como Lenin, Mao y Fidel, quienes encabezaron revoluciones triunfantes,  (considerándolo de manera apresurada e interesada  como bueno) y  a Hitler, Trujillo, Somoza,  Videla, y Pinochet, quienes encabezaron dictaduras despiadadas  (como  malvados). No. Quizás  estas apreciaciones nos darían un  vértigo espantoso y podríamos  perder  nuestras facultades  racionales al contemplar horrorizados como el Capitalismo está palmo a palmo liquidando  el Socialismo de Marx y Engels, mediante el subterfugio de “Economía de Libre Mercado”, y nos arrepentiríamos  de haber  nacidos en estos tiempos de retroceso y claudicación. 


Tal vez, te gustaría que conversemos  de la Familia, cuya desintegración marcha unida a la desaparición de los afectos, y que  para dialogar de este tema sumamente interesante  nos apoyemos en Morgan, ese trascendental etnógrafo y arqueólogo  norteamericano que estudió la vida de los indios de Norteamérica y recogió una enorme cantidad de datos relativo a la historia de la sociedad primitiva, y que le sirvieron de base para escribir su maravilloso libro “La Sociedad Primitiva”, 1877, donde señala claramente que la familia es un fenómeno histórico, que  cambia a la par que la sociedad evoluciona. Nosotros robusteceríamos estas enseñanzas antropológicas y social recurriendo necesariamente a Federico Engels, quien en su extraordinaria obra “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado”, que  si bien se apoya en los novedosos descubrimientos de Morgan con su correspondiente  aportaciones, nos  brinda profundas  ideas  científicas sobre este tema sumamente importante, objetivizando en su real  magnitud que la familia es una categoría  histórica.  Que su vida y sus formas están condicionadas por el régimen económico y social de producción  imperante en cual época histórica y por el carácter de las relaciones sociales en su conjunto.  Diciendo al respecto, que, “El hombre es en la familia el burgués: y la mujer representa el proletariado”.  Pero al tener que hablar de estos temas tan exigentes nos abocaríamos a un terreno movedizo y correríamos el riesgo de lacerarnos. Nos fatigaríamos y sucumbiríamos  extenuados, cuasi cataléptico,  frente a la cruel realidad  de estos tiempos  de deshonra y deshonor, entonces  no encontraríamos  los paliativos que nos reivindiquen  y reconforten, y una gran  frustración  arroparía nuestros espíritus. 

 
(Foto del Che Guevara)
, Sería muy  emocionante hablar de tu paisano Ernesto –Ché- Guevara, ese  prohombre sin igual, símbolo enhiesto de mis sueños imberbes, que al venir al mundo el 14 de junio de 1928, trajo aparejado consigo una estrella perenne indicadora de la esperanza.  Convirtiéndose con su práctica histórica  en un estandarte de vergüenza y optimismo en medio de la turbulencia que empaña  el horizonte.  Que con su muerte el 8 de octubre de 1967, acaecida en la quebrada de El Yuro, un cañón de la tupida selva boliviana, se sembró eternamente en la conciencia de la humanidad que lucha  sin descanso por un porvenir  digno y decoroso.  Su muerte fue un ejemplo de su tenaz  esfuerzo por darnos un Continente hispano-americano libre, independiente y soberano.  El Ché expresó con su conducta de bien los ideales más puro y nobles de los forjadores de nuestras respectivas nacionalidades.


Su imagen, sus convicciones y su meta revolucionaria, constituyen la más acrisolada bandera que podamos levantar en nuestra búsqueda constante e incesante del hombre nuevo.  De la sociedad nueva.  Pero no,  mi querida amiga Viviana, mi amiga del alma,  no es prudente que nos detengamos  a hablar del Ché, al hacerlo le daríamos paso a la nostalgia, a la amargura, el dolor,  la impotencia, la angustia, o a cualquier  meaculpa de remordimiento, de autocrítica, por  nuestras vacilaciones;  por nuestra flaqueza de espíritu que en un  momento impreciso de nuestras vidas se aposentaron intrusamente en la frágil comarca de nuestro contorno emocional.  Por lo tanto, mi querida amiga Viviana, creo que es mejor que hablemos de nosotros.  Porque no tenemos  la calidad para hablar,  para dialogar sobre un hombre tan dimensional como Ché Guevara. Para hablar con la solemnidad, la compostura, la serenidad y sobre todo, con la paciencia y el relajamiento que amerita hablar de un  personaje tan querido y adorado como el Che.  Somos mortales.  Solo los inmortales pueden hablar de los inmortales,  por lo menos en estos momentos. “Hay que dejar a los muertos en paz, para que ejerzan la bella función de iluminar la conciencia de los vivos”.

(Fotos de Juan Luís Guerra y Carlos Gardel.. Así que mí querida y recordada amiga Viviana, vamos a hablar un poquito de nosotros.  Sí hablemos de ti y de mí… Por razones biológicas,  históricas y sociales  ambos surgimos del subdesarrollo.  Somos un producto de los embates de la marginación y de la discriminación.  El despotismo entronizado, ilustrado, institucionalizado, procura impedir que nos casemos  con las perspectivas promisorias del porvenir.  La dominación de clase que nos gobierna, esa clase parasitaria, corrupta y perversa, no escatima   posibilidades en su maldito  propósito de preservar  su dominio sobre nosotros.

La realidad social  condiciona la “libertad” de amar. La desigualdad social y  la separación de clase  nos conculcan el derecho a escoger a quien debemos amar. La dominación de clase aprisiona el sentimiento amoroso. Mediante una esclavitud moderna y sofisticada,  disfrazada de rostro humano, apenas nos permiten subsistir para servirles mientras nos hacen la vida insoportable.

La esperanza y la voluntad de lucha jamás podrán erradicárnoslas.  Están aceradamente soldada en nuestro espíritu, en nuestra peculiar conformación histórica.  Nuestros  valores  son infinitos.  Es la resultante de los altos  principios morales que nos legaron  con sus martirologios nuestros antepasados desde los bravos y valientes originarios de estas nuestras tierras hispanoamericanas simbolizados en Túpac Amaru

Mi inolvidable Viviana, quisiera continuar llenando estas cuartillas, desahogando mis ideas, continuar nuestro diálogo prolongado.  Son tantas  las cosas de que hablar que el tiempo jamás nos alcanzaría para expresar todo el torrente de sentimiento que motiva la emoción del momento.
Lamentablemente nos  vemos  forzados a interrumpir  nuestra conversación,  nuestro diálogo-monólogo,  tanto tú como yo tenemos que atender diferentes obligaciones y  “compromisos”  dictados por las exigencias de la  vida, por la inmediata  cotidianidad de la responsabilidad social.  Esos quehaceres constituyen –quizás-  la terapia relajante que merma nuestras tensiones diarias.

Volvamos cada uno a nuestros que hacer  rutinarios, a nuestras respectivas responsabilidades, a saciar la caprichosa y egoísta   complacencia vana de los bribones regentes del mundo. “Deleitémonos”  con la silente  contemplación del correr de los días.  Con las repugnantes noticias que dan cuenta de que “nuestros amos” ahora no quieren  a los haitianos aquí ( en República Dominicana); que después  de estrangularles sus deseos libertarios lo recogen al granel montando un show, un espectáculo dantesco.  Parece ser que después de lo de Europa del Este;  Nicaragua, Grenada, Chile, Panamá e Iraq,  la preocupación  central será segregarnos en todos los aspectos.
Mediante el subterfugio de la “integración” pretenden en realidad  desintegrarnos,  reubicarnos en las fronteras de sus intereses emanados de su nuevo reparto del mundo. Quieren ponernos  nuevos  parámetros y condicionantes dentro de su acariciado proyecto de “purificar la raza  humana”. Mientras el “hacha va y viene”- como dice el pueblo-, refugiémonos fugazmente en la música sabrosa de Juan Luís Guerra y su 4-40, y desempolvemos los eternos tangos del inmortal- nuestro inmortal- Carlos Gardel.
            

Nota: publicado en el periódico tabloide semanario El Coloso de Macorix, edición de la primera quincena  de Marzo del año de 1996, páginas 10 y 11.

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